La revista que nunca duerme

Andrés Aldao

Filosofía del escabulle

(texto al toque de chanfle, o canelón a la malaentraña relleno de humor y bilis)

Me preocupa la poesía, la utopía y la ecología verde y blanca, pero no soy poeta, sí soy utópico y la ecología me importa un rábano...

Me disgustan los puritanos, fallutos hipócritas y violadores de nenas, y me revientan las puritanas, consumidoras de porros y crema pond´s, buscadoras de amores púberes a los cincuenta pirulos.

No soporto a los profesores ni a los académicos con gafas, y/o a los críticos literarios fumando habanos o pipas.

La tele me provoca alergia, los diarios estimulan una tirria que me cubre de pies a cabeza. Como una túnica posmoderna

Bueno, de los políticos mejor no hablo ni puteo, les auguro una afonía permanente, más permanente que la revolución de León Davidovich Trotzky

A los traficantes de droga les deseo una feliz una apoplejía, a los tinelli y hadad una neumonía, a radio 10 la mudez y al canal 9 un corto circuito. Permanentes.

Luego los obama y los cameron, los gerontes y militares, los cretinos y libertinos que nos venden democracia a un dólar y cinco centavos por día.

El Etna comienza a echar lava; putin es el gran hermano, sarkozy un dromedario de larga nariz, berlusconi fanático del totocalcio y la pornografía, y los premios Nobel buscan al continente perdido en el mar de los zarpazos. Y los oscar para la ciencia.

Este universo es feroz y rengo, manco, bizco y artrítico; la medicina un espejismo y los pacientes unos ilusos y románticos.

Busquen en la basura...chicos vagos que odian el laburo; oigan viejos, ¡muéranse y dejen de joder! que al hospital le sobran pacientes, le faltan camas y los enterradores están sin trabajo. Las guerritas les sacan los clientes.

Qué mundo fétido y hamburgués, todo mezclado y difuso, pibes que tienen hambre y hambre que mata a los viejos.

Marte, venus y saturno tomados de la mano danzan alrededor del sol mientras la tierra revienta de calor y de anorexia; de inundaciones y bulimia; de terremotos y opulentos de la guita.

Soñar cuesta muy poco; es el menú más barato y accesible....

andrés aldao