miércoles, 4 de agosto de 2010

CRISTINA VILLANUEVA – breves como cada día


Subsuelo
En el puesto de diarios del subte, me sobresalto, las tapas de los diarios de ayer son una pregunta callada. Me mira el diarero, un rostro inexpresivo con ojeras y barba incipiente.
Nadie sale, las mujeres se retocan el maquillaje ajado.
Pido en el bar un café con medialunas, están viejas.Todos circulan con la ropa arrugada.La señora elegante inmóvil con el último rastro de Paloma Picaso desvaneciéndose.
Desde el celular un hombre avisa que va a faltar a una cita.Se lo pido prestado, dejo un mensaje"Estoy cerca, no puedo llegar"

Fisuras siempre hay
Por la fisura salgo, claro que no a la superficie. Del cielo se sabe poco, algo algodonoso, un poco celeste, pero no. Siempre ando en el aire, pero hay un dejo de tristeza en ese lugar. Es una manera de no estar, quisiera entrar en el mundo, caer, hacerle el amor, meterme, dejar en alguna piedra roseta unos jeroglíficos.Quisiera.

 Tierra
Esa selva húmeda de lluvia corrupta, esas escaleras, esos diarios que te regalan, esos uniformes ¿Ahora seré como todos, salida de mí misma? Desde mi  interior, desde el cielo de cuadernos perdidos me muevo hacia la calle.Ruidos, tipitos, listo el dedo que toca el botón donde se forman las mentes. Atentos a cualquier desvío me miran.Los que gritaron tierra desde los barcos y encontraron gentes extraña, tenían una mirada así.La angustia sigue.

Fuego
El incendio de la llanuras pone en rojo la tarde. Un escenario de fuegos cruzados.El calor relee mi pensamiento rojo de ira, de amor, de lucha, rojo de banderas, las llamas iluminan el cielo posmoderno.Todo se mezcla en la intimidad ¿la sorpresa será la única salida ?

© Cristina VIllanueva

2 comentarios:

  1. Todo me gusta Cris. Es tan especial tu idioma. Fisuras es para la mesa de luz, allí lo llevo para ver ese cielo "del que se sabe.."
    Abrazo.
    María

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  2. Letras de una mirada aprentemente casual de circunstancias, pero vestidas de agudeza , sensibilidad y lenguaje de alta resonancia.
    Una maravilla leerte, Cris.
    MARITA RAGOZZA

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