LILIANA CHAVEZ
No hay un solo modo
de retroceder.
Mi corazón es uno
y ha dado ya
su palabra.
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El perro husmea lo vacío del plato.
Frecuenta la ventana,
mis ojos.
Huele quizás
lo que callo.
No hay sol aún.
La ropa sigue tendida. Le cruje
la escarcha en la espalda.
El perro se estira. Entre las patas,
su sombra no me pierde.
Sólo interroga la tristeza y luego,
oculta sus dudas
junto a los lirios.
La ropa no importa
No es ya de nadie
que viva en la casa
Un pájaro mezquina a otro
un lugar en el árbol
El silencio es como un techo
que desploma.
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Lily, sin retrocesos la palabra avanza y colma aún más en el silencio de una casa sin techo que se desploma.
ResponderEliminarCelmiro
Lily!!!!!!!! Debo confesar que no había leído poemas tuyos. Es una maravilla lo que se "huele, en lo quizas, callas"
ResponderEliminarPoema para leer sin prisa diría. Hermoso! Gracias. amelia
HOLA LILY: maravillosos poemas, así como me gustan mirando la vida que pasa en la ventana, a nuestro lado, la vida que nos dice tanto y la ventana que nos dice más, y el silencio, techo que desploma. ME ENCANTÓ. También ver en tus últimos trabajos como vas encontrando un estilo tan decidor como el anterior, pero más despojado y fuerte, perdón si estoy equivocada. Un gran abrazo. marta comelli y feliz noche hoy, digo, noche de pájaros. besos
ResponderEliminarQué bueno Lily!!
ResponderEliminarYo te vengo leyendo y leyendo, por ahi dejas algo en algunos lugares, sé que no trabajás para difundir lo tuyo, trabajás para los demás pero amiga, escuché un trabajo sobre tu madre de impecables poemas que te juro me hicieron llorar, pero precisamente por la forma en que están dichos. Gracias por tu magia.
Andrea Casas