JUAN REINA OBRER
Dias Festivos.
Los domingos a la tarde volvíamos al parque. Bordeábamos un pequeño huerto de tulipanes
para llegar a nuestro banco y nos sentábamos allí, a callarnos. A las cinco en punto ella se ponía la cesta de mimbre sobre las piernas, retiraba la servilleta como un velo santo y sacaba la merienda: torta de nueces y uvas pasas. Comíamos sin mirarnos. Algunas veces, con la cesta, se le subía levemente la falda y, a mí, contemplar sus muslos blancos me endulzaba como el chocolate. Las tardes de domingo eran de hablarnos a silencio.
Esa tarde, al regresar del parque, traía los ojos grises, para lloviznar. Por eso supe que algo iba a decir. Al momento de entrar a la casa me lo dijo. Lo dijo tan de veras que sobró el decir más. Ya no te quiero, dijo. Y volvimos al silencio. Me senté junto a la ventana para contemplar los tulipanes. Apretando bien los ojos podía olerlos desde allí. Apenas quise oír la puerta cuando la cerró.
corresponsal Susana Zazzetti.
para llegar a nuestro banco y nos sentábamos allí, a callarnos. A las cinco en punto ella se ponía la cesta de mimbre sobre las piernas, retiraba la servilleta como un velo santo y sacaba la merienda: torta de nueces y uvas pasas. Comíamos sin mirarnos. Algunas veces, con la cesta, se le subía levemente la falda y, a mí, contemplar sus muslos blancos me endulzaba como el chocolate. Las tardes de domingo eran de hablarnos a silencio.
Esa tarde, al regresar del parque, traía los ojos grises, para lloviznar. Por eso supe que algo iba a decir. Al momento de entrar a la casa me lo dijo. Lo dijo tan de veras que sobró el decir más. Ya no te quiero, dijo. Y volvimos al silencio. Me senté junto a la ventana para contemplar los tulipanes. Apretando bien los ojos podía olerlos desde allí. Apenas quise oír la puerta cuando la cerró.
corresponsal Susana Zazzetti.
un relato redondo...casi perfecto con una sintaxis donde lo bello se enreda con lo metafórico y con exacta brevedad.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
Ay y yo que pese a mis poemas oscuros y mis broncas soy una romántica incurable, esperba un funal de tulipanes, olvidé que los tulipanes también mueren.
ResponderEliminarMe encantó , pese a todo. amelia