por Cristina Pailos
Nocturno de Chile
Roberto Bolaño
Editorial Anagrama
Narrativas Hispánicas
Octava Edición 2010
En el número 381 de la revista cultural Ñ del diario Clarín el título de una amplia nota a doble página me tentó y al mismo tiempo me provocó rechazo sin tener muy claro el por qué en un primer momento. La naturaleza trágica del tema anunciado no parecía entonar con la pregunta clisé, tantas veces repetida para tratamientos banales o irónicos, me confundía.
La nota comenzaba así:
Literatura y terrorismo de Estado
¿CONOCIÓ USTED A MARIANA CALLEJAS?
Fue cómplice del asesinato del general Carlos Prats y su esposa, y al mismo tiempo anfitriona de fiestas y reuniones literarias en una casona donde se torturó y planeó atentados. Crónica de una agente de la DINA que soñó con ser escritora.
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Con esos datos advertí que se trataba de María Canales, uno de los personajes de la novela Nocturno de Chile de Roberto Bolaños escrita en el 2000. Quien firma la nota de Ñ, Carolina Rojas, aclara que ese personaje fue tomado de la realidad y que esa persona, María Callejas, su verdadero nombre, existe y aún hoy no se hace cargo del espionaje y de los crímenes en los que participó durante la dictadura de Augusto Pinochet . No expresa ningún arrepentimiento.
Durante la entrevista, mejor dicho, en el cuestionario que contestó por escrito y que le fue entregado a la periodista al día siguiente por el encargado del edificio deja entrever que guarda rencor por tanto amigo que frecuentaba los talleres y veladas “cultas” de su casona y no puede entender por qué terminaron dejándola sola. Además también lamenta la pérdida irreparable que significó el desalojo forzado de su querida mansión donde vivió durante años con su familia, aunque en verdad parece que nunca le perteneció. Su dueño estaba fuera del país.
No es una mala nota, pero no sirve para la reflexión. Si se quiere, está encarada como extravagancia, y me molesta que se siga sacando rédito de los gravísimos años del terrorismo de Estado o de los derechos humanos vulnerados. La señora Mariana es espectacular, es noticia atractiva para un medio periodístico-comercial pero en aquellas circunstancias históricas la chilena con vocación de escritora, al menos en su estructura superficial, como diría Chomsky, no fue un ejemplar único en la galería de retratos perversos de aquel o de este lado de la Cordillera.
Vale preguntarse ¿Quiénes asistían a esas veladas animadas y cultas? ¿Ninguno se preguntaba como podía hablarse de todo, reír, escuchar música mientras afuera regía el toque de queda y no había un alma en las calles?
Para quienes se interesen exclusivamente en esta personalidad perversa, pueden remitirse a la revista citada.
En mi opinión, para una revista literaria hubiera sido más adecuado un comentario sobre Nocturno de Chile de Roberto Bolaño y si en ese contexto agregaban un recuadro con las respuestas de esta señora, no estaría tan mal.
En este caso, la ficción es mucho más rica.
¿Por qué? Porque los espías, genocidas, dictadores de un lado o del otro de la Cordillera o de cualquier lugar del mundo no se arrepienten, como mucho se justifican y hasta se consideran incomprendidos en su “gesta patriótica”. Un encuentro con ellos, o con sus respuestas en un cuestionario, no vale la pena. La verdadera Mariana Callejas admite que lo que dice Bolaño en su novela es cierto, que en su casona había encuentros literarios mientras se estaba torturando en el subsuelo. Lo único que considera una invención de Bolaño son las bajas de tensión en la luz. Le interesó aclarar ese punto, simplemente, quizás para demostrar que una picana eléctrica no estropeaba ningún encuentro culto con subidas y bajadas de luz.
Nocturno de Chile da lugar muchas relecturas y no se refiere solamente a este personaje. Hay otros. Todos ellos son de distinta manera abominables pero Bolaño también hace catarsis con ellos desde el absurdo y de esa manera se consigue cierto distanciamiento. Los otros personajes y el narrador es posible que sean ficción pero sobre arquetipos que sin duda existieron y no sólo en Chile.
