FOBIAS TEMPRANAS
Cada vez que llegaban a la cama, ella le decía:
-Besos, sólo en la boca!!!
-Sí, lo sé contestaba él contrariado. Y tú, sabes que cuando me lo recuerdas, me mandas a cero. No olvides que te quiero, pero me haces sentir una máquina tratando de no atascarse.
-Perdóname, pero sabes bien, que si no, soy yo la que se hiela…-
La delgada niña de guardapolvo en la solitaria parada, asomaba inquieta su cabeza esperando que apareciese el 25. Esa primera menstruación, a sus cercanos doce años, la hacía sentir incómoda, molesta.
Un perro se fue acercando; al verlo, el terror la cubrió como una sábana. El olor de su miedo animó al animal, que al arrimarse comenzó a olerla. Permaneció helada y tiesa como una estatua, blanca como el papel, sin emitir sonido. Percibió el húmedo hocico introducirse debajo de la falda y la lengua lamerle entre las piernas. Su cuerpo, ante el frío contacto, sufrió un estremecimiento ligado al asco y rechazo, desencadenando una serie de escalofríos involuntarios y arcadas.
Larguísimos segundos después, el animal, imperturbable, continuó su camino. Ella recuperó el color al tomar asiento en el colectivo.
Después del sexo, él dormía y soñaba fantasías de insatisfacción.
Se veía besándole los lóbulos, detrás de las orejas, los pechos, dejando deslizar la lengua desde la despejada nuca rumbo al sur erizándola…
Lo enloquecía su vecino perfume, el contacto de la piel y cuando alguna noche trató de sorprenderla al dormir, tuvo que ayunar un mes sin sexo… ●
Para "lectores machos" (incluyo a las mujeres en este rubro)Excelente y lo bueno si breve...!Como nos marca la vida...o los perros! Gracias por la entrega y gracias po estar de nuevo con nosotros. Amelia Arellano
ResponderEliminarCelmiro: Un relato con mucho de psicología, ameno, que fluye y deja "con gusto a poco", lo cual es bueno, pues invita a la tentación de leer sobre otra fobia.
ResponderEliminarUn abrazo,
Juany Rojas
Celmiro: Primero quiero agradecer tu comentario a manera de bienvenida. Y luego quiero decirte que tu relato me hizo estremecer. Realismo fuerte y también extrema sensibilidad. Un gusto.
ResponderEliminarOlga Liliana Reinoso
muy bueno el enlace de los hechos que marcan psicológicamente al personaje. susana zazzetti.
ResponderEliminarQue frente y que perfil en este texto querido Celmiro. Toda la fuerza, toda la belleza que bordea la cornisa de los límites más oscuros y más bellos, allí en dónde se juntan el corazón y la cabeza. En dónde no hay más explicaciones que el impulso y la fantasía. Para seguir. Un fuerte abrazo. Mercedes Sáenz
ResponderEliminarQueridas compañeras en éste sendero de letras que se bifurcan en el aliento sano y sincero y que palpitan en ascuas de amistad y fantasía.
ResponderEliminarUn abrazo y el afecto que siempre se merecen.
Celmiro Koryto
Fobias jugando un sueñop de fantasís insatisfecha. Que buena reaparición, Koryto. Aunque mirá quien te hablar de reapariciones. La desaparecida en acción. ElsaJaná.
ResponderEliminarExcelente abordaje de la vida sexual que nos marca con las experiencias tempranas que tuvimos, especialmente las desagradables. Pero sin psicologizar, es un relato con un buen formato y una idea genial, que se lee disfrutándolo.Felicitaciones, Koryto.
ResponderEliminarMARITA RAGOZZA
Los besos como los impulsos son indominables excelente metáfora, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarQué buen relato, tan breve y con dos tramos tan bien enlazados en el problema emocional.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty