domingo, 1 de agosto de 2010

Máximo Simpson:

Hebe Solves canta para nosotros su poesía

 

Luego de un paréntesis larguirucho, ayer sábado 31, a las 11.00 llamé a Máximo Simpson... Lo desperté, como era lógico, y conversamos tres cuartos de hora largos. No arreglamos el mundo, como es de suponer, ni lloramos por la leche derramada. Hablamos de su nuevo poema...(prometió dármelo para editar en Artesanías). Luego conversamos sobre un texto  que dedicó a su amiga Hebe Solves, que debía salir en una revista en papel y que se editó en internet. Sin pena, sin gloria, sin talento gráfico. Es lo que doy a conocer más abajo: una nota sobre la amiga querida con un final digno de Máximo:

Dejemos que teólogos y sociólogos averigüen dónde está Hebe ahora, qué ha sido de ella, y escuchémosla como siempre, pues Hebe canta para nosotros su poesía experiencial, reflexiva y conmovedora.
Andrés Aldao

 

Introducción



Sé que para algunas personas está claro que Hebe Solves ha muerto,                                                               que fue sepultada el 2 de agosto pasado en el cementerio de la Recoleta. Dicen que estuvo muy enferma, y que resistió estoicamente el vandalismo de la leucemia. Dicen que se negó a continuar con la quimioterapia, pues quería morir entera y en paz. También se afirma que en este último tramo de vida se mantuvo siempre admirablemente lúcida, y que mientras estuvo postrada le agradaba que sus hijos y algunos amigos le leyeran en alta voz, a su lado o por teléfono, cuentos y poemas de los autores que amaba y de otros que le gustaba descubrir.

Pero estoy confundido. ¿Cómo es esto de que se ha muerto si continúa cantando? Mi confusión aumenta cuando recuerdo que yo mismo le leí, mientras estaba postrada (en su casa o en el hospital), textos de Cortázar y Neruda, el famoso Romance del Conde Arnaldos (una lección de alta poesía), y también un romance de Antonio Machado que le gustaba especialmente. Todo ello es cierto, y muy verosímil lo que dicen, por lo que mi estupor ha llegado a un grado extremo. Y, si ello es posible, hay otro hecho que aumenta aún más la dificultad: un atardecer, en su casa, Hebe me contó que le habían pedido siete u ocho poemas para publicar en una revista, no sé cuál. Como ella no estaba en condiciones, me pidió que me ocupara de hacer la selección, encargo que acepté con alegría.



Según lo que recuerdo, ésa fue la última vez que la vi con vida, pues a la madrugada siguiente falleció, según testimonios habitualmente confiables. Pero las cosas son aún más complejas. Recuerdo vagamente haber ido al velatorio de Hebe, a la misa de cuerpo presente y a su sepelio. Recuerdo haberla visto, y recuerdo el ambiente, los familiares y amigos. ¿Pero qué es lo que vi? En mi memoria, apenas un doloroso traslado, un notorio cambio de residencia. Y me parece que Hebe sabía muy bien adónde iba. No obstante, a los amigos y cultores de su poesía nos perturba un hondo sentimiento de pérdida. ¿Cambiaron las costumbres de Hebe Solves, tiene ahora otros amigos? Para mí, lo único seguro es que esta amiga y creadora entrañable, esta voz tan peculiar, sigue cantando.
En su poesía, fruto de una mirada muy propia (ironía, humor, acentuado sesgo conceptual), sigue aflorando lo real desde ángulos inesperados y la intemperie del ser enraizada en los entrecijos de la cotidianeidad.
Dejemos que teólogos y sociólogos averigüen dónde está Hebe ahora, qué ha sido de ella, y escuchémosla como siempre, pues Hebe canta para nosotros su poesía experiencial, reflexiva y conmovedora.
Máximo Simpson



Poemas de Hebe:



El brillo de Osiris

El amor es lo cierto que no sabe
decirse. Somos niños que atisban
la rendija del cuarto de los padres
y el asombro nos contagia la risa,
la angustia de la muerte y la certeza
del cuerpo desmembrado. Quién olvida
el nudo de los brazos, las caderas,
el sexo poseído donde brilla
la estrella del amor, la buena nueva
que es el nombre del mundo cuando alguien,
con una voz burlona, nos anima
a ser los cuerpos de las marionetas
en el lecho del tiempo. Y la voz vibra
como si fuera nuestra, hasta callarse.