Es una novela corta de ciento cincuenta páginas y sólo dos párrafos; uno largo que abarca la totalidad del libro y uno corto de una sola línea al final:
Y después se desata la tormenta de mierda.
El narrador, Sebastián Urrutia Lacroix, es un sacerdote del Opus Dei que a su vez escribe con seudónimo algunos poemas mediocres y criticas literarias y que precisamente revela todos los datos sobre él y sobre otros, en su lecho de muerte. En todo momento se justifica. No considera haber pecado.
Dos personajes siniestros del Opus lo envían a Europa para que estudie el cuidado del patrimonio religioso, la preservación de viejas catedrales. Allá, pasea por todo el continente y lo ponen en conocimiento del arte de la cetrería, o feroz carnicería que los sacerdotes a cargo de dichas catedrales cometen por medio de sus halcones contra las pobres palomas. El cura quedó maravillado ante el descubrimiento de este arte medieval de la Iglesia. Uno solo de entre esos sacerdotes llega a cuestionarse el método y él reitera el concepto en su lecho de muerte. Después de todo el Espíritu Santo, símbolo superior en la religión es una paloma , claro, no está bien ensangrentarlas, pero cuando le dieron la orden, cumplió porque lo importante era elevar el informe sobre la limpieza de las Catedrales y la satisfacción del deber cumplido, de la obediencia debida.
Esta circunstancia como cuando le dicta un curso breve de marxismo a Pinochet para que conozca mejor a sus enemigos creo que son lo mejor que he leído desde el absurdo porque en realidad eran personajes tenebrosos pero también disparatados y de un sin sentido enorme que fuera de comprometerse con el horror, son vidas superfluas.
Otro personaje destacado es un pope de la critica literaria en un diario prestigioso de Chile Farewell en la ficción pero que para algunos es una versión de quien en realidad fue Hernán Diaz Arrieta , fallecido en 1984 y que durante medio siglo fue un referente de la critica literaria chilena. Era conocido por su seudónimo de Alone . Sus reseñas criticas son numerosísimas pero fue un periodista de derecha. Al menos en la novela frecuentaba el taller de Maria Canale y realizaba reuniones en su fundo y sus viñedos.
Pero Bolaño no emite juicios, no adjetiva demasiado. Narra con la suficiente distancia como para no repetir la fórmula utilizada sin mesura por muchos escritores latinoamericanos: de un lado los buenos y del otro los malos; de un lado, la Iglesia y el Ejército y del otro los políticos e intelectuales democráticos o progresistas o de izquierda. Esa división no sería suficiente para dibujar una realidad caricaturesca. Entre otros intelectuales progresistas que de tanto en tanto aparece en la novela está , sin duda, Pablo Neruda, quien sin tener compromisos con la dictadura, tampoco pueden eludir la tentación de que el famoso critico haga alguna critica favorable a uno de sus poemas. Hasta se lo ve en alguna reunión en los viñedos recitando poemas a la luna junto al crítico. Todo esto en la ficción, claro , y de acuerdo con las palabras moribundas del narrador.
Nocturno de Chile es una novela escrita magistralmente pero además, interesante por su forma peculiar de mostrar un régimen que deterioró una sociedad hasta el ridículo y que sus consecuencias serían después de difícil curación y que además, en todo, también es aplicable a nuestra sociedad o por lo menos a sectores que aún añoran los halcones y las palomas.
Creo que el segundo y último párrafo Y después se desata la tormenta de mierda es lo que el autor pensó que ocurriría con la novela cuando hiciera su aparición en Chile.
En mi opinión, cierta” tilinguería” intelectual la hemos conocido también en nuestro país, en varios países. Es por eso que celebro esta novela que no olvidó a aquellos que asistieron al taller de “la señora Marianita” aunque después lo hayan negado y hasta se hayan querido unir a las voces contra la dictadura.
Cristina Pailos
Me gusta Cristina este espacio, son muy lindo tus ensayos? no sé mucho de esto pero es un estupendo trabajo para quienes estamos aprendiendo
ResponderEliminarIrene
Muy interesante el tema y tu trabajo. No podemos ni queremos olvidar a los cómplices. Con el tiempo van saliendo a la superficie todo tipo de colaboradores. Gracias por darlo a conocer, Cristina.
