Hace veintisiete años un doce de febrero se marchó un Gran Cronopio.
Genio dulce, apasionado del jazz y del box, alucinante explorador de las palabras, creador de historias con absurdos. Niño grande y lúdico, metafísico con lo biológico: hormigas, axolotls, hongos, conejos . . . amante de jugar en la alfombra, en el cementerio, en el manicomio.
Gran buscador y perseguidor del centro de sí mismo, de los otros, del cielo.
Gran Cronopio no se olvidó de las “ vederas” y las rayuelas, como tampoco de nuestras luchas y salvación, aunque su ser argentino lo hizo poner triste y elegir el exilio.
Volvió para despedirse y se re-encontró con sus lectores leales de la décadas del ’60 y ‘70 del siglo pasado, pero la oficialidad y el gobierno lo ignoraron.
Hoy , los pequeños cronopios que nos gusta jugar, dormir sobre flores, no medimos el tiempo con el reloj, dibujamos una golondrina en el caparazón de las tortugas, pensamos :
“ Está descalzo, más cerca de la tierra”.
No se ha ido, insiste en invitarnos al salto, nos mira como un axolotl atrás de un vidirio con sus grandes ojos que desde aquí ya conocían el otro lado.
Marita Ragozza De Mandrini
Un hermoso recordatorio señora Marita, tan bien concebido como todo lo que usted hace.
ResponderEliminarMis saludos
Pedro Altamirano
Hay que homenajear a estos grandes que tanto nos dejaron y Marita lo hizo tan bien como siempre
ResponderEliminarIrene
Cortázar - con toda seguridad Marita - anda entre nosotros. A quién se le ocurre olvidar a este genio que realmente nos abrió la cabeza, nos enseñó que existía otra forma de escribir, nos enseñó que hay algo que se llama creatividad e ingenio. Gracias a la revista y a vos Marita por el recuerdo.
ResponderEliminarLily Chavez
Que capa es Marita, gracias por estas expresiones, por recordar al genio.
ResponderEliminarMariano Lazarte
Arriba Cortázar
arriba Junín!
Bellísimo querida Marita, lleno de poesía, y de ternura y de fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo. amelia
A LA ESTIMADA MARITA, GRACIAS POR ESTE RECORDATORIO, AL MENOS YO, YA NO FESTEJO NI MI PROPIO NATALICIO.
ResponderEliminarEDGAR BUSTOS