A mis hijos

Inaudible es el nombre que elegimos
para decirnos que agoniza el rumbo
de la mitad que fuimos. Sé que es mucho
el silencio para siempre unido
al hueco de la carne, pero escucho
el velo que sostiene la memoria
en la curva del vientre, donde mora
la casa del que fuera sólo uno.
La cadera sostiene lo que arroja
y si el dolor regresa alguna noche
jugando a ser aún lo no nacido
busco cruzar de nuevo aquel abismo
vagamente cubierto por el nombre
del amor, que nos crea y nos despoja.


Poética

Si yo tuviera algo que decir quisiera
decirlo con palabras inocentes, comunes.
Tengo miedo, nadie me escucha. El mundo sube
y baja, me hamaco sentada en la vereda,
a la puerta de casa. Hablo en voz alta, grito:
¿Dónde se metieron? ¿Qué hay a mis espaldas?
Desde hoy no vivo más aquí, fui expulsada
de la casa y de mí. El mimbre del sillón
hamaca rechina, quiero hablar pero silbo
como una serpiente. Ahora cambio por ladridos,
cloqueos, trinos, miento y me trago palabras.
Estoy meciendo, mezclando ideas en bata
de dormir, públicamente. Les pido: Vengan.
Y no sé qué decirles que valga la pena.

º º º º º º º 


11 comentarios:

  1. TAMAÑO POETA PARA ESA MUJER INCREÍBLE QUE FUE HEBE SOLVES DE LA QUE HE LEIDO MUCHO DE SU OBRA.AMBAS COSAS SE CONJUGAN PARA QUE ESTA SEA UNA FANTÁSTICA ENTREGA QUE HE DISFRUTADO DE PRINCIPIO A FIN. EXCELENTE!

    EDGAR BUSTOS

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  2. yo creo que a veces - estoy segura - el silencio puede más que toda palabra. un abrazo en la emoción que abarca a hebe y máximo, desde la distancia y nunca tan grande como la magnitud humana y poética de ellos. gracias Máximo. susana zazzetti.

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  3. DOS ROSTROS, UNA CARTA, TRES POEMAS PARA EMOCIONARNOS EN DOMINGO.
    DOMINGO DÍA DE LA SEMANA CON FAMILIA, Y SILENCIOS.
    UN SONIDO SUAVE DE ANGELES FLOTANDO SOBRE LOS POEMAS DE HEBE -LOS TRES BELLÍSIMOS PERO EL POEMA PARA LOS HIJOS ME DEMORÓ EN LA LECTURA HASTA RECUPERARME MADRE, OTRA VEZ- Y UN CORAZÓN ABIERTO A MAS NO PODER EN LA CARTA DE MÁXIMO. UN ABRAZO PARA TODOS LOS ARTESANOS.
    MARTA COMELLI

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  4. Máximo tiene una hermosa confusión y LA Revista la irradia: sentir que todavía Hebe canta con sus letras y sigue viva.
    Un encuentro conmovedor para mí en esta madrugada de lunes desvelada.
    MARITA RAGOZZAZ

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  5. "Les pido: Vengan/ Y no sé que decirles que valga la pena" Ya esta, qué mas. Una maravilla su poesía

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  6. El comentario anterior es de olga cabrera ladu

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  7. Máximo, querido amigo, tu texto te pinta de cuerpo entero: al leerlo, aun sin rúbrica, se sabe quién es el autor. Comparto la pena: Hebe es una gran poeta. No ha muerto, sigue cantando. Gran verdad.
    Andrés. en la amistad y la pena...

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  8. Me uno a la pena. Un canto que te susurra al oído "y no sé que decirles que valga la pena". ElsaJaná.

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  9. Maestro: "No se que decirles que valga la pena", ya lo ha hecho , desde siempre.
    Un poeta que siempre me conmociona. Gracias. amelia

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  10. Un introducció a la medida de la grandeza y la belleza de Hebe.
    Me escribi con ella luego de haberla descubierto en Página 12, hasta sus últimos días, sin saber que lo eran.
    Nunca me comentó que estuviera ni enferma.
    buscábamos juntas tres poema suyos para publicar en Canadá. Nos ganó el tiempo...
    Y cuantas otras anécdotas quedan por contar y que me despiertan esto poemas.
    Cuánta dulzura, cuánta pérdida en el vacío de ahora adonde antes Ella.
    Que aquí cante, muchas, muchas veces.
    Hasta ahora, Hebe, sus hijos, maximo, y todas las manos juntas para aplaudir tu existencia y tu palabra.

    Marta Zabaleta

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  11. conmovedor

    Cristina Villanueva

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