viernes, 5 de febrero de 2010

POESIA: de Antonio Sequeira

flores cristal
 
Antonio Sequeira. (1949). Buenos Aires.  Es palabra melancólica, dolorida, de protesta.  Se pueden tocar con las manos los temas que el poeta aborda casi con una desmayada resignación.  La miseria, la angustia, la muerte, la marginación, lo que hace al espacio  cotidiano, triste, del ser humano; temas que se elevan en su decir en forma palpable, directa.  Sin embargo, este tono desesperanzado de su poética, es cortado por imágenes sensibles, muy bellas: " te brotará el sonido/ gutural de un blues / desde la cuerda rota/ de tu garganta"  o  " aún habrá un mañana / quedará una flor" .  Raíces de poeta que en su vivir siempre rescata los gajos.  Obra: SobreVida".  Susana Zazzetti.
 
      Amanecer
 
Amanece.
Toda la tristeza
está en los ojos del hombre gris
que fuma un cigarrillo
sentado a la mesa de un bar.
 
Un poco borracho
y macilento se incorpora.
Mira la luz apenas amarilla
sobre el río marrón,
y camina hacia el puente
lejano. Y camina hacia
el puente.
Y camina.
Y desde el puente, salta.
 
      En blanco y negro
 
Si es de los pobres,
si tiene la piel color de tierra,
sáquenlo de aquí, inmediatamente.
No quiero que me hablen de miseria.
 
Si tiene las manos ásperas,
y la ropa gastada, y el alma,
llévenselo lejos de mi vista.
No estoy para escuchar de depresiones.
 
Si tiene la mirada ingenua
y habla de trabajo o de comida
con ansias, retírenlo de este recinto.
Me enferma que me hablen de injusticias.
 
Pero si es de los buenos,
si sus ojos son claros y huele
sólo a perfumes importados,
que pase a mi despacho
y que se siente
del lado de los que mandamos.
 
        Gatillos
 
El seco ruido del gatillo
en el fondo negro de la noche.
Primero hallaron la señal petrificada
inequívoca,
en el árbol.
En la pared de un puente ferroviario
el rastro oscuro
de los proyectiles.
Fantasmas
reclamados por fantasmas.
Espectros
desaparecidos por espectros.
 
El seco ruido del gatillo
en el fondo negro de la noche.
Después apareció la sangre
seca. Tanta sangre sobre la historia
de mi gente. Y las rotas
dentaduras que sonrieron;
los brazos destrozados
que abrazaron antes.
Pulverizados cráneos
sobre el mediático
orden de sucesivos días,
sin esperanzas.
 
      de ·"SobreVida".
 

4 comentarios:

  1. Aqui no hay confrontación posible para mí. Admiro a este autor y su poesía me parece concretamente bella. muchas gracias. Abrazo.Mercedes Sáenz

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  2. Decir directo y bello de la realidad.Felicitaciones!!!!

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  3. Ay Su que me das vuelta la cabeza (para eso es el poema dirás vos) Pero yo conocia a Antonio Sequeira pintor magnífico, pero cuando veo la cronología, nada que ver. "es un cross a la mandíbula " gracias por traerlo.Abrazo. amelia

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  4. Hola Susana, por un amigo de Quilmes, pcia. de Bs. As., ingresé a tu página.
    He conocido a este poeta en Berazategui, en el Centro Rigolleau, aunque es de Florencio Varela.
    Toda su obra, al menos lo que conozco, me parece interesante y profunda, con mucho conocimiento y sensibilidad.
    Hay un poema que yo he recitado en varios cafés literarios que me parece maravilloso.
    Te lo envio, y si te parece publicalo.
    Un saludo.
    Ricardo Baccetti
    Berazategui

    Mil muertes y una muerte sobre Bagdad

    Jamás he pisado ese océano de arena.
    Me es ajeno el dolor de los cristales
    de sílice clavándose en los pies,
    como agujas en los tendones
    de los dromedarios. Como el dolor
    de las mujeres desflecadas al viento,
    cruzando dunas, eligiendo los caminos
    que lleven a las tiendas, al borde de los oasis.
    Ellos eran de allí, y allí seguirán
    después que ustedes, vencidos, se hayan marchado.

    Ellos seguirán allí, aún con su dolor.
    Volverán a su tierra, a su silencio tribal,
    aún cuando ustedes se hayan marchado
    con sus negras bolsas repletas de muertos
    y de odio. Pero, ¿qué niño perdonará
    haberlo perdido todo de este modo?
    Ustedes, civilizados salteadores del mundo
    construyen barricadas con la historia,
    y la historia finalmente condenará
    vuestra vampírica/empírica barbarie.

    Antes que vuestro germen de gendarme
    se presumiera; ahí donde la naturaleza
    dispuso ese mar de petróleo subterráneo,
    tan codiciado, hubo una civilización.
    Hubo hombres que inventaron la rueda,
    descifraron el lenguaje de las estrellas,
    idearon la escritura y los jardines colgantes.
    Y pudieron vivir sin vuestra civilización.
    Sólo mil y una mentiras a la humanidad.
    Mil muertes y una muerte sobre Bagdad

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