lunes, 1 de febrero de 2010

NARRATIVA: UNA MADRUGADA - Mercedes Sáenz

Invierno en el Ligallo del Ganguil

Es la hora de los duendes y las hadas. No hay luz todavía, todo es color de plata, pintado por la llovizna que acaricia lo que toca. Hamaca la copa de un árbol liviano y deja sus hojas, con un beso de savia.
La llovizna no hace ruido, cuando es blanda como la luz y se desparrama sobre los cordones de las veredas, las piedras y las plantas.
No le importan los techos, con que la mires le basta.
Es la hora en que las luces se quiebran en mil fragmentos, tan pequeños que intimidan al soberano. No tiene por donde salir al mundo, sólo por los relojes de ventana, alguno que transparente le diga que es hora de dejar el oeste y subir por la montaña.
Es la  hora de los silencios que han muerto, hace pequeños segundos, por que los primeros pájaros, ya cantan, entibian la garganta, ya que se mojan sus alas.
Es la hora, entre la vigilia y el sueño del que recién se levanta
El sol intenta subir por el río, pero allí también, hay una tranquera de nubes que no deja pasar a nadie.
La llovizna persiste, parece un llanto de niño, sin su nodriza.
¿Por qué llora si conoce el mundo, si le es permitido acariciar cuanto existe?
¿Por qué se enoja de pronto y de niña, se convierte en un ejército celta?
Y arranca su territorio, el propio, porque todo su planeta es agua, y quiere sacar de cuajo, los árboles y las casas. Cosas que no hubieran crecido si ella no estaba cerca.
Que sucede esta madrugada… Habla la lluvia, llora la llovizna.
Hace un rato, lenta se paseaba, pintando color de brillo cualquier cosa que tocara.
Esta mañana era una música que en el medio del silencio, oía caer de una hoja la gota y se la veía rodar hasta donde llegara, como una lágrima anónima ¡porque son tantas!
Las voy a contar una por una, porque algunas, son mías y otras de quien me las guarda.
Mercedes Sáenz

9 comentarios:

  1. !Que hermoso Merci! Sólo falta como decía Isidoro Blanstein, encimarlas como caminos de hormiguitas y te sale un fantástico poema.
    Un abrazo! amelia

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  2. ¡cuánta personificación impensada de la llovizna, merci!! y detrás del río ( siempre con vos, inherente a tu persona) un espíritu que transmite lo que siente. y contagia. hermosísimo texto. abracito. susana zazzetti. muy bella la pintura.

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  3. Sí, Mercedes, casi un fantástico poema. Sí, Mercedes, siempre el río en tus creaciones, atrapantes. Fernando de Zárate.

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  4. Delicadeza y sensibilidad: unión perfecta para la belleza expresiva. La felicito por su forma de entregarse. Rebeca Sbezzi. Córdoba.

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  5. Muchísimas gracias por los comentarios. Los abrazo con el corazón!. Mercedes

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  6. Qué bella imagen la del llanto del niño sin nodriza! Qué ternura y qué desamparo. Liliana Reinoso

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  7. No hay con que comparar la transparencia de tu escritura. Muy bien Merci. Un abrazo. Federico J

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  8. Delicado, ensoñador, Merci, y seguro que Alguien guarda la lágrimas. Quedo fascinada.
    MARITA RAGOZZA

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  9. Mercedes, salí a buscarla luego del sentido comentario que hizo en Tinta de Poetas y la encontré en este poema-relato, embebido de un ensueño acuoso que es uno de mis preferidos en el arte de poetizar. Llanto calmo, melancolía a tientas en una hora imprecisa. Mis mejores deseos para usted y su prosa poética. Miguel de la Cruz.

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