miércoles, 26 de enero de 2011

XAFIER LEIB’S - PAYASO




Sé que tiene nariz bajo esa pelota roja. Sé que hay cabello bajo esos rulos anaranjados. Sé que hay un cuerpo normal bajo esa ropa ridícula. Sé todas esas cosas, y a pesar de ello no logro controlar mi miedo. Se me acerca y yo corro y abrazo a mi mamá. Esa mueca que hace con la boca no es una sonrisa verdadera. A mí no me va a engañar.
Y en esa valija seguro que tiene un hacha, un cuchillo, pieles de niños pequeños, úteros de jabalí y ojos de búho.
Estoy casi seguro de haber visto unos colmillos asomándose cuando sonrió.
Tiene poderes. Su mirada hipnotiza. No entiendo por qué los chicos lo están rodeando. Esos regalitos que les da, las matracas, los pitos, los globos, están todos envenenados. Si no mueren ahora, seguro que sus hijos serán mutantes, con tres o cuatro ojos de diferentes colores y un brazo peludo en el estómago.
¿Por qué me está mirando ahora? ¿Y si me hipnotiza y me roba el alma? Mamá me dijo que si me porto mal me iban a robar el alma. ¿Me había portado mal? No lo recuerdo... Yo le dije a mamá que prefería una fiestita tranquila en casa. Nada de payasos, nada de magos.
Mamá me llama “paranoico”, palabra que usa para decir que tengo miedo todo el tiempo. Pero ella no sabe nada. Lo mismo había pasado con los aparatos dentales. Yo le había dicho que estaban echando raíces en mi boca y que iban a crecer por toda mi cara. Ella se rió, pero una noche me desperté con una sensación extraña. Toqué mi rostro y ahogando un grito, corrí hacia el espejo. Parecía estar cubierto por una enredadera metálica. Sentí un terrible pánico y grité con toda mi fuerza. Cuando mamá entró a la habitación, la enredadera había desaparecido y los aparatos volvieron a su tamaño normal. El psicólogo dijo que simplemente tenía mucha imaginación y que todo mejoraría cuando yo creciera. Me acarició la cabeza y luego se quedó a solas con mamá. Mamá salió llorando, y me dijo que era porque le dolía la muela.
Esto no hubiese pasado si papá estuviera aquí. Él me habría creído. Mamá sólo se reía. Creo que por eso papá la dejó. Por eso y por aquella amiga que tenía y que siempre venía a casa. Creo que jugaban desnudas y eso a papá no le gustó. Aún recuerdo su mirada cuando las vio por primera vez.
Mamá nunca me presta atención. Ni siquiera tiene sentido que le cuente que el payaso entró con Vero al baño y que ella salió llorando.
Ahora mamá me dice que ya soy grande y que debería casarme. Me dice que no puede ser que a los treinta años todavía siga en casa. Pero yo no le creo. Cuando sea realmente grande me voy a ir. No le van a funcionar sus trucos, lo de mi barba, mis pelos en las piernas y todo lo demás.
Pero ya sé cómo liberarme. De mamá y de mis miedos.
Bajo la pelota roja está mi nariz, bajo los rulos anaranjados está mi cabello y debajo del traje colorido, mi cuerpo. En mi valija tengo un hacha y también un cuchillo. Hay pieles de niños pequeños, úteros, estómagos, hígados y ojos. Los chicos me rodean con alegría y yo siempre elijo uno o dos. Me los llevo al baño y les doy algo para que tengan hijos mutantes. Y cuando ellos lloran, sus madres ríen. ●

Este cuento recibió el 2º Premio del concurso de cuentos de Metrovías de Buenos Aires
© Xafier Leib´s

8 comentarios:

  1. Me preparé para reir Xavier.
    Pero estoy muy seria te lo aseguro.
    Merecido premio.
    amelia

    ResponderEliminar
  2. Me pasó como a Amelia, acostumbrado a tu forma de escribir, a la sonrisa que siempre nos sacás, no esperaba un cuento tan fuerte. Es más, cuando iba por la mitad me dije...contando lo de los aparatos se va por las ramas y empecé a prestarle atención, a donde iba a terminar. Excelente Xavier, pero excelente de verdad. Y quiero decir algo más, ganar un segundo premio en el concurso de Metrovías es importantísimo. Se presentan muchísimos trabajos, y tiene fama "de un concurso exigente", por lo tanto el mérito es super. Felicitaciones!

    Lily Chavez

    ResponderEliminar
  3. Era mi intención dejar un solo comentario para agradecer a la revista las publicaciones. Uno empieza a leer y ya no puede parar. Este cuento tiene más que merecido el premio. Crudo y si bien deshace la imagen del payaso, a veces es necesario desfigurar la cara de lo que pase inofensivo.

    Vicente Loza

    ResponderEliminar
  4. ACERTADOS COMENTARIOS. UN TEXTO VERDADERAMENTE DURO. XAVIER SUELE SER UN AUTOR CON INCLINACION A LO HUMORISTICO, HA SORPRENDIDO CON ESTE ACORDE DRAMÁTICO TAN BIEN LLEVADO.
    FELICITACIONES MUCHACHO.

    EDGAR BUSTOS

    ResponderEliminar
  5. Tenía que haber leído el cuento cuando era chica para que me comprendieran el motivo por el cual no me reía y le tenía miedo a los payasos.
    Después Stephen King escribió una novela larga (creo que "It") donde hay un payaso que asustaba.
    El cuento me encantó y pude reafirmar lo que siento por los payasos.
    Admiro al autor que es un conocido escritor humorístico, acerca de la manera que desarrolló este cuento.
    MARITA RAGOZZA

    ResponderEliminar
  6. Para tomar aire varias veces, me provocó una angustia, fuerte cuento pero una sorpresa que venga de Xafier; a la temática me refiero, el siempre tiene una buena narrativa. Premio merecido.

    Irene

    ResponderEliminar
  7. Xafier: no me canso de leer "Payaso"... Cuando recibiste el 2º Premio te pedí el cuento ganador y también lo publiqué en las Artesanías pioneras: vos merecías el primero, sin dudas!
    Andrés

    ResponderEliminar
  8. Una joya que hasta invita a filmarla. Felicitaciones por el Premio merecido y por tu excelente forma de narrar.
    Cristina

    ResponderEliminar