TOMI KONTIO. (1966) Finlandia. Obra: " Anobium Pertinax"
Aunque te vayas no desaparecés
Aunque te vayas no desaparecés,
el sol no está más lejos que la mandarina olvidada sobre la mesa,
ni tampoco el lápiz que se aferra a tu nombre
se mueve de su pedestal.
Me convertí en niño de vuelta,
dejé caer mi ceguera como un pañuelo por la ventana
y vi que no cae.
Que el universo no se expande,
que entre las estrellas no hay distancia,
que los vivos no están más cerca que los muertos,
quela Tierra no es redonda
y que todo está
en un solo punto: donde el carbón se convierte
en diamante, el sufrimiento en palabra.
Hierba loca
Una vez el mundo puso en lugar de cielo
hojas lobulares
y puso de estrellas vello pegajoso,
una vez el sol tuvo venas violetas
y pintó un hombre con una de sus manos-rayo,
serena, pintó unos ojos donde brotó el alba,
el sol naciente hizo ver
corolas en el cielo, ¡ cómo se veían los colores!
Y una vez el filo acariciaba con ganas a la tierra,
la tierra se elevó para apoyarse en el cielo
y la luna húmeda, luna de tela, rostro de lino,
labios de lienzo, no habló del sueño,
al hombre del tamaño del sueño, no lo bajó, no lo levantó,
sino que cortó la respiración, la paró
y aún sigue parada:
es costumbre en aquella tierra viajar así.
"Poesía de Finlandia"
Corresponsal Susana Zazzetti
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Aunque te vayas no desaparecés
Aunque te vayas no desaparecés,
el sol no está más lejos que la mandarina olvidada sobre la mesa,
ni tampoco el lápiz que se aferra a tu nombre
se mueve de su pedestal.
Me convertí en niño de vuelta,
dejé caer mi ceguera como un pañuelo por la ventana
y vi que no cae.
Que el universo no se expande,
que entre las estrellas no hay distancia,
que los vivos no están más cerca que los muertos,
que
y que todo está
en un solo punto: donde el carbón se convierte
en diamante, el sufrimiento en palabra.
Hierba loca
Una vez el mundo puso en lugar de cielo
hojas lobulares
y puso de estrellas vello pegajoso,
una vez el sol tuvo venas violetas
y pintó un hombre con una de sus manos-rayo,
serena, pintó unos ojos donde brotó el alba,
el sol naciente hizo ver
corolas en el cielo, ¡ cómo se veían los colores!
Y una vez el filo acariciaba con ganas a la tierra,
la tierra se elevó para apoyarse en el cielo
y la luna húmeda, luna de tela, rostro de lino,
labios de lienzo, no habló del sueño,
al hombre del tamaño del sueño, no lo bajó, no lo levantó,
sino que cortó la respiración, la paró
y aún sigue parada:
es costumbre en aquella tierra viajar así.
"Poesía de Finlandia"
Corresponsal Susana Zazzetti
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Simplemente fantástico. Fernando de Zárate.
ResponderEliminarPoesía de una latitud diferente donde la pureza del hombre sale a desentrañar otra naturaleza, con palabras de seda y lunas de lienzo.
ResponderEliminarAgradezco a Susana: su búsqueda y el poder florecer en las nuevas y distintas lecturas y expresiones de poetas que nos enseñan y se reviven en la revista.
Celmiro Koryto
Ayer busqué unas hojas en finlandés a ver cómo sonaba a mis oidos.
ResponderEliminarQuién pueda traducir el sol no está más lejos que la mandarina olvidada sobre la mesa hace que, se detengan todas mis neuronas.
Me gustó muchísimo este poeta y nunca sabrás con exactitud querida Susana Zazzetti lo que significa para mi, la búsqueda, el trabajo, la universalidad de la forma en que nos hacés conocer literatura. Mil gracias, mil de a una. Abrazo. Mercedes Sáenz
Seguramente al poeta le produciría placer saber que en una tierra lejana, hay personas muy sensibles a la vida y a la palabra, que internalizan con emoción su decir. Digo gracias en su nombre y en el mío al editor que me permite mis vuelos, y a fernando, merci, celmiro, queridísimas personas, hermanos en este sinuoso y bello camino de la literatura y de la amistad. susana zazzetti.
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