La mano se arquea apenas, busca la suavidad, las señales de la vida del otro, roza la cara, toma el pelo, se despliega, lo inunda de un vaivén casi canto o cuna.
Sobre esa cabeza, .Las uñas rojas de ella rozan, como una gran magia, las ideas y las sensaciones del interior de él, se toca con los sueños los bordea, los aviva...:La mano protege, libera, se ilusiona, se pierde en los laberintos del otro.
Hechicera ella aprende, se entibia, se transforma. Los dos transmiten un idoma extraño como formado por lo inexplicable
Visto desde lo alto son colinas surcadas por hilos de nieve con diez fuegos encendidos, alumbrando.
Cristina Villanueva
Cristina, por casualidad entré al blog buscando un cuento y encontré ésta poesía. Muy linda, muy suave. Un abrazo, nos vemos.
ResponderEliminarCristina, no siempre dejo comentario en tus publicaciones, es otro estilo este , que me agradó de entrada, te felicito. Ignacio dice muy linda y suave, sí, es así, aparte hay sensualidad. Feliitaciones
ResponderEliminarMaría Esther Martinez
Muy bueno Cristina. Me gustó
ResponderEliminarIrene
Una delicadeza suprema. Carnal y espiritual es la caricia. La autora se detiene en el gesto y lo escRIBE como una corTO de película en cámara lenta. Felicitaciones, Cris.
ResponderEliminarMARITA RAGOZZA
Ardiente sutileza, más que bueno...simple y directo. Saludos
ResponderEliminarBELLO CRISTINA. ADORO LOS ESCRITORES CON CAPACIDAD DE SÍNTESIS, CON TANTO MISTERIO Y GENEROSIDAD EN LA ESCRITURA, AUNQUE BREVE. MI AFECTO. MARTA COMELLI
ResponderEliminarTus palabras pintaron un paisaje de sensualidad y ternura en ideal equilibrio.
ResponderEliminarCristina
Muchas gracias a todos.
ResponderEliminarJuani que lindo encontrarte !!!!!!