Marzo
memoria desdichada
un dios oscuro descarga su odio
los comandantes del terror
entre nosotros
pulcros /envarados / siempre arreglados
desde el Te Deum al gol del Mundial de fútbol,
torcidos e inhumanos.
En otro cuadro
que piden por sus hijos
en lo alto un ángel de alas rotas recuenta
uno / dos/ cien/ diez mil / treinta mil /
y el Río de la Plata recibe los cuerpos de los vuelos de la muerte.
Palabras de cuartel
muertes y exilios
mordazas
sangre
en celdas y oficinas
periódicos y editoriales.
Mientras vientres picaneados
paren hijos sin padres
un pueblo de hermanos
se convierte en un país
de extraños . . . sin epitafios.
Marita Ragozza De Mandrini
celebro tu idea elegíaca, porque...
ResponderEliminarcuesta, marita, llegar al último verso, hay paradas que hacer para respirar lento, no envenenarse con tanto terror. un abrazo.
Si Marita, eso es lo triste sin epitafios. Un abrazo .Amelia
ResponderEliminarMarita siempre tu voz dice presente.Mi cariño
ResponderEliminarUn mismo dolor que segrega nuevos venenos cada vez que lo pensamos.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
Entrar en marzo ya es bravísimo, leer tanto en la palabra empeñada en buscar y tratar de entender lo que no tiene explicación ni por la lógica ni por el corazón. Texto tremendo Marita, muy, muy bueno. Abrazo enorme. Mercedes Sáenz
ResponderEliminarPalabras, desalientos, dolores todas se unen, para dibujar la sombra de la ausencia.
ResponderEliminarHola Marita, cómo estás? Este poema elegía, anuda, deshabita, remueve, recuerda, invita al no olvido.
ResponderEliminarHermosamente dicho. Un abrazo. Marta Comelli.