ERNESTO RAMÍREZ |
Sólo un borracho
nada es más que eso
atestiguan su condición
el desvarío de sus ropas
la impiedad del aliento
su calendario de barba
esa carnaza derrumbada
en bares de muerte insular
o portales sin pisadas
la clemencia de un perro
y la fatiga de las horas
emboscadas de sombras
a veces reza en pretérito
rarezas casi inaudibles:
mujer de hondo abrazo
hijos de besos mariposas
abrigo dulce de ladrillos
señor de sobre a fin de mes
luego sobreviene un silencio
desde el fondo de la realidad
empina entonces la botella
dice al perro “no es nada”
busca en la pared cercana
a su sombra ebria de moho
y repite para sí “no es nada…”
Vísceras por el camino
mi cama tenía un acolchado de retazos
que hacía los inviernos sofocantes
y fiebres a las que nunca faltaba
la mano analgésica de mi madre
mi cuarto era un panal de hermanos
y la cocina un morral de guisos y tortas
mi casa tenía un barrio de gente buena
y amigos con los que destripar una pelota
mi calle tenía paraísos y perros vira latas
vecinas cascarrabias y chismosas
y niñas que hacían espabilar las manos
mi barrio tenía calles casas vecinos
paraísos perros cocinas cuartos
amigos hermanos madres y acolchados
también padres devotos de san tinto
que al volver de misa lo llenaban de eses
mi ciudad tenía muchos barrios como aquel
otros donde faltaba lo poco que teníamos
y tres o cuatro donde sobraba lo que sobra
un día marché a conocer otras ciudades
que tenían muchas vecindades dispares
y viví en barrios donde había demasiado
a tal punto que lo usado iba a la vereda
todo se renovaba y sobraba lo anterior
y por sobrar
también sobrábamos los de fuera
y nuestros acolchados de retazos.
Hijos de besos mariposa me impactó del primer poema, los dos son muy buenos . Felicitaciones Ernesto!
ResponderEliminarEsto solo: mi cuarto era un panal de hermanos, me vale todo el poema. Me tocó tanto Ernesto que nunca sabrás todo lo que me movió por dentro. Cada uno carga una historia. Felicitaciones
ResponderEliminarMaría Esther Martinez
ESTABA EXTRAÑANDO A RAMIREZ, ME DA GUSTO LEER ESTOS DOS POEMAS MADUROS Y DISPUESTOS A TRANSMITIR TODO EL SENTIMIENTO DEL AUTOR. EXCELENTES ERNESTO. UN GUSTO ESTA LECTURA
ResponderEliminarEDGAR BUSTOS
Dos poemas a loa que se les ve las venas, el grosos de la energía. Hay algo que decir y sale sin medias tintas, una de las cualidades de este escritor al que felicito
ResponderEliminarPedro Altamirano
Hay muchas imagenes que rescatar en estos versos maduros, que dicen mucho, que enternecen, que buscan la palabra como tutor de esas ramas que - de no ser así - buscarían tal vez tomarse de un cielo oscuro. Me encantaron los dos amigo, te quiero.
ResponderEliminarLily Chavez