miércoles, 21 de julio de 2010

WEN YIDOU

Aguas muertas

Nos ven
cuadro de Liliana Luckin

Wen Yidou (Introducción, notas y traducción del chino de Javier Martín Ríos). Bassarai Ediciones. Vitoria. 2006.


Wen Yiduo (1899-1946) fue uno de los poetas chinos más destacados de la primera mitad del siglo XX, siendo uno de los baluartes de la llamada "nueva poesía". Fue miembro de la Sociedad literaria de la Luna Nueva y reivindicó, juntos a otros poetas importantes de su época, como Hu Shi (1891-1962) y Xu Zhimo(1896-1931), la necesidad de utilizar la lengua hablada (baihua) como medio de expresión, la consecución de la forma en el poema y el verso sujeto a las reglas del lenguaje y la prosodia, la importancia de la musicalidad de la estrofa como resultado final del proceso de la escritura y la riqueza de imágenes y metáforas para expresar los sentimientos del poeta, en relación con su vida íntima y el devenir de la nación. En suma, la poesía de Wen Yiduo participa de esa ilusión por la modernidad de los poetas chinos que escribieron durante el Movimiento de la Nueva Cultura. Este libro abre un camino en el estudio de poesía china moderna en español, de la que apenas contamos con traducciones y trabajos de investigación. (enviado por Amelia Arellano, bienvenida en el día de la amiga)

DESCUBRIMIENTO

He venido y he salpicado lágrimas de sangre
Ésta no es mi China, ¡ No !  ¡ No !
He venido, porque he escuchado que tu me llamabas,
fustigando el torbellino del tiempo, manteniendo el
fuego en alto, he venido y no sé si será una gran desilución

En mi mal sueño me he preguntado, ¿ dónde estás ?
Ese espanto, esa pesadilla pendiendo de un precipicio,
¡ eso no eres tú !, eso no puede ser mi amor predilecto
Yo le quiero al cielo azul, le amenazo impetuosamente,
le pregunto, golpeando con los puños al pecho desnudo
de la tierra, pero no hay respuesta alguna, yo te llamo llorando,
y vomito un corazón, ¡ en mi corazón !

ÚLTIMO DIA

El rocío en las cañas e bambú
las lenguas verdes e los bananos
lamen  el cristal  de las ventanas
por todos lados los muros de creta retroceden
yo solo no puedo colmar una habitación tan grande

En mi corazón arde un fuego
esperando sosegadamente a un huésped
que viene desde muy lejos, utlizo la tela
de araña y las heces de los ratones
para alimentar la lumbre, reemplazando de nuevo la leña
por escamas de serpiente

El cacareo del gallo apremia, en el brasero
hay un montón de ceniza, un mal viento a robar
viene acariciando mi boca. En un principio
el huésped estaba frente a mis ojos,
Yo toso una vez, justo cuando el huésped se acerca.  
 Wen Yiduo

Enviado  por Amelia Arellano

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