ILDA MISTRALETTI. "Todos los días amanezco"
Despertó esa mañana; allí estaba, estirado sobre su cama, inmóvil mirando el cielorraso.
Se preguntaba qué le estaba pasando. Se negaba a forzar su voluntad. En ese momento salir de la habitación a un destino exterior le resultaba torturante. Se sentía inseguro, el mundo resultaba hostil. Huía de las exigencias de todos los días. Tenía que superarse.
- ¿ Estaré enfermo?- se preguntaba. Estaba protegido entre esas cuatro paredes.
- La vida es seria - pensó, pero no lúgubre.
Nunca había tenido un parate. Pero lo pasado le parecía inservible , inútil. Siempre acelerado y frágil, perdido en la pluralidad selvática ciudadana.
Debía resistir, trazar una línea invisible que lo protegiera del mundo.
¿ Por qué se sentía tan herido? Tenía motivos para estar agradecido a la vida, pero tenía pensamientos fluctuantes de pesar.
Escuchó ruidos externos, se apresuró en buscar birome y papel en su mesa de noche. Escribió unas líneas. Abrió la puerta rápidamente, hizo una suerte de ojal al mensaje y lo colgó del picaporte. Volvió a su cama y quedó en la misma posición. Con los ojos clavados en el techo.
En el corredor, el enfermero del manicomio que venía a colocarle una inyección, encontró un recorte de papel que rezaba:
" HOY NO ATIENDO
de " La espera"
corresponsal Susana Zazzetti
corresponsal Susana Zazzetti
querida amiga keta, tu sensibilidad es extraordinaria, captas momentos con tu mente que florecen en palabras
ResponderEliminarun abrazo y mil besos
maria elena tolosa