sábado, 24 de julio de 2010

CARMEN BOULLOSA
ABORTO Y NACIMIENTO II Obras de arte de Argentina

Novelista, poeta y dramaturga mexicana. Nació en la ciudad de México y estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Iberoamericana. En 1976 obtuvo la beca Salvador Novo de Bellas Artes, en 1980 la del Centro Mexicano de Escritores y en 1992 la de la Fundación Guggenheim. Fue redactora del Diccionario del Español en México de El Colegio de México y fundadora en 1983 del Taller Editorial Tres Sirenas. Ha publicado las novelas Mejor desaparece (1987), Antes (1989, por la que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia), Son vacas, somos puercos (1991), El médico de los piratas (1992), Llanto (1992), La milagrosa (1993), Duerme (1994), Cielos de la tierra (1997), Treinta años (1999), Prosa rota (2000), Leaving Tabasco (2001) y De un salto descabalga la reina (2002). Obras teatrales: Trece señoritas (1983), XE Bululú (1984, coautora), Cocinar hombres (1985), Los totoles (1985), Mi versión de los hechos (1987), Aura y las once mil vírgenes (1987) y Propusieron a María (1987). Poesía: El hilo olvida (1978), La memoria vacía (1978), Ingobernable (1979), La voz y método completo de recreo sin acompañamiento (1983), La salvaja (1989), Todos los amores: Antología de poesía amorosa (1997) y La bebida (2002).  
Agua oscura

Es hablar de la llanura que se quiebra en la noche,
interminablemente oscura,
que se desborda al horizonte, silenciosa y sin límite

El círculo roto, el murmullo que desatendido se multiplica,
se convierte en un ejército con mil frentes,
sonido inacabable, incomprensión inacabable

(es tu olor la firmeza única,
la única sobrevivencia del sabor del día)

Tengo abiertas las manos para tocar la caída de agua oscura
que en múltiples texturas se desenmaraña
He abierto conscientemente las manos: nada me detiene, nada detengo.
En esta limpia fluidez tumultuosa perdí el modo de jugar la ronda:
En este movimiento he dejado el último resquicio virgen al movimiento,
el último e infinito resguardo.

Ya nada me distingue del mundo.

-Sí, tú eres la firmeza única, el momento cierto que me espera
a un lado de la noche para abordarme, pero eres el único eco capaz
de nombrar lo que ejerce la oscuridad sobre la llanura-

Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo.
Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua
que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene.
Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa.
Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala, me sostiene, me demarca.
º º º

3 comentarios:

  1. Quiero decir que estoy en casa de una amiga, con el propósito de dejar algunos comentarios (no puedo desde mi máquina) y que ella está leyendo (cosa que no le gusta mucho) al lado mío y opina y comentamos, hasta eso genera la publicación, me gustó. Y un excelente texto, me gustó muchísimo...

    Lily Chavez.

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  2. BUEN POEMA, ME GUSTO. JUSTO UN INSTANTE ANTES DE PERFORARME, ME SEÑALA, ME SOSTIENE , ME DEMARCA.
    SERÍA LINDO QUE ESO SUCEDIERA ANTES DEL DAÑO IRREVERSIBLE QUE A VECES NOS LLEGA.

    EDGAR BUSTOS

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  3. olor y sabor de agua oscura donde todo se detiene y se demarca. Bello poema que define la sutil pluma del poeta.

    Celmiro Koryto

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