JORGE ROSSI
esa mujer tenía un balcón
para invitarnos a desencontrar su alma
hablaba de sí misma y eran vitrinas
lo que podía decir sobre su cara.
era triste esa mujer reía
todos los carnavales le decían tiempo
todas las veredas conducían a su futuro
y ella pedía clemencia en los harapos
de las grandes tiendas
esa mujer le temía a la muerte
por eso malversaba la vida.
S/T
la tarde no tiene precisiones de vos
o te trae velada
apenas
entre otras tristezas.
el viento es un espejo
por donde veo mi alma
pasar
y hay un regusto a cosas
como tu nombre
pero no es tu nombre
sino el nombre de tu piel
ese calor
que se quiere sofocar
que quiere ahogarse
para no saberte siempre
donde estás
en todos lados
( duele aceptarlo).
corresponsal Susana Zazzetti.
para invitarnos a desencontrar su alma
hablaba de sí misma y eran vitrinas
lo que podía decir sobre su cara.
era triste esa mujer reía
todos los carnavales le decían tiempo
todas las veredas conducían a su futuro
y ella pedía clemencia en los harapos
de las grandes tiendas
esa mujer le temía a la muerte
por eso malversaba la vida.
S/T
la tarde no tiene precisiones de vos
o te trae velada
apenas
entre otras tristezas.
el viento es un espejo
por donde veo mi alma
pasar
y hay un regusto a cosas
como tu nombre
pero no es tu nombre
sino el nombre de tu piel
ese calor
que se quiere sofocar
que quiere ahogarse
para no saberte siempre
donde estás
en todos lados
( duele aceptarlo).
corresponsal Susana Zazzetti.
poemas de honda nostalgia arrastrada por el subjetivismo del poeta. la mujer, siempre, desdibujada en su presencia física; permanente en el deseo. susana zazzetti.
ResponderEliminarLos dos poemas tiene el sabor del buen decir poético, pero me quedo con el segundo donde no se teme a la muerte pero sí , se teme a la vida.
ResponderEliminarMARITA RAGOZA
jorge, ese querer uhir de la muerte se enmascara a veces de mil formas los harapos siempre los llevamos aderidos al cuerpo hasta el final, la mujer es siempre asi debes ir tras ella, aunque no sepas donde este
ResponderEliminarun abrazo
mariaelena tolosa
Dos poemas intensos. Vibran por si solos, y su contenido invade y perdura. La muerte es una consecuencia de la vida (... o es a la inversa?...) Solo hay que animarse y aceptarla.
ResponderEliminarMe atrae su forma de escribir, siempre un misterio no revelado. Gladys.
ResponderEliminarAngustia, desconcierto. Y como dice Gladys: misterio. Rebeca Sbezzi. Córdoba.
ResponderEliminarMe gustaron , intensidad dice Marta y sí, así lo recepté, me gustaron mucho.
ResponderEliminarLily Chavez