miércoles, 9 de marzo de 2011

ANDRÉS ALDAO - L a h u i d a*


 L a   h u i d a*

responsables de la Triple A

Jadea. Acurrucado en ese insólito palomar, Abelardo, absorto, observa despuntar los techos de Almagro. Terrazas, techos de chapa acanalada, algunos oxidados y otros embadurnados de alquitrán. Por allí asoma, como un obelisco en el desierto santiagueño, un edificio de varios pisos.
Abelardo jadea. el sol lo entibia; se siente feliz. Por un tris se escurrió de la patota...

Jadea. Abelardo rememora −entre imágenes truncas− lo ocurrido esa tarde. De pronto hace una pausa, frunce el entrecejo, se esfuerza por coordinar sus recuerdos: “¿Hoy ocurrió?”.
Se queda preocupado; el lugar coincide, pero el cuándo, el tiempo, giran como un trompo y le generan un desesperado vacío en la mente. La angustia se anuda en su estómago, lo estruja y lo inquieta.
Abelardo aleja el cuando; continúa con sus reflexiones... Algunas palomas, mientras tanto, ronronean manteniéndose a prudente distancia. De pronto, influido por los efluvios de su imaginación, Abelardo, sin saber por qué, recuerda una película del lejano oeste en la cual el protagonista, herido, yace rodeado por la aridez del paisaje agreste y solitario, mientras la cámara enfoca a unos pájaros siniestros que revolotean al acecho de un festín que presienten cercano.
Ahora vuelven sus cavilaciones. “Allí está la patota −rememora− cuatro o cinco tipos con metralletas”.
Él los ve: no vacila. Llega al patiecito de su casa y se desliza hacia la vivienda de abajo. El vecino le pide que se vaya, que no lo comprometa. Abelardo atraviesa el largo pasillo, sale, y sin pensarlo corre y corre, jadea y jadea, llega a la esquina, dobla y escucha el chirrido de los frenos, los gritos de la patota, y los disparos, mensajes agoreros de sombra y muerte. 
Abelardo se convierte en pájaro, Corre, vuela, jadea y salta sobre los techos de Almagro hasta encontrar el palomar. Allí llega.
Jadea, transpira. Pese a la angustia, Abelardo sonríe y piensa sin voz: “Jodí a los hijos de puta, ¡cómo los jodí!”.
                                                               
Estaba tirado sobre la vereda, en la ochava. Pequeños arroyuelos de un matiz púrpura le teñían la camisa. La barbita blancuzca resaltaba la palidez del rostro; los ojos abiertos parecían contemplar fijamente el cielo, bordado con nubes grises, duelo y cenizas.
Una sonrisa, apenas esbozada, le daba a ese rostro fatigado una extraña sensación de vida. Hasta parecía jadear.
Instantes previos, Abelardo había comenzado a recorrer el largo itinerario de su exilio sin retorno. Fue el 1º de noviembre, año 1974, día de todos los muertos

*Este relato fue el primer escrito con pretensión literaria, el 1º de octubre de 1996. Se trata de un relato donde se  imbrican realidad y ficción del día 1º de noviembre de 1974, cuando la Triple A me detuvo en Bs.As. A.A.
                                                    

6 comentarios:

  1. Parece que fue ayer cuando Andres escribio este primer textode ficcion. Ficcion, realidad y poesia entrelazados en una primera pagina que continuo durante todo este tiempo. Ester

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  2. Realidad y ficción aclara el autor. Y yo digo que se confunden ambos y concluyen en un texto que termina con una frase final que es un doloroso corolario. Felicitaciones Andrés por la literatura!

    Pedro Altamirano

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  3. Andrés, luego de la lectura de su relato, quedé meditando sobre literatura y realidad. Y me pregunto ¿Qué es la realidad? Pienso que en el escritor, la realidad es aquella que puede concebir y plasmar en un texto, y de la cual, todos sus lectores participamos.La realidad así, es mucho más rica y compleja que la noticia de un periódico.

    Gracias,
    Ofelia

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  4. Andrés, a pesar de los atroces recuerdos se levanta la palabra con su derecho a contar, gritar y ¿por què no? dejar caer de tanto en tanto una pesada lágrima.
    Amigo, te dejo un abrazo, otro para Ester
    Betty Badaui

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  5. ESCAPADO HACIA LA LITERATURA PARA ABRAZARLA Y NO DEJARLA JAMÁS? ESCAPADO HACIA EL INTERIOR DE LA PALABRA, DE LA LETRA QUE FINJE Y CUENTA. A VECES LO QUE DICEN LAS PALABRA ES UNA IMPERIOSA REALIDAD QUE NOS ABRAZÓ EN UN TIMPO PASADO Y NOS SIGUE ABRAZANDO AÚN, Y NECESITAMOS MENTIRNOS UN POCO A NOSOTROS MISMOS PARA CON DATOS DE LA REALIDAD LLEGAR INTELIGENTEMENTE A LA FICCIÓN. BUEN TRABAJO, ANDRÉS. AFECTUOSAMENTE.
    MARTA COMELLI

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  6. El influjo de lo que ocurrió en mi vida me llevó a escribir este relato, en el cual, al margen de las pequeñas fantasías, cuento con estricta realidad la llegada de la patota a nuestra casa, la huida real y la fuga "sobre los techos de Almagro...".
    Luego las torturas, Devoto y Resistencia (Chaco), y el exilio que no pudimos remontar. Hegel dijo en uno de sus trabajos filosóficos que "La realidad, al desplegarse, se convierte en una necesidad.". Difícil de entender y duro para aceptar, pero en sentido existencial y filosófico quien actuó, hizo, se expuso, combatió... era obvio que la cárcel y luego el exilio en condiciones arteras era una consecuencia, una necesidad causal y posible. Les pasó a otros y también a nosotros . Y a muchos los desaparecieron hasta el día de hoy.
    Andrés

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