Demencia / asesinatos/ bestialización
sus víctimas mueren dos veces
con el balazo cobarde y el olvido.
El asesino murió con el juramento
de no recordar nada.
Pero lo sabe la Villa 31,
los descampados de Ezeiza,
los basurales de José León Suárez . . .
Lo sabe la Historia y el dolor que no cesa
por esperar la Justicia.
(Mi calendario y mi reloj
marcan el día y la hora
en que Carlos cayó por el verdugo )*
Por detrás del corazón
tengo un cáliz de sombras
y una cuerda de alaridos.
*El Padre Carlos Mugica a la salida de misa del 11 de Mayo de 1974 fue baleado por la espalda con una ametralladora Ingram. Su asesino fue el comisario Juan Carlos Almirón.
Marita Ragozza De Mandrini
muy real, marita, muy sentido y muy importante y oportuno el recuerdo del queridísimo padre Mugica para que su ofrenda de vida no queda entre las sombras. mis felicitaciones por este poema en este marzo que habla del horror. mi abrazo.
ResponderEliminarNo puedo dejar de escribirte ahora. Es excelente. Comparto plenamente ese sentimiento,esa parte aún de sus alas. Abrazo.Mercedes Sáenz
ResponderEliminarSin comentarios, tu lo has dicho todo. Un abrazo.amelia
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