Casi morir detrás de la ventana
"Mientras tanto he de dormirme
cuando los labios de mi madre
soplen la llama del candil."
Fayad Jamís
Del otro lado
la ciudad reluce con su furia de huracán.
El viento es el último sonido de la noche
y el niño detrás de la ventana
siguel el curso del tiempo igual que a una paloma.
A esta hora
una ceiba es la más triste armadura de un guerrero
y el sonido de la verja, una canción monótona y distante.
Los piratas asaltan a la noche,
consumen la leyenda de odres turbios,
podridos por el sueño
se paran sobre el cuerpo fláccido del niño
y agitan el aliento del naranjo,
como queriendo dehacer
fragancia y estructura.
Del otro lado la ciudad reluce,
pero los ojos del niño ya no están.
La llama en el candil se ha dormido.
Razones
Respeta, piedra, el temblor de la hoja
como el viento perdona tu aspereza
y el poeta comprende la ferocidad de los cuchillos.
Bajo los astros,
entre los grumos olorosos,
la piedra, el viento y las hojas
poseen sobradas razones para ser
aún cuando no esté del todo claro
el orden que luego tendrán sobre la tierra.
Movidas por el viento´las hojas muestran, como Jano,
las caras del otoño;
mientras que el sueño de piedra de la piedra
en el fondo es una señal de clara alarma. /
El cuchillo con que se taja el pan
o se siega la cabeza de los hombres,
nada sabe,
su misión es cortar, viejo designio.
El poeta no ama el cuchillo,
pero entiende su belleza.
Nada crea la piedra si no es su propio sueño,
nada ruede el viento si no es su esfuerzo
nada cante la hoja si no es su propio miedo.
En la sombra, el poeta vela las armas
que a su llegada ha de encontrar el día.
Nadie forje el acero en las tinieblas
oficio es de la luz, y del poeta.
"Panorama de la poesía cubana"
Corresponsal Susana Zazzetti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario