jueves, 25 de febrero de 2010

Poemas de Elvio Romero

bodegon



Nació en Yegros, el 12 de diciembre 1926. Se incorporó a la vida literaria de Asunción siendo muy joven y compartió tertulias con Josefina Plá, Hérib Campos Cervera, Óscar Ferreiro, José Antonio Bilbao y otros altos exponentes de las letras paraguayas de entonces. En 1947 tuvo que exiliarse a la Argentina. Primeramente vivió en Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco), y por su casa pasaron camino del exilio, figuras como José Asunción Flores, Herminio Giménez, los hermanos Larramendia, y muchos otros. Posteriormente se instaló en Buenos Aires y desde entonces su voz ( testimonio poético de las vicisitudes y los padecimientos de su país) se dio a conocer en la América Latina. Es la voz poética paraguaya más conocida en el mundo hispano hablante. Entre su obra poética, destacamos Días roturados (1947), Resoles áridos (1948-49), Despiertan las fogatas (1950-52), El sol bajo las raíces (1952-55), De cara al corazón (1955), Esta guitarra dura (1960), Un relámpago herido(1963-65), Los innombrables (1959-73), Destierro y atardecer (1962-75),  El viejo fuego (1977), Los valles imaginarios (1984), Flechas en un arco tendido (1983-1993), El poeta y sus encrucijadas (1991). Como prosista publicó una biografía Miguel Hernández - Destino y poesía (Ed. Losada, 1958), El poeta y sus circunstancias (Ed. RP, 1991) por el cual se le otorgó el Premio Nacional de Literatura, de ese año y Fabulaciones (Ed. El Lector, 2000). Se cuenta que la famosa frase "Adiós camaradas, amigos despedidme del sol y de los trigos" atribuida al poeta Miguel Hernández, antes de morir en la cárcel franquista y que escribiera en la pared, sería del propio Romero. Producido el derrocamiento de Alfredo Stroessner, pudo regresar al país donde tomó contacto con sus amigos y colegas paraguayos. Era miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española y socio del PEN Club del Paraguay. Falleció en el año 2004.
Fiesta
Y así te pasarías
la vida,
tibia carne adorada.

Danzando,
empapada de lluvias,
los cabellos pegados a la piel,
joya desengarzada, aroma y rosa
sobre un campo de hortensias y jazmines.

Cantando,
arrebatada, risa
y ofrenda clara, elástica y hermosa,
los labios frescos en la noche, agitando
el ansia de las guitarras, tentadora
música montaraz, vivaz y airosa, dulce
codicia de forasteros,
blusa de encaje y flores sobre el hombro desnudo,
llenando el patio abierto de canciones.

Así te pasarías,
en el canto y la danza
y asombrado a los caminantes,
hija del fuego, del aire, de las tardes,
visita inesperada, brisa prometedora
de ardor y adivinanzas, apartando
y abriendo las cortinas de las ventanas, viento
marcando el calendario del amor en la aurora.

Así te pasarías,
tibia carne dorada.


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Tormenta


La noche ha sido larga.

Como desde cien años
de lluvia,
de una respiración embravecida
proveniente de un fondo de vértigo nocturno,
de un cántaro colorado
jadeando en la tierra,
el viento ha desatado su tempestad violenta
sobre el velo anhelante de la ilusión
efímera, sobre los fatigados menesteres
y tú y yo, en la colina
más alta,
en el rincón de nuestros dos silencios,
abrazados al tiempo del amor, desvelándonos.

Deja que el viento muerda sobre el viento.
Yo te cerraré los ojos



La noche ha sido larga.

Como desde cien años
de lluvia,
de una respiración embravecida
proveniente de un fondo de vértigo nocturno,
de un cántaro colorado
jadeando en la tierra,
el viento ha desatado su tempestad violenta
sobre el velo anhelante de la ilusión
efímera, sobre los fatigados menesteres
y tú y yo, en la colina
más alta,
en el rincón de nuestros dos silencios,
abrazados al tiempo del amor, desvelándonos.

Deja que el viento muerda sobre el viento.
Yo te cerraré los ojos
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2 comentarios:

  1. Que poemas bellos.Ideales para leer en una noche lluviosa como esta. Amelia

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  2. Que fuerza en las imágenes, mucha fuerza. La introducción me completó muchas cosas además de la belleza. Abrazo. Mercedes Sáenz

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