jueves, 7 de octubre de 2010

ANDRÉS ALDAO —´Aserrín...Aserrán... (2)

1. Aquel Rusito Republicano 

“y más que nada como la dorada eternidad
de la infancia pasada o de la madurez pasada
con todo el vivir y el morir y la tristeza
de hace un millón de años”.
Los vagabundos del Dharma
Jack Kerouac


La aguja sube y baja, la tela se desliza, el sordo ruido del motor de la singer semeja la marcha monótona y acompasada de un tren, los dedos callosos de mi padre descubren oficio, destreza, pericia. Sumido en mis sueños, en el mundo que edificaba la imaginación, vislumbro la espalda reclinada sobre la máquina de coser. Un orgullo inconsciente se perfila en mi alma; los dedos de mi padre levantan la aguja y vuelven a insertarla en el borde de la tela.
Lo miro y mis ojos se estancan un rato en la contemplación de su hacer... Una estampa que se graba en la memoria. Inolvidable; una pintura de Berni, o el retrato sepia que atesoramos sin darnos cuenta. La imagen de mi viejo...
Y entonces, después, la huelga de los sastres, la tregua con hambre. Y él, que se va por las mañanitas con el piquete de huelguistas a recorrer los talleres y evitar que los crumiros reciban trabajo de los confeccionistas; o a vigilar por las noches las salidas subrepticias de los patrones con paquetes de trabajo para los rompehuelgas. La forja, el modelo y el ejemplo para el mañana de mi vida

De la mano de la hermana llega por Yatay hasta Corrientes. La multitud comienza a extenderse, ocupa las dos veredas, el calor de la media mañana no les hace mella. Está allí. Seis de febrero de 1936, el gentío aguarda en una especie de duelo a media voz. Esperan el paso de la carroza que traslada los restos de Carlos Gardel, desde el Luna Park hasta la Chacarita. El rusito no entiende por qué hay tanta gente, y la hermana, preocupada por el público, no lo suelta... Repican en su cabeza los tangos que ella tararea, El día que me quieras, Silencio, Volver. Le explica que ha muerto el cantor que escuchaba la familia en la superheterodino, Carlos Gardel. Que murió cuando el avión que debía traerlo a Buenos Aires se incendió en Medellín. Él escucha (un suave susurro...): Mi Buenos Aires querido / cuando yo te vuelva a ver / no habrá más penas ni olvido...

Gardel es parte del mundo interior de aquel pibe retraído... aunque aún no lo sabe. Años después aflorarán esas vivencias interiores, ocultas, todos sus juegos, pura fantasía e imaginación, mundo infantil vivido como adulto, cosmos maduro moldeado desde su niñez, pibe hijo de inmigrantes rusos y judíos que, desde que descubre con premura el planeta que lo envuelve, comienza su asimilación al Río de la Plata. Al margen de los padres. Fuera de la familia... La experiencia del sepelio de Gardel, el paso de la carroza, el dolor de la multitud, asombros que no acaba de entender pero dejan estrías en su alma, como las noches de la calle Corrientes, el Riachuelo, Pepe Arias, las arterias empedradas de su barrio, el tranvía, la música, la poesía y las figuras de baile de los tangos. Buenos Aires, la cuna rea y callejera del pequeño rusito que nació en Loria al milseicientos, y que ahora tararea, inconsolable:
Porque me lo llevan, mi barrio, mi todo, / yo, el hijo del lodo lo vengo a llorar...Mi barrio es mi madre que ya no responde... / Que digan adónde lo han ido a enterrar. (Puente Alsina, letra de Benjamín Tagle Lara: Para el caso da lo mismo...)
 Esas evocaciones lo acosan desde la infancia precoz, de la infancia que recuerda; la que siempre perpetúa...
El hogar en el conventillo de la calle Sarmiento, la sala grande, el baño letrina y la cocina compartida. Son escenas frugales de la niñez, que parecen raspadas como costras que resaltan desde ese espacio tan remoto, eternizadas en su memoria.
...vislumbro la espalda reclinada sobre la máquina de coser. Un orgullo inconsciente se perfila en mi alma; los dedos de mi padre levantan la aguja y vuelve a insertarla en el borde de la tela...

L

9 comentarios:

  1. La figura del padre, con todo respeto porque pueden no coincidir conmigo, es lo más bello que conozco del editor.
    Es bellísimo este texto.

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  2. La figura del padre y todos los recuerdos que hacen a la historia de nuestro país.Mi cariño
    olga cabrera ladu

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  3. Andrés querido: "Uno busca lleno de eperanza
    