miércoles, 26 de mayo de 2010

ANTONIO CRUZ
 
   de niño    


XXVIII
 
Aún habito aquel paisaje
de las tardes de diciembre
con mi cuerpo
trepado a las tortuosas ramas
de la higuera.
 
Furtivo
entre sus ramas ariscas,
y esas hojas
que ejercen su defensa
en forma de urticaria,
he visto de nuevo
mi corazón de niño
que juega a vivir
entre sus brazos,
disfrutando el dulzor
de las brevas.
 
Qué lástima
que sólo sea un desvarío.
  
de " Canto a mi pueblo"
 
  corresponsal Susana Zazzetti

2 comentarios:

  1. Hermoso poema/ música en el oído/ tintineo sutil de vocales y de leche de higo.
    Celmiro Koryto

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  2. Che, como estamos!! Unos días que no entro a Artesanías y no se por donde empezar.
    Si, tiene razón Celmiro...dulzura de higos, que están , aunque no estén.
    Besito, amiga, amelia

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