Por Dari Mendiondo Bidart - Edil de Montevideo FA
Hombre de dos siglos y de muchas vidas, fue condenado a muerte dos veces en las cárceles franquistas; una vez se libró del fusilamiento por su heroísmo, otra vez por el azar de los azares o sencillamente una confusión burocrática zafó del fusilamiento sumario tan común en las mazmorras pardas de la España falangista.
Cayó preso a los 19 años, en 1939, y salió en libertad en 1962. En el encierro procesó un desarrollo político que lo hace visible como un dirigente de la organización interna que se dan los presos políticos, en ese segundo frente que se abre luego de la derrota, y que es el de la resistencia, primero para sobrevivir y al mismo tiempo mantener y desarrollar la lucha por los principios, por los ideales.
Culpado de responsabilidades políticas, niega y es terriblemente torturado. Pende sobre él la ejecución, el fusilamiento. Con entereza lo evita. Suspendida la ejecución la condena a muerte se mantiene y luego, cuando en 1944 es anulada, la sustituyen por una condena a ¡60 años de prisión! En ese entonces tenía 24 años.
Como Almodóvar al conocerlo y leer su historia biográfica en el libro "Decidme como es un árbol", no tomaría la iniciativa que ya está en marcha: realizar una película sobre Marcos Ana. Como se dice en criollo: es de cajón.
Marcos Ana es una personalidad que aún vive y que tiene el atributo físico y mental de testimoniar sobre el drama de esa España oscura, trágica, que albergó vencida en el frente de batalla el dolor de perder una luz de esperanza que fuera el sueño para millones de españoles/as de una República democrática y popular.
Federico García Lorca, Miguel Hernández, el Guernica de Picasso, inmortalizan la ferocidad de un régimen que se afirmó practicando el odio y empapándose en un río enrojecido con lo más vital de los corazones españoles: su sangre.
49 años después de ser liberado de su vía crucis, este entrañable compañero se ha transformado en un referente de las mejores cualidades humanas que el hombre puede cultivar, aquí sí, en las más duras de las adversidades.
Así, en las entrañas del medioevo oscuro y sanguinario, de la reacción más despiadada, más impune, surge un poeta por necesidad; un escritor autodidacta, ahora viejo y sabio, sí, sabio, pero no viejo; es más, me aventuro a manifestar un viejo sí, pero un "viejo jovial".
Su breve estadía en Montevideo en el año 2008 nos inundó de serenidad, rigor intelectual y una gran carga de humanidad. Su verba fluida y rica guarda un paralelismo con las entrañas mismas del Siglo de Oro, de ese chisperío intelectual rico y pródigo están las raíces de un Lope de Vega, de Quevedo, así como los artífices del Romancero, vemos en él como surgiendo en las nubes el poemario de Alberti, de Antonio Machado y León Felipe.
Quizás este pequeño verso escrito en la dura piedra de la no menos dura cárcel de Ocaña, luego de conmutársele la pena de muerte, refleja la fuerza moral de un combatiente y la inspiración poética propia de los grandes valores de la cultura universal:
Dos veces vino la muerte
y dos se fue arrepentida
Dicen que marchó ofendida
porque no doblé mi frente
¡Por eso dejó mi vida!
Sí, Marcos Ana ha cumplido el 20 de enero 91 años; su vigor "juvenil" no pasa desapercibido, sacude e inspira a la juventud española, ya que quien habiendo sufrido lo inaudito, no es capaz de generar una pizca de sed de venganza, aunque sí, no cesa de predicar que la justicia siempre estará en la voluntad y en la acción de los pueblos, entonces su sed sigue estando en el inacabable sueño de la siempre presente lucha por la utopía.
¡Salud Marcos! Los uruguayos te recuerdan con cariño, no olvidamos tu presencia en nuestra tierra en 1963, y menos en el siglo XXI, en 2008.
Celebro este reencuentro con Marcos Ana después de mucho tiempo. Durante años recorrí sus patios y cielos encarcelados que se volvieron gigantescos para albergar mis pesadillas sobre tanto compañero confinado.
ResponderEliminarMarcos Ana sigue fresco en la belleza de sus poemas tristes hasta el desgarramiento. Sigue multiplicado en las mazmorras del mundo y sigue siendo un ejemplo de coherencia, dignidad y humanismo para todos los hombres del mundo y para que los jóvenes lo conozcan.
Gracias por esta publicación y gracias al señor Dari Mendiondo Bidart
Cristina
Testigo de la infamia falangista, preso en las mazmorras de franco (el petit Napoleón gallego), Marcos Ana es el prototipo de poeta y combatiente. Un honor traerlo a estas páginas... para saber!
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