viernes, 29 de octubre de 2010

Norberto Codina



(Caracas, Venezuela, 1951). Poeta y editor. En 2002 mereció el Premio de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro. Publicó en 2004 una antología de su poesía, Los ruidos humanos (Ediciones Mucuglifo, Mérida, Venezuela), y en el presente año aparece Caligrafía rápida (prosa varia, Ediciones Loynaz). Los poemas que publicamo pertenecen a su libro Convexa pesadumbre, próximo a salir por Letras Cubanas.  Artesanías



Como escribiera el clásico…

La historia
no es más que la entonación diversa
de algunas metáforas.
¿O es la rebeldía contra el déspota
que administra la absolución?
La rebeldía contra
los que tienen el lujo y la soberbia de las respuestas.
Tomamos partido por el bando de los tísicos,
los surrealistas, Belcebú,
la quebradura del tiempo.
La división natural entre el que responde
y el que interroga
ese deslinde que se interpone
como animal mutante
entre el espacio del discovery y la tierra brumosa
reptando hasta lo desconocido
como el junquillo en la hoguera.
Incómodo, insurrecto, tonto, maniático de Rimbaud
y Pessoa
por el sagrado desorden del espíritu.
En esa paráfrasis que se descompone
donde lo prohibido es lo divino.
La palabra
diamante en la lengua
se convierte en universo, Biblia, Corán, Caja
de Pandora, intervención poética
resquicios y puentes, laberintos,
socorrido desarraigo del silencio y la diáspora.
Y la historia es, como la poesía,
ante todo incertidumbre.

De vísperas, + hambruna, soliloquio

Soy como un antiguo escriba insepulto
mísero sujeto para la curiosidad de los científicos
sin herencia ni sueño donde el azar se cruza
con el cadáver de su rey.
Y no le reconocen aquella última estancia
con el rencor, el celo, la lujuria
las únicas propiedades que no pudieron quitarle
en la resplandeciente naturaleza del río.
Iluminados quedaron los dibujos
de muchachas-sílabas, de amigos-colegios
de lecturas dispersas en el fuego
y dudas en la superficie de tu cuerpo.
Imagen de la torre, del templo, de las ruinas
donde el rey y el obispo se confunden
sobre mapas mutilados
ala y bronce del cartógrafo
la nave costumbre que perdió en su vientre.
Y siglos después
fue la bitácora de toda una familia
desafiando con sus fracasos y alumbramientos
al Gran Arquitecto, a los ciclones del Caribe
vértigo sobre sí mismo
al hacha del destino y a los vientos que todo
lo estremecen.
Ni escriba ni rey.
Sólo se salva el cadáver del mulo
que reposa sin remordimientos. 
ººººººººººººººººººººººº

2 comentarios:

  1. Mis respetos, Norberto Codina. Casi no hay un solo verso que, en sí mismo, ya no sea una maravillosa descripción encerrando su propia historia. Las palabras no se pierden, se aprovechan una a una de las otras. Profundidad. Intelecto. Conocimiento. Definiciones. ElsaJaná.

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  2. Elsa ha dado una definición muy interesante sobre la poesía de Norberto. Me gustó muchísimo, y como ella pienso que se hacen imperdibles algunas frases y algunas palabras que ya sueltas se colocan en la cima del lenguaje. Me dejo envolver por los tres versos finales de la entrega. "Ni escriba ni rey. /Sólo se salva el cadáver del mulo / que reposa sin remordimiento". Buenísimo esto.
    Felicitaciones por la publicación al autor por cierto.

    Lily Chavez

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