sábado, 23 de enero de 2010

POESÍA: DELFINA ACOSTA


Delfina Acosta. Nació en Asunción ( 1956 ), pero su infancia y su juventud pertenecen a Villeta, donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Su primer poemario Todas las voces, mujer... obtuvo el Primer Premio ‘Amigos del Arte‘. Integró durante mucho tiempo el Taller de Poesía ‘Manuel Ortiz Guerrero‘ y dio a conocer algunas obras poéticas en publicaciones colectivas del citado Taller. Publicó el poemario La cruz del colibrí, que lleva prólogo de la poetisa Gladys Carmagnola. Reunió sus cuentos  en el libro El viaje. Su obra Romancero de mi pueblo ganó el segundo premio ‘Federico García Lorca‘. Romancero de mi pueblo lleva prólogo del crítico y poeta Hugo Rodríguez- Alcalá. Dio a conocer su poemario Versos esenciales, dedicado  a honrar la memoria de Pablo Neruda. Fue presentado al público paraguayo en 2001, en la embajada de Chile en Paraguay. Ejemplares del poemario se encuentran en la casa museo Isla Negra. El PEN Club del Paraguay otorgó al libro el Primer Premio estacando su vuelo lírico y su lenguaje universal.  Su último libro, que ahora edita Portal de poesía, lleva el nombre de Querido mío: y es best sellers en Asunción, ha recibido el premio ‘Roque Gaona 2004‘. Sus obras están incluidas dentro de antologías nacionales y extranjeras. Es columnista del diario ABC Color; hace comentarios literarios sobre los escritos de los poetas y narradores paraguayos en el Suplemento Cultural del mismo diario. Dirige el Taller de Poesía de la Manzana de la Rivera.   Delfina es colaboradora de Artesanías Literarias


ESTATUA EN LA PLAZA VERDE

Te esperaría. Yo sería, amado,
la primera en llegar hasta la vía,
y la última en volver, con un paraguas,
de la estación del tren que te traería.
Iré hasta el mar como la lluvia, a veces,
y pasaré del mar a la otra cita,
en el muelle del puerto, frente al río.
Seré la gris silueta que tirita.
Inmensamente sola como novia
saldré a buscarte y volveré tardía.
Del balcón a la plaza partiré.
Seré una estatua de melancolía.
Y a la hora puntual de nuestras muertes,
si llegara primera a nuestra cita,
te estaré ya aguardando para darte
mi amor en una blanca margarita.
 (Del libro Todas las voces, mujer...)


DIENTES

Estrella que es error, yo soy los dientes,
y solamente dientes, no la boca
que yerra, miente, injuria, a Dios calumnia,
y cuando su áspid guarda queda roja.
Ay, pobre bocas, lenguas enredadas
con las malas palabras que hablan solas.
Yo soy los dientes que castañetean
cuando filosos muerden a las rocas.
Las bocas son carmín que en la intemperie
pierden su fuego; en su lugar, las rosas
en las muy frías noches, de sus frentes
dejan caer sobre el amor sus gotas.
Soy como Hefesto, dios que cojo y feo,
pelea doy, mas llama que se llora,
no sé qué frase mágica invocara
para una vez besarte oscura boca.
 (Del libro Todas las voces, mujer...)


EL BESO

Voy a contarte un cuento que otras saben.
Las menos como tú jamás supieron.
Era un juego de a dos pues se enfrentaban
un rey hermoso y una reina a besos.
Y érase que ella alegre se moría
como última tecla en caba beso.
Y él riendo tomaba con su boca
un poco de su lengua y de su aliento.
Pasó el verano bajo el puente chino,
sopló el otoño y garuó el invierno,
volvió la primavera y se marchó
detrás de un par de niños aquel juego.
Y érase esa mujer que aún lo amaba,
y moría de pena, pero en serio.
Y érase la tristeza en el ciprés
la hora en que llovía en ese reino.
 (Del libro Todas las voces, mujer...) 
© Delfina Acosta




3 comentarios:

  1. Ah el amor! poesía siempre vigente. Me gustó la alusión a los dientes. Un abrazo, Delfina. Amelia

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  2. Cuántas cosas excelenes hemos leído de vos Delfina. Inteligencia precisa, mucha belleza y absoluta versatilidad. Mi admiración. Mercedes Sáenz

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  3. Olga Cabrera Ladu26 de enero de 2010, 3:10

    Delfina, un placer leer tu poesía. Mi cariño

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