Nota: este texto de Laura Beatriz Chiesa fue publicado en la revista Artesanías Literarias y fue recuperado por gentileza de la autora, que ha conservado sus colaboraciones en la revista madre.
DIÁLOGO CON TU AUSENCIA
Mi homenaje al querido amigo Mariano García Izquierdo... (L.M.Ch.)
¿Sabés Mariano? no quería estar ausente en este momento. Desde
mi recuerdo de tu saber y sentir un cercano final, allí donde cada palabra
que pronunciabas lo pasabas por esa cercanía, te hablo, querido amigo,
con el deseo de que el eco de este recuerdo nos permita dialogar y volva-
mos a jugar, como en aquellos momentos de compartir kilómetros en
busca de encuentros con colegas. Te acordás?. Entre vos y yo relatába-
mos -como en un programa radial- con especial voz de propaganda- cada
uno de los carteles que veíamos y te entusiasmabas y reías. Te diste
cuenta que lo hacía con el propósito de alejarte de pensamientos tristes?
Fue mi forma para que no vieras los cementerios que cada pueblo tiene al
borde de la ruta y que, inexorablemente, te hacían hacer comentarios
sobre esa proximidad inevitable.
Poco tiempo después, en otro viaje al que vos ya no pudiste venir,
Carlitos -nuestro amigo- me acercó tu último libro “LA VIDA O LA
VIDA”. Cuando lo ví me llegó toda tu intención de adelantarte al paso
final. Desde el título, hasta el color de la tapa, hablaba de eso ¿me
equivoco? Había un dejo de espera, de sentencia. Me emocioné. Estás en
la dedicatoria a un mes de tu partida, en tu firma y en todos los poemas
que hablan de esa incógnita y tu rabia por no poder contar qué es la
muerte, como lo manifestás. Tuviste tiempo para preparar todo el tea-
tro, verdad?. Comienzo a leer, uno a uno, los poemas y, por ejemplo
en “Montesco o no montesco” te dibujás..”Yo soy yo. Nada más que esto,
y a éste encontrarás siempre. A esta carne que se escurrirá entre los dedos
cuando se vuelva tierra”. Me alegraría saber que allí, donde estés hoy,
encontraste ese ...”abrazo inmortal y solidario” que buscabas.
Podrías enviarme la dirección o no querés que te encuentre? Yo sólo
quiero saber si ese ...“alguien que tensó el arco” en HERIDA, donde
dices que ...”la palabra está seca y apergaminada” te ayuda a seguir
un sendero de palabras sin tu voz, pero con tu presencia intangible de
poeta con tristeza esperanzadora y mirada de silencio cómplice.
En “Lo que no vemos”,decís que:” la muerte está en el apagón de las
miradas que nos sostienen la vida”. Decime, ahora que esas miradas te
llegan de otra forma, en pensamientos hechos palabras, en oraciones que
te incluyen, seguís pensando que se apagan y eso es la muerte’. No será
que desde tu lugar nos ves elevar los ojos para buscarte y esa intención
dibuja una extraña forma de vernos nueva, sí, pero mirada al fin?. Viste
cuántas cosas te pregunto, todas esas incógnitas me dejaste por el paso
terrenal que te tocó vivir. Eso es bueno, no te molestes, te daré un tiempo
para contestarme. Supongo que ya no sigues con la urgencia por tomar
ese “Tren de vida” que nombras en el libro. Tal vez hoy, después de un
año de recorrer el ...”latido de esos rieles”, de los que hablás, se
olvidaron las urgencias. Preferiría saber que hoy estás en el brillo de la
“Luna en los charcos” que le dedicaste a Discépolo. También preferiría
que no te de lo mismo...” ver morir a estrellas o mariposas y no tengas
neuronas de hielo y aire espeso de propileno en la saliva”, como creías en
ese momento.
Como verás tus palabras fueron parte de ésta, mi charla, y con
ellas y con tu presencia dibujada en mi retina, te digo:- Mariano, a todos
nos llega el Apocalipsis, en otros momentos, pero implacable por ser
parte del destino y, como tú dices:
La arena blanca
y el mar sin sonido.
El gran pájaro
ablanda las alas
aterriza
Toda su paz da miedo.
Ahora yo, porque esto es un diálogo, te voy a contestar con un poema
que titulé :
FINAL
Hay un pequeño cuarto que te espera.
Tierra ahuecada, fría,o triste muro
cuya puerta se muestra, sin apuro,
y enseña cercanía de frontera.
El vulgo se reúne y te pondera
mojando las palabras sin futuro.
Cercenando las horas cual conjuro,
rememorando días a tu vera.
Está el olvido cerca y se apresura
a saldarte las cuentas con pemura
para alcanzar recuerdo decoroso.
Las cortinas del viento ya no cruzas;
tampoco pesa el miedo. No hay excusas
para enturbiar el hoy y tu reposo.
Bueno por hoy te dejo sabés? Hay amigos que te quieren recordar como yo pero... Mariano, ¿te vas a ir sin darme un beso? Hasta pronto, Laura.
© Laura Beatriz Chiesa .
¡ qué texto tan sentido, laura, que tenía guardado en mi memoria, por su contenido, que da muestras del verdadero afecto. cariños. susana zazzetti.
ResponderEliminarQue ternura, que palabras cuidadas Laura y además nos invitás a este diálogo con tu ausencia que pudo ser recuperado. Lo leí varias veces y conmueve toda su construcción. Profundamente.Gracias por compartirlo. Abrazo. Mercedes Sáenz
ResponderEliminarUna emotiva y sentida " carta abierta" a un poeta. a quien se lo despiede con un " hasta pronto".
ResponderEliminarTodo sentimiento y sensibilidad,Laura. Cariños.
MARITA RAGOZZZA