Hasta aquí la noticia de rutina... Fenia Vesman, "La Abuela", enviudó muy joven y asumió la tarea de proteger y educar a la única hija mientras se ganó la vida de un modo intensivo. Ese desafío de las circunstancias, con una hija de once años, la impulsó a enfrentar todos los difíciles vericuetos que le impuso la crueldad de la sociedad capitalista.
En los años de la gran represión, desde el 1º de noviembre de 1974 (en que Ester y yo fuimos detenidos y arrancados de nuestros hijos, Fenia asumió su papel de abuela y luchadora. Mientras algunos abogados temieron asumir nuestra defensa, borrándose vergonzosamente, Fenia se ocupó de los hijos y recorrió los juzgados para saber de nuestra situación, detenidos e incomunicados en dependencias de la Triple A, coordinación federal. Así llegó hasta el juez federal Lafuente, del juzgado federal Nº 3, secretaría Pombo. Así se ocupó en señalarle al juez las torturas, la detención ilegal, la irrupción por la fuerza, el robo de nuestros bienes personales, de dinero, libros, ropas y otros menesteres de la casa.
Mientras otras personas se borraban, Fenia Vesman no cesaba su actividad solidaria. Familiares suyas, al verla, cruzaban de vereda o bajaban de los colectivos. Jamás temió enfrentar a los represores, a los jueces cobardes, a quienes desenfundaban el "Y...algo habrán hecho". Lo hizo sin temor y sin claudicaciones. Su actividad les enseño el camino de la lucha por la libertad de los hijos presos, fue un precedente de las madres y abuelas de la plaza de Mayo, sin padrinos ni madrinas...
Infaltable en las visitas a la cárcel de Devoto, en el mes de septiembre de 1975 viajó con nuestra hija Ronit a visitarme a la cárcel de Resistencia. Se ocupó de todos nuestros trámites, peleó con los jueces y los funcionarios militares que iban ocupando puestos administrativos en la represión y eran la cara legal de la Triple A. Sin alharacas, sin soberbia de heroína, sin cerrar la boca ni ante el coronel que, sentado en una oficina de la Casa Rosada ocupada por Isabelita y el cabo López, atendía los pedidos de que se nos permitiese nuestra salida por aplicación del art. 23º de la opción de salida de la entonces Constitución Nacional...
A los 96 años y la yapa, el corazón de Fenia Vesman dijo ¡basta! . A quienes sabemos de su callada militancia en nuestra"orga", de su incansable lucha por los hijos presos y la solidaridad con todos los detenidos por la represión, le decimos hoy: Fenia, usted fue una predecesora, fue la Madre de Almagro, siempre presente en coordina, en los juzgados, en las puertas de Devoto.
¡Descanse en paz, querida Fenia, lúcida y combatiente!
Andrés Aldao
Querida Nurit, hijos, nietos, Aldaito:
ResponderEliminarLa pena toca fuerte cuando al amigo "ese uno mismo con diferente cuero", le sacuden o le estrujan el alma, más aún, cuando la vida te viene con esos golpes que aunque presentidos y esperados o lógicos, nos hielan el amor que se compartía y que ahora, pasará a ser un recuerdo. Gracias a Di-s, la vida me permite estar cerca de ustedes para estrecharlos cuerpo a cuerpo, y en mi presencia la de tantos que ya aparecerán por estas páginas a brindar su amor como siempre, pero que hoy se acercarán conmigo a estar con ustedes, acompañándolos en el ultimo adiós a Fenia (z"l), a la que hasta hace apenas unos meses, vi reir y aplaudir y tararear canciones en una fiesta compartida en Maalot.
Quienes los amamos, estamos con ustedes. Que el dolor esta vez no será una espina más de impotencia clavada en el alma que busca justicia, sino un adiós que es ley de vida. Fenia se llevó consigo lo más hermoso de la vida, el recuerdo de todos y cada uno de ustedes que han tenido una vida limpia de intereses claros y sanos por los que luchar, y que nunca perdieron el rumbo ni la fuerza. Los amo. ElsaJaná.
Ester, Andrés, familiares y amigos de Fenia:
ResponderEliminarCuando una vida ha sido tan honrosa, no parte hacia la nada. Perdura en las historias de vida de quienes la aman. Todo en la naturaleza se transforma. Nada se va del todo. Sólo el estado cambia. Tal vez, sublimemente, Fenia ha alcanzado el Todo (aquel espacio adonde iremos, irremediablemente, sin excepción) Quizás, en un instante sin tiempo, se encuentre con mi padre de una forma intangible desde la que no me cabe duda, me acompaña como ella lo hará desde ahora y hasta el reencuentro.
Todo mi amor para ustedes y para esa bellísima Fenia que me han dado a conocer.
A Ester y a los demás familiares de Fenia Vesman presento mis condolencias. A la memoria de ese gran ser humano, cuya presencia honró la especie humana, me curvo en profunda reverencia.
ResponderEliminarTania Alegria
Queridos Nurit,Andrés,hijos,familiares.
ResponderEliminarDetrás de cada nombre hay un héroe escondido y Fenia es uno de ellos. Llegar a la longevidad cerquita de los cien es magia de la naturaleza.
Solo a comenzado el segundo camino, el que desandan las almas buenas.
Mis condolencias y comparto vuestro dolor como propio.
Celmiro Koryto
Querida Ester, Andrés y a todos sus familiaes queridos. Dicen que me caracterizo por la pasión en la expresión de mis pensamientos, con esa misma fuerza, con todo respeto, sin conocer antes, quiero expresar con todo el dolor que de veras siento por lo sucedido. Ester, te mando un abrazo muy fuerte. Y lo siento fuerte, lo siento mucho. Merci
ResponderEliminarAndrés, Esthet y familia: acompaño el dolor de tamaña pérdida. Espero erncvuentrrn el consuelo necesario, al evocar su hermosa vidfa y su inigualablke condición humana.
