jueves, 27 de febrero de 2020

Pedro Ernesto Ramirez - Ültima carta


Querido Loco Gaona,
en estos días estuve buscando en mi desordenada memoria el inicio de nuestra amistad allá por mediados del 97. Recordé tu voz grave enmarcada de nieve al leer en el taller de literatura, recordé cuando te vi entrar la primera vez, hidalgo y circunspecto escoltado por tú escudera –de mucha sal en la mollera y a la postre y según tu definición: la mujer más alta del mundo. También vino a mi memoria la primera cena en la casa de “ustedes”, porque tanto para vos como para Nurit, tu amada compañera, siempre fueron una unidad. La misma unidad que con la lanza del amor y el peto de la justicia anhelada, combatió contra poderosos e insensibles molinos en tu ciudad natal, en la urbe HÚMEDA, ATRÓZ E IRREPETIBLE. Y de ella los expulsaron con sus aspas de ignominia, de violencia y perversión.

No era fácil volver y no lo hicieron. Y te fuiste hundiendo lentamente en el abismo de la nostalgia. Recuerdo la emoción en tu rostro y el quiebre de tu voz hasta tornarse aguda cuando me hablabas de tu gente, de Caballito, de la calle Gaona, tú calle.
Si bien nos parecíamos en los sueños los tuyos siempre fueron ecuménicos, mientras que los míos apenas inclusivos. Pero como reflexionara Segismundo: la vida es sueño y los sueños, sueños son. Y la experiencia enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar.
Y te tocó despertar. No ahora, hace apenas unos días, a vos por soñar en grande, por soñar a corazón abierto, por soñar por los que ni siquiera tienen el consuelo de poder hacerlo porque la realidad les congeló el sol onírico; a vos la vida, en el último tramo, te infringió el oprobio de transcurrir, sin sueños, sin lanza, y sin utopía. Te impuso un largo y grotesco despertar hasta el arcano despertar final. Por eso te digo Loco querido que no me duele que la vida abdicara de vos, al fin y al cabo para eso estamos en este sueño y no fue prematuro, ya te habías cargado de años; si no que duele el largo, innecesario, y denigrante prefacio que le endosó a la despedida.
Pero debías saberlo, sólo los hombres comunes, los hombres que sueñan sueños de entrecasa, mueren tiernamente.
En fin, sabes que para mí no hay dolor, alegría, o inercia, que no amerite unas copas de vino; ¡está la levanto por vos viejo amigo, a tu salud y en agradecimiento por haberte cruzado en mi vida con tu caudal de bonhomía, conocimientos, y empatía!
Sañoram.


lunes, 24 de febrero de 2020

PALABRAS PARA ANDRÉS ' ElsaJana Trillo Romero


Palabras…esto es lo que, con mucha gentileza, Ester Mann nos ha posibilitado volcar en la página abierta, para cerrar la revista que «nunca duerme»: un ciclo literario ha llegado a su fin…Pero ¿cómo decir adiós con solo decirlo? Así, con la irrelevancia del saludo cuando uno se cruza con otro, sin intención de brindarle ningún minuto para más que lo que se llama «saludito al vuelo», y mejor que vuele rápido. Incluso, suele bastar con la velocidad de un «Hi» o «chau» o « ¿qué tal?» y apenas una mano en alto a las corridas, que nunca va por respuesta. Podría decirse: una brevedad que ni siquiera ofende porque es simplemente: así, por uso y costumbre y por nada más. Y es justamente en este «punto» donde, más que nunca, necesito mis suspensivos que, a decir de algunos, dicen mucho. Es que en verdad, no alcanza un adiós… Hoy y aquí, «lo breve si breve» me suena a imperfecto e inadecuado para este espacio tan cálido, en el que se ha compartido además del arte de escribir, cariño, respeto, reconocimiento, valores,...porque a  mi querido (y tan nuestro) Aldaíto Aldaín, no le voy a dar esa palabra…ni tampoco a las Artesanías Literarias –con nombre y apellido como debe ser-.  Al capitán de esta nave de artesanos literarios, que ha rescatado talento y náufrago –y cuántas veces, a la deriva-, y que orientó la brújula en modo escritura hacia un destino al que todos íbamos, navegando placenteramente… Claro que no voy a decirle esa palabra a tus manos que timoneaban de sol a sol, asegurando que ningún tesoro hiciera agua, ni que alguien, como reiteradas veces yo, se perdiera por borda casi hasta ahogarse en lo insondable de un mar de enredos, que no el de las letras de todos…sino un desierto personal con motivos innecesarios…esos que me ausentaban por un tiempo, para reaparecer en decires de espuma, que como mar visitante de playas, a sembrar caracoles con rumores de viento en la arena…Y allí, vos, capitán, tirando una vez más la soga para ayudarme a subir, y diciendo: «Ah, volviste, nena, ¿a ver qué traes de nuevo? Mirá si dejaras de enroscarte en esos enredos que…»

