Noventa años de Radio en Argentina
Fue la correa de transmisión cultural, musical y social de las familias en los años 30 y 40. Los inmensos aparatos superheterodinos ocupaban un sitio de privilegio en las casas modestas, en las piezas de los conventillos, en las viviendas de los pudientes y ricachones: era el difusor colectivo de las actividades humanas. Este es el informe que pone a disposición y conocimiento de los lectores un pedazo de historia múltiple del Río de la Plata. Espero que el lector evoque y disfrute con esta nota. Andrés Aldao
por Cristina Pailos
El 27 de agosto de 1920 se produjo lo que parecía una quimera, un “berretín” de muchachos locos . Eran cinco y pocos los acompañaron en el proyecto . Aquel día llegó el éxito para Enrique T. Susini y sus entusiastas socios. Se produjo la primera transmisión radiofónica desde la azotea del teatro Coliseo.Se transmitió la ópera Parsifal de Ricardo Wagner que en esos momentos se estaba representando en el teatro Colón, Claro que en ese momento fue sólo para unos posibles cien oyentes, que habían recibido unos aparatitos con sintonía fija.
La repercusión fue extraordinaria y el grupo de los “locos” estaba desbordado de alegría. Comenzó a llamarse Radio Argentina, con Enrique Susini como director de la misma, quien sostenía categóricamente que era la primera radiodifusora del mundo. No sé si habrá sido tan así pero, sin ninguna duda, estuvo entre las primeras. Todos los integrantes del grupo eran médicos o estudiantes de medicina, pero además fervientes radioaficionados como muchos otros argentinos que además del deseo de intercambiar conocimientos, o conectarse por diversos intereses, cumplieron valiosos servicios sociales con ondas inalámbricas desde fines del siglo XIX.
El salto al “éter” desde la azotea no fue una improvisación. Se prepararon y tuvieron consultas técnicas hasta con Guglielmo Marconi.
Para 1925, el ejemplo de Radio Argentina se extendió en Buenos Aires y también en algunas localidades del interior, porque prendió rápido en la gente constituyendo el primer gran fenómeno de masas. Aparecieron Radio Cultura, la Voz del Aire, Radio Sudamérica, Radio Brusa,Radio Universidad Nacional de La Plata y otras.
Dicen que en los barrios de entonces, en su mayoría de casas bajas, se podía ir camino al mercado o a la feria, escuchando en el trayecto el mismo programa favorito del público que salía de todas las viviendas construídas en el estilo “chorizo” de largas galerías donde daban las puertas de todas las habitaciones. También se escuchaba la radio en los bares, almacenes y despachos de bebida, donde entre ginebra y ginebra se comentaban las noticias.
Ahora estoy escuchando un programa radial de 1928. Es un “noticioso” como se decía entonces.
Se anuncia en primer lugar el triunfo avasallante de la fórmula presidencial Hipólito Yrigoyen-Francisco Beiró. Luego sigue un breve comentario sobre los 21 días de ayuno que continúa el lider pacificista Mahatma Ghandi en reclamo por la independencia de la India ante el Imperio Británico.
Una voz de barítono canta un largo jingle publicitario sobre la Cafiaspirina y luego continúan las noticias con una novedad científica que parece generar enormes expectativas en la lucha contra las bacterias: la penicilina, el reciente descubrimiento del inglés Alexander Fleming.
Otra musiquita publicitaria y se continúa con el suicidio en Nueva York de once financistas ante la caída de Wall Street. Y lo que sigue lo digo yo, no se menciona en el “noticioso” porque desde siempre hay que analizar a la radio y a todos los medios por lo que cuentan pero también por lo que callan.
A fines de la década, especialmente en los últimos cinco años, y debido al crecimiento dde las emisoras y a los primeros conflictos por las ondas de radio, se realizaron las pimeras reglamentaciones de las frecuencias radiofónicas.
Ya se insinúa el crack financiero y la gran Depresión que tantas consecuencias tendría en la economía dependiente de nuestro país, con sus secuelas lógicas de desempleo, conflictos sociales y un momento muy difícil para el Presidente Hipólito Yrigoyen, obstinado y no vidente por voluntad propia y a quien no le bastó la represión a manifestaciones obreras, ni los días luctuosos que Osvaldo Bayer llamó de la Patagonia Rebelde. La oposición quería mano más dura y todo desembocó en el golpe de Estado del General Uriburu, el 6 de septiembre de 1930.
Sentí escalofríos al escuchar la voz grabada del General Uriburu luego de consumado el Golpe. El mismo tono frío, autoritario y monocorde del General Videla y lo que es peor, el mismo concepto de orden en nombre del Ejército y de la Armada y que, según ambos, la sociedad reclamaba.