ResponderEliminarEsther, mi afecto los acompaña en este duro trance.
Fuerrza!
Marta Julia Ravizzi
Querida Esther la orfandad cuando se van los padres es un duelo que hay que realizar, por eso te abrazo como lo haría si estuvieras acá y nos contarías las anecdotas de tu mamá.
ResponderEliminarQuerido Andres que reconocimiento tan emocionante de una vida de lucha !te abrazo a vos y a tus hijos en especial al que conocí, les mando a todos mimos bordados con tangos
Cristina Villanueva
Ester, Andrés: Dos cosas , primero que a mi que me suelen sobrar las palabras en estos casos no se que decir , todo lo que diga, me resulta futil, cliché, solo decirles que estoy aquí para lo que Uds necesiten.
ResponderEliminarSegundo, en este espacio siempre nos conectamos con los sentimientos, en este caso Andrés tu nota, desde un contexto REAL, me ha conmovido profundamente, me puse en el lugar de Fenia, de madre, de madre dolorosa que lucha por sus hijos.Gracias por compartir con nosotros este espacio,tan íntimo.
Los abrazo. Amelia Arellano
Queridos Andrés y Ester:
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir parte de vuestras vidas con nosotros. Muchas gracias por hacernos conocer a Fenia, mujer admirable y luchadora, un ejemplo para no olvidar. Creo que es un orgullo que la hayan tenido como madre, como suegra, como abuela. Desde Chile los abrazo fuerte y me quedo con un rayo de luz, que es Fenia, heroína anónima y hermosa.
Los aprecia,
Juany Rojas
a vos. Fenia, aunque no te conocí, seguramente sabés lo que dice el poeta: "...se hace camino al andar..." ¡ y vaya si lo hiciste! ¡y vaya si fuiste la madre anónima abriendo y dejando surcos en la lucha!!, a vos, desde donde estés, esta tardía admiración a tu persona.
ResponderEliminara vos Ester, Andrés, familiares: las gastadas, las repetidas palabras, las antiguas palabras de siempre en estos casos con mi sincero cariño: se va el cuerpo, quedan sus manos que hicieron tanto, su ejemplo, su demostración de amor silencioso. En un fuerte abrazo, a todos. susana zazzetti.
Desde esta distancia, mi acompañamiento a su dolor. Un gran abrazo. Fernando de Zárate
ResponderEliminarFenia, bello nombre. Un nombre para recordar y con ella esos gestos, pequeños recuerdos, palabras, actos que no serán olvidados seguramente por quienes la quisiera. Cumplió su etapa en la tierra y hay que dejarla ir, sentido pésame para Ester, y para todos aquellos que constituyeron su familia.
ResponderEliminarLiliana Chavez
Mis sentidas condolencias para Ester y demás familiares, queda el recuerdo de la gram mujer y eso ayuda.
ResponderEliminarUn afectuoso abrazo.
Betty Badaui
Mis condolencias a la familia de Ester- Andrés Aldao y desde este lugar un abrazo sincero. Rebeca Sbezzi- Córdoba.
ResponderEliminarQuerida Ester, te he conocido hace poco
ResponderEliminarni tuvo el honor de conocer a tu madre ni vivía acá durante el maldito proceso, aunque me enteré de todo lo que pasó en este bendito país cuando vine a vivir n San Juan. Me faltan palabras para
expresarte lo que siento, sólo te digo que tu madre ha sido una madre de la cual cualquiera se sentiría orgullosa. Lo importante creo que ha dejado muy buenos recuerdos y un ejemplo de vida mas que ejepalar. Te abrazo fuerte, fuerte
marisa starace
Queridos amigos, aunque a muchos no los conozco personalmente, el calor y la solidaridad me han llegado al corazón. Gracias a todos. Les deseo que nunca conozcan la tristeza. Un abrazo de Ester
ResponderEliminarA ESTER, ANDRÉS , NIETOS:
ResponderEliminarNo conocí personalmente a Fenia , pero si su vida fue luz y lucha, no puedo imaginarla muerta, aún debe seguir brillando. Además,sólo una mujer como ella pudo engendrar - sobreflor de su vida- a una hija fuerte y sensible como Ester.
Cariños a todos.
MARITA RAGOZZA
Amigos: Fenia Vesman comenzó a trabajar desde los 13 años. Nació en una casa pobre donde la carencia y las necesidades marcaron su vida para siempre. Fue una mujer proletaria y combativa desde que terminó la escuela primaria hasta el fin de sus días. La lectura, uno de sus tesoros, fue la herencia que le dejó a su única hija. Agradezco los comentarios y la solidaridad de tanta buena gente; agradezco a los amigos que nos escribieron cartas personales a Ester como a mí. También les deseo que no conozcan la tristeza. Abrazos cálidos, Andrés
ResponderEliminarMi acompañamiento en el dolor. Su brillo no se apagará. Mi abrazo y cariño.
ResponderEliminarMi querida Esther, Andrés y flia.: primero pido disculpas por no hacerme presente ni bien se recibió la noticia. Por mudanza estaba sin Internet.
ResponderEliminarEster,se te fue el pilar mayor de la existencia. Conozco ese dolor terrible de tener que seguir, por lo que nos toque vivir, sin esa palabra, esa mirada y esa sonrisa...en tu caso, sin esa terrible fortaleza que te amparó hasta ahora. Te acompaño entendiéndote y les mando,a todos, mi abrazo sincero. El Señor sabrá extender sus brazos para ayudar y alivianar la dolorosa carga
del adiós sin retorno. Besos contenedores de Laura Beatriz Chiesa.