La revista que nunca duerme

VILLA MARIA. SU CUMPLEAÑOS.

 

 

Villa María cumplió 143 años de su fundación el 27 de setiembre. Hacía varios días que diluvia, luego de una sequía de siete meses. No hubo festejos, el silencio caerá como un manotazo sobre las calles . Sin embargo, los poetas están, siempre. Como el río que la bordea íntegra, uniéndonos con Villa Nueva, a través de un puente legendario. También es legendario el río, agua turbulentas y amarronadas que recorren muchos kilómetros al borde de su costanera. Los poetas están, siempre. Sus poesías doblegan sus palabras ante los sauces llorones, porque el Ctalamochita o Río Tercero, ha arrastrado en sus aguas toda la vida que se desliza con él en estos 143 años de historia.
 
 

OMAR ALVES
 
Antes que las cosas tuvieran nombre,
algún lugar del tiempo, y los ojos
pudieran medir y decirlo,
estaba el río
con su paciencia de camino
y una tierra echada a su orilla,
esperando...
 

EDUARDO CICHY
 
Río y ciudades habitan mi horizonte
en orillas iguales.
No digas nada;
creen que su vida
es un camino
en el agua.
Ctalamochita:
cinta de agua serena

ILDA MISTRALETTI DE MIGNOLA
 
Sigues entre playas doradas donde juegan los niños traviesos.
Cuando cae la tarde, con tibieza de estío,
tu cuerpo adormece.
Tus costas se ennovian con pescadores expectantes en tensar la caña
justo a tiempo para atrapar su presa.
Los enamorados intercambian caricias de aguadulce.
Un picor frío
aprieta tu cuerpo.
Lágrimas de cielo llegan a ti 
arrastrando
dolores terrenales que ahogarás presuroso
al primer beso de la luna que trae la noche.

 
ALEJANDRO SCHMIDT
 
      en la costanera
 
    el sábado
    el domingo
  tocan la arena
miran la dulzura pequeña 
     de las islas
 
  bajo el sauce mayor
la siesta de botellas rotas
    alguna caña
 
    esa música lenta
     que sólo sabe
           irse
 
la paloma, el niño
  se comprenden
 
      arriba
en autitos de juguete
pasean, los muertos.
****
 
  DOLLY PAGANI
 
En la matriz oscura
    de tu río
renaceré en el 
    canto.
Con esta obstinación
    abierta.
Con el supremo azar de lo
    infinito
renaceré en tu canto.
  T e cantaré
    cantando.
****
EDUARDO BELOCCIO
 
Tu fragante perfume
  resiste el olvido
en el recuerdo de las siestas:
  en mis ojos plenos de
    atardeceres
y en tus infatigables aguas,
   indómito pasajero
por el borde de mis sauces.
 
****
 
      corresponsal Susana Zazzetti