ResponderEliminarComo lector de la obra de Bolaño me encantó el rescate pero me enriqueció el análisis, estimada señora Crsitina admiro su escritura y espero con ansias sus escritos. Bolaño sostiene una peculiar inquina con Neruda como poeta del establishment burócrata del stalinismo puesto de manifiesto de manera explícita en su libro Entre paréntesis y solapada en otros escritos. Cralos Arturo Trinelli
ResponderEliminarDebo ponderar los escritos de Cristina Pailos: documentada, seria de toda seriedad, no se anda con remilgos ni medias tintas y siempre dice lo que piensa... Y lo que piensa es fruto de su conocimiento y el espíritu crítico que la acompaña. Esta columna de Cristina ilustra y alumbra.
ResponderEliminarAndrés
Muy acertada la obsrvación de Cristina Pailós sobre los actaules escritos de aquellos improvisados que aprovechan la coyuntura de obtener réditos con el terrorismo de estado. Y uno se pregunta ¿ Dondé estaban antes, en pleno terror?. Inteligentemee crítica es la interpretación de la autora que sabe dividir las aguas.
ResponderEliminarTrataré de buscar obras de Bolaños, ya que me interesa su oposición a Neruda.
Muy rica y medulosa es esta publicación.
Gracias a Cristina y a Artesanías.
MARITA RAGOZZA
Muchas gracias a todos por los comentarios. Comentar un libro es querer compartirlo.Que les haya resultado útil me deja satisfecha y es un ida y vuelta que enriquece. Por empezar voy a tratar de leer Entre paréntesis de Bolaño que menciona Trinelli . Muy elogiosas las palabras de Andrés Aldao quien siempre lee con profundidad.
ResponderEliminarMe alegro que Marita quiera leer a Bolaño . Encontrará mucho más que la oposición a Neruda y con seguridad se va a enganchar.
A Irene le digo que todos tenemos que seguir aprendiendo. A mí me gustaría escribir un buen ensayo. Lo que dice Ester es muy cierto y muy sentido pero lo interesante en este libro es el tratamiento que Bolaño le da al tema y especialmente a sus personajes sean reales o ficticios.
Otra vez, gracias a todos
El comentario anterior es mío pero me olvidé de firmar
ResponderEliminarCristina
CRISTINA, SI ME PERMITE QUIERO DECIRLE QUE NO SOLO DE CUENTOS VIVE EL HOMBRE. ESTOS MINI ENSAYOS SUYOS SON MUY ENRIQUECEDORES. LA FELICITO
ResponderEliminarEDGAR BUSTOS
Bien Cristina, me gustan estos "mini ensayos" como dice Bustos.Muy bueno, solo decir como para complementar que el Urrutia Lacroix escribia bajo el nombre de Cura Ibacacle o H. Ibacacle pero no estoy seguro de que sus poemas fueran mediocres porque nunca leí su obra. Y la frase Y después se desata una tormenta de mierda, más que pensar que el autor pensaba que eso provocaría la salida de la novela en Chile, en realidad Bolaños lo tenía como título del libro:"Tormenta de mierda", simplemente que su editor le insistió en que eligiera otro nombre. El mismo contó en algún lado que él quería ese nombre pero para poder modificar y ponerle otro, hice un ejercicio, repitió tantas veces Tormenta de mierda, hasta que le dio asco y entonces sí, aceptó la sugerencia de cambiar el título. Felicitaciones Cris.
ResponderEliminarLily Chavez
Varios errores en la prisa de escribir ," no estoy segura" (soy nena ja ja) e "hizo un ejercicio" en lugar de hice un ejercicio.
ResponderEliminarLily
Gracias Lily por tu aporte sobre el último párrafo pero respecto a lo del cura Ibacache o Urrutia Lacroix creo que son dos nombres de ficción y que en realidad se referían a quien fuera critico literario durante mucho tiempo, Hernán Diaz Arrieta, creo que en el Mercurio pero no lo puedo asegurar.
ResponderEliminarGracias Sr. Bustos porque usted siempre es un estímulo para mí y estoy segura que para todos los que escribimos.
Cristina
Cristina querida , tus ensayos son para leer y releer. Gracias por tus aportes.
ResponderEliminaramelia