Abel Z¨L / QPD, Andresito querido de todos tus artesanos, Avi-maistro entrañable, papi elegido que nunca sabré cómo soportaste tanto y, hasta me convidaste «latkes hechos con tus propias manos» que «no a cualquiera», según decir de Nurit, tu amada compañera de la vida: a vos no, seguro que no puedo decirte adiós. Permitime entonces, en lugar de adiós inventarte un: «en mí» (que no es lo mismo que «mi», ese posesivo que empecé a perder bien de bebé y ya no supe recuperar.) Así que, tu cuerpo al polvo; y lo mejor de vos, a la memoria de todos los que te conocimos y amamos. Pero a este  «maistro Aldaín» que me diste un nombre en tus páginas y un lugar en el camino, solo puedo llevarte en mí. Me señalaste un camino, sabiendo poner el reto donde hizo falta y el regalo de tu sonrisa plena de ternura cuando mis papeles borroneados te hacían feliz. Tantas veces y sin hacer ojos ciegos, disculpaste mi inconstancia en la revista a la que, sí entregué lo mejor de mí, pero nunca todo que hubiera sido capaz, de no haberme dejado llevar de a ratos por un oleaje en balsa «salvanadas»…
A vos, Aldaín, hombre de valores y convicciones, luchador incansable por las cosas y las causas que defendías en la vida, mano amigo lista y hombro fuerte allí donde hacía falta, dueño de la justeza de algún enojo allí donde había que auxiliar baldosas flojas y enseñar fortalezas: a vos «el Andresito Aldao» y a tus páginas literarias que siempre en mí, solo les digo: muchísimas gracias. Nunca cobraste un peso y nos leyeron y comentaron en todas partes. Exigías el buen modo de decir, pero jamás el qué decir: en ello, tu lealtad a las letras que deben expresarse, y tu aceptación y bienvenida sin más distinciones que las del arte de la palabra…
En tanto que una de las diferentes voces que contamos en Artesanías Literarias primero y Artesanos  Literarios después, aquí dejo mi sincero y enorme cariño por esta «revista que nunca…» durmió, a la que le ha llegado el tiempo de bajar las persianas de relatos, en aras del merecido descanso. Así como también, la profunda tristeza de saber que a su mentor, hacedor, y capitán, dador ocupadísimo en que todos tuviéramos un lugar: Andrés Aldao, le tocó su hora de cerrar los párpados, definitivamente.
Para vos, Abel: Avi Ben Shlomo en mí, Andresito en mí, Aldaíto…aquí en mí, latiendo en el corazón que aun late dentro de mí y hasta el reencuentro… muy buen descanso.

ElsaJaná, o como te gustaba: ElsaJana Trillo Romero -23/02/2020-

Hemorrajias- Marta Raquel Zabaleta


HEMORRAGIAs
         
                a mi querido cumpa, Julián Bastías


Con menstruación permanente
dibujaba todo el espacio
de las torturas

¿Pensaba
que la vida
se esfumaría así, rápidamente?

El cabo cuando me llevaba al baño 
se paró y me gritó:
-¿Es posible que usted sea la Sra. de Hinrichsen?

Pude haberle respondido
-Sí, mi cabo.
Pero callé.

Al orinar, la sangre
se arrebató en borbotones
y le ensució las botas.

-Conteste,
hija de puta,
aulló entonces

Y fue su culpa
por no dejarme a solas.
Mi vómito le ensangrentó el bigote.
 
Marta Zabaleta, octubre 1973-2011



Marta Raquel Zabaleta nació en Alcorta, Argentina, en 1937; fue expulsada de Chile en 1973 y de Argentina en 1976. Desde entonces  vive en el exilio en el Reino Unido. Es madre de Tomás Alejo y de Yanina Andrea Hinrichsen. Es economista y cientista social, escritora y poeta. Como tal, figura desde 1992 en aproximadamente 40 biografías Who’s Who, de EEUU, y Europa. Coordina, entre otras cosas, desde hace años una red internacional ‘Mujeres y Palabras en el Mundo’. No tiene hogar. Vive en el mundo.

sábado, 22 de febrero de 2020


maya bar mitzva 2014 002.jpg
A LOS DOCE DÍAS DE LA MUERTE DE MI AMIGO Y COMPAÑERO DE VIDA, ANDRÉS ALDAO, DEJO ESTA VENTANA ABIERTA PARA LOS QUE QUIERAN ESCRIBIR UNAS PALABRAS EN SU MEMORIA.
LAS PALABRAS ERAN SU FUERTE PERO NUNCA DEJÓ DE ACTUAR EN CONSONANCIA CON ELLAS.  AMÓ LA JUSTICIA, LA LUCHA, LA HERMANDAD ENTRE LOS HOMBRES, LA VERDAD Y LA HONESTIDAD.  TODOS VALORES QUE PARECEN HABERSE DILUÍDO EN LA MARAÑA DE LAS REDES VIRTUALES….
NO IMPORTA, AMIGO,  TE SEGUIMOS QUERIENDO, Y YO, PERSONALMENTE  SIGO SINTIENDO ESE ARAÑAZO DEL AMOR EN MI  CORAZÓN CADA VEZ QUE PIENSO EN VOS.  
AHORA LLEGÓ LA HORA DEL DESCANSO PARA VOS Y PARA LA REVISTA QUE NUNCA DUERME
ESTER MANN