Antonio Sequeira. (1949). Buenos Aires. Es palabra melancólica, dolorida, de protesta. Se pueden tocar con las manos los temas que el poeta aborda casi con una desmayada resignación. La miseria, la angustia, la muerte, la marginación, lo que hace al espacio cotidiano, triste, del ser humano; temas que se elevan en su decir en forma palpable, directa. Sin embargo, este tono desesperanzado de su poética, es cortado por imágenes sensibles, muy bellas: " te brotará el sonido/ gutural de un blues / desde la cuerda rota/ de tu garganta" o " aún habrá un mañana / quedará una flor" . Raíces de poeta que en su vivir siempre rescata los gajos. Obra: SobreVida". Susana Zazzetti.
Amanecer
Amanece.
Toda la tristeza
está en los ojos del hombre gris
que fuma un cigarrillo
sentado a la mesa de un bar.
Un poco borracho
y macilento se incorpora.
Mira la luz apenas amarilla
sobre el río marrón,
y camina hacia el puente
lejano. Y camina hacia
el puente.
Y camina.
Y desde el puente, salta.
En blanco y negro
Si es de los pobres,
si tiene la piel color de tierra,
sáquenlo de aquí, inmediatamente.
No quiero que me hablen de miseria.
Si tiene las manos ásperas,
y la ropa gastada, y el alma,
llévenselo lejos de mi vista.
No estoy para escuchar de depresiones.
Si tiene la mirada ingenua
y habla de trabajo o de comida
con ansias, retírenlo de este recinto.
Me enferma que me hablen de injusticias.
Pero si es de los buenos,
si sus ojos son claros y huele
sólo a perfumes importados,
que pase a mi despacho
y que se siente
del lado de los que mandamos.
Gatillos
El seco ruido del gatillo
en el fondo negro de la noche.
Primero hallaron la señal petrificada
inequívoca,
en el árbol.
En la pared de un puente ferroviario
el rastro oscuro
de los proyectiles.
Fantasmas
reclamados por fantasmas.
Espectros
desaparecidos por espectros.
El seco ruido del gatillo
en el fondo negro de la noche.
Después apareció la sangre
seca. Tanta sangre sobre la historia
de mi gente. Y las rotas
dentaduras que sonrieron;
los brazos destrozados
que abrazaron antes.
Pulverizados cráneos
sobre el mediático
orden de sucesivos días,
sin esperanzas.
de ·"SobreVida".
Aqui no hay confrontación posible para mí. Admiro a este autor y su poesía me parece concretamente bella. muchas gracias. Abrazo.Mercedes Sáenz
ResponderEliminarDecir directo y bello de la realidad.Felicitaciones!!!!
ResponderEliminarAy Su que me das vuelta la cabeza (para eso es el poema dirás vos) Pero yo conocia a Antonio Sequeira pintor magnífico, pero cuando veo la cronología, nada que ver. "es un cross a la mandíbula " gracias por traerlo.Abrazo. amelia
ResponderEliminarHola Susana, por un amigo de Quilmes, pcia. de Bs. As., ingresé a tu página.
ResponderEliminarHe conocido a este poeta en Berazategui, en el Centro Rigolleau, aunque es de Florencio Varela.
Toda su obra, al menos lo que conozco, me parece interesante y profunda, con mucho conocimiento y sensibilidad.
Hay un poema que yo he recitado en varios cafés literarios que me parece maravilloso.
Te lo envio, y si te parece publicalo.
Un saludo.
Ricardo Baccetti
Berazategui
Mil muertes y una muerte sobre Bagdad
Jamás he pisado ese océano de arena.
Me es ajeno el dolor de los cristales
de sílice clavándose en los pies,
como agujas en los tendones
de los dromedarios. Como el dolor
de las mujeres desflecadas al viento,
cruzando dunas, eligiendo los caminos
que lleven a las tiendas, al borde de los oasis.
Ellos eran de allí, y allí seguirán
después que ustedes, vencidos, se hayan marchado.
Ellos seguirán allí, aún con su dolor.
Volverán a su tierra, a su silencio tribal,
aún cuando ustedes se hayan marchado
con sus negras bolsas repletas de muertos
y de odio. Pero, ¿qué niño perdonará
haberlo perdido todo de este modo?
Ustedes, civilizados salteadores del mundo
construyen barricadas con la historia,
y la historia finalmente condenará
vuestra vampírica/empírica barbarie.
Antes que vuestro germen de gendarme
se presumiera; ahí donde la naturaleza
dispuso ese mar de petróleo subterráneo,
tan codiciado, hubo una civilización.
Hubo hombres que inventaron la rueda,
descifraron el lenguaje de las estrellas,
idearon la escritura y los jardines colgantes.
Y pudieron vivir sin vuestra civilización.
Sólo mil y una mentiras a la humanidad.
Mil muertes y una muerte sobre Bagdad