Nos fuimos a nuestro mar
encalado en estas manos mías de hoy.
Con las flechas del viento
inaugurando el cielo y la tierra
caminamos hacia el norte
en un vuelo escrito por el alma.
Águila esbelta
de contorno desdibujado
ante el ángulo de nuestro ojos,
escapas por tantas preguntas
entretejidas, caprichosamente,
sin respuesta.
De ayer para hoy un verbo despierto
que se dice en el momento preciso
de partir.
Resuena el eco
cuando comienza la evasión de la luz.
Azor siempre o saeta.
Me agarro a la cintura del mundo.
Poblada de viajes y sueños
no me dejo turbar por el vacío,
late el abismo del tiempo fugitivo.
Regresaste sin lágrimas al despertar.
Doy otro paso más, otro vuelo por la vida.
Huella en mi piel de inacabables alas.
.............................................................
Me encanta ir entrando en tu poesía Mónica, me gusta a montones tu verso cuidado, claro, certero. Muy bello. Un abrazo. Mercedes Sáenz
ResponderEliminarEn alto vuelo,de singular palabra, la saeta toca mi ser de lector.
ResponderEliminarCElmiro Koryto