Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1947. Poeta e investigador cultural. Desde 1971, año en que editó su primer poemario, ha venido desarrollado un quehacer intenso en los ámbitos poéticos. Importantes publicaciones de su país y de América han incluido en sus páginas poemas de su autoría: revista Crisis (Buenos Aires), revista Alero (Universidad de Guatemala),Shantih magazine (New York), Revista Nacional de Cultura (Caracas), y revista Casa de las Américas (La Habana ), entre otras. Durante los años de la última dictadura militar de su país vivió en el Oriente venezolano y en la ciudad de Maracaibo, donde en 1982 se publicó uno de sus libros (ver al pie el listado de obras poéticas del autor). Dio conferencias y participó de encuentros internacionales en distintos países y asimismo brindó numerosas lecturas; entre otras: en el Ginsberg Tribute, en el Central Park, New York, y en la más reciente Feira do Livro, en Brasilia . En el año 2000 tuvo edición su trabajo de investigación Harlem: los blues de la historia, que incluye una selección poética, con traducción que le pertenece en coautoría. Por otra parte, en el lapso 1994-2002 dirigió en su ciudad la revista de poesía latinoamericana Cuaderno Carmín, de difusión continental. En la presente década preparó y ofreció diversos seminarios acerca de la poesía de América en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, entre otras instituciones. Reside al sur de la ciudad de Buenos Aires.
VIEJA POSTAL VENEZOLANA
En la orilla abrupta duerme
de honda mar un tiburón
con una herida corta
y abierta en U como su boca
triste, triste
bajo el blanco sol
y entre algas abundantes
y una botella rota de cerveza.
de honda mar un tiburón
con una herida corta
y abierta en U como su boca
triste, triste
bajo el blanco sol
y entre algas abundantes
y una botella rota de cerveza.
Un poema es una piedra
y dos de esas piedras
no son
sino el comienzo
o parte de un camino.
Un poema es una piedra
que bien puede
en la niebla
marcar rumbo.
Un poema en la noche
brilla
con luz propia.
y dos de esas piedras
no son
sino el comienzo
o parte de un camino.
Un poema es una piedra
que bien puede
en la niebla
marcar rumbo.
Un poema en la noche
brilla
con luz propia.
Viento, háblanos del mar
que hoy estamos algo así
como aburridos, como tristes.
Afuera, ves, llueve,
llueve con ganas
y contigo. Háblanos
también de las costas
de Chacachacare y de Macuro
mientras tomamos el café
y miramos la ventana.
que hoy estamos algo así
como aburridos, como tristes.
Afuera, ves, llueve,
llueve con ganas
y contigo. Háblanos
también de las costas
de Chacachacare y de Macuro
mientras tomamos el café
y miramos la ventana.
Háblanos
así, del oleaje
torrentoso dando en los cargueros
que se inclinan
en las Bocas,
que hoy estamos desolados
y deseosos de tu magia.
así, del oleaje
torrentoso dando en los cargueros
que se inclinan
en las Bocas,
que hoy estamos desolados
y deseosos de tu magia.
* El autor vivió en Güiria, poblado costero venezolano, durante 1977 y 1978, y a esa experiencia corresponde el poema de esta obra.
Amigo . Valorado y querido amigo. Que bueno encontrate aquí. Háblame del mar, que aquí entre montañas me siento encerrada.
ResponderEliminarVos lo sabés, soy tu fan.
Un abrazo, amelia
Las palabras del poeta me llevaban y me traían como si estuviesen jugando con mi condición de lector, como el agua cuando entra a la costa y se retira. Hermosa sensación me transmitió, felicitaciones Eduardo
ResponderEliminarPedro Altamirano
Esa sensación Pedro se asemeja mucho a la que yo sentí al leer estos poemas de Eduardo, como quien mueve un abanico y nos mueve la imagen hasta que nuevamente la deja fija. Bien Eduardo, felicitaciones.
ResponderEliminarLily Chavez
Autor muy querible. Su poesía es una conjunción de vuelos y profundidades.
ResponderEliminarUna gran alegría encontrarlo en la Revista.
MARITA RAGOZZA
Eduardo, vibré con el tiburón y el mar.
ResponderEliminarLos dos poemas seducen, atrapan, movilizan, te felicito.
Un abrazo
Betty Badaui