Fuera del objetivo de destruir el movimiento obrero y administrar la dependencia , la década del 30 marcó el éxito de las radios Splendid, Belgrano y la nueva Radio El Mundo creada en 1935. Por aquellas radios desfilaron Azucena Maizani, Fernando Ochoa, Mercedes Simone, etc. y se escuchaba el famoso jingle:
Venga del aire, del sol
del vino, de la cerveza
Cualquier dolor de cabeza
se quita con un Geniol
La difusión radial tenía tanta importancia que aparecen también revistas especializadas en programación radial, como la clásica Radiolandia.
En 1937 salió al aire Radio del Estado, más tarde redenominada LRA Radio Nacional.
El radioteatro se extendió como género popular. El contacto de la imaginación de los oyentes con voces que susurraban intimidad, puertas que chirriaban en el misterio, enfatizado por excelentes relatores, actores y sonidistas artesanales provocaron sabrosísimas anécdotas. También aparecieron los relatos deportivos, otra excitante novedad.
Se comenta que se apagó en Buenos Aires el último farol, pero se intuye que en Europa se va encendiendo el fascismo.
Otro momento que me conmocionó fue la voz de Carlos Gardel cuando, a sugerencia de la grabadora RCA Victor ,, anuncia su próxima gira por varios países del continente. Termina sus palabras con “Hasta pronto amigos” y canta el tango Volver. Fue el último contacto con el público.
Pocos días después, las estaciones de radio y los diarios anunciarían el accidente aéreo en el que pereció el emblemático cantante popular.
Por ese entonces, ya hay más de ochocientos mil receptores vendidos y trescientos mil encargados.
La década del 30, la década infame, va llegando a su fin pero hay sobrados motivos para que la radio transmita noticias dolorosas. En 1936y subsiguietes interesa la Guerra Civil Española, el destino de Federico Garcia Lorca, el suicidio de Alfonsina Storni y la dimensión que va alcanzando el poder de los nazis.
El humor del dúo Buono-Strano pone su cuota de humor para que la risa nos permita analizar con seriedad el profundo lastre de problemas que como el huevo de la serpiente se sigue desarrollando de manera subterránea.
No sólo me gustaría entrar en la década del 40 cuyos acontecimientos trascendentes vienen influyendo hasta nuestros días, pero en este aniversario de la radio quise extenderme en las décadas del 20 y del 30 cuando todavía no había sentido el tsunami de la televisión que le quitó actores, relatores, formatos, recursos y la magnificencia de sus tradicionales estudios. Pero luego del impacto, se volvió a robustecer y siguió siendo escuchada por distintas generaciones. Prueba de ello son los programas de Alejandro Dolina que congrega en vivo a oyentes jóvenes que se renuevan y asisten al lugar de grabación desde la década del 80.
En el medio nos queda la década del 40 que para mí tiene un momento estremecedor cuando Eva Perón anuncia el voto femenino. Siguen luces y sombras muy profundas de nuestra historia que ameritan seguir recorriendo los tiempos de la radio hasta llegar a nuestros días. Podría ser mi regalo para su próximo cumpleaños.
Bibliografía consultada:
Días de Radio, Historia de la radio argentina de Carlos Ulanovsky- Espasa Calpe- Buenos Aires -1996
El Siglo por Radio y A la Radio Humor. Tres CDs que conforman una magnífica realización drigida por Eduardo Aliverti, Javier Rubel, Agustín Tealdo y Pablo Milstein con un equipo excelente en investigación y asesoramiento histórico, producción música, y aspectos técnicos. Fue distribuída por el diario Página Doce hace diez años para el 80 aniversario de la radio.
La radio mutó en su formato de contenido pero sigue siendo la compañía por antonomasia de todo áquel solitario que transita en auto o trabaja encerrado. Ha dejado atrás contenidos desopilantes como la transmisión de carreras de turismo carrtera en las décadas del 40 y 50 o transmisiones (veladas) de box en el Luna Park pero por sobre todo fue y será desarrollo de la imaginación. Por suerte al editor no se le pasa ninguna efémerides, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarMuy interesante repaso del camino de la radio. Me acorde del abuelo cambiándole alguna lamparita a la radio a bujías. Y de la cara de sorpresa cuando muerto de risa decía, pero cómo vamos a poder escuchar la radio en esta transistores si no tiene bujías ni enchufe. Me gusta mucho eso de anlizar lo que se dice pero tambien lo que se calla. ElsaJaná.
ResponderEliminarMUY INTERESANTE. LOS QUE TENEMOS CIERTA CARGA DE AÑOS, SABEMOS PERFECTAMENTE DE LO QUE HABLA EL ARTÍCULO. ESTUVE MIENTRAS LEÍA, UN BUEN RATO EN OTROS TIEMPOS.
ResponderEliminarEDGAR BUSTOS
Muy bueno, sobre todo la voz de Uriburu que no conozco pero imagino estremeciendo.
ResponderEliminarLa radio tienen una cercanía aún hoy en mi caso le gana a la tv y nos diste una hermosa historia
Cristina Villanueva
Esta "historia de la radio" es parte de la historia argentina, y es un fragmento de la historia personal de los argentinos.
ResponderEliminarFelicito a Cristina por esta valiosa recopilación.
Andrés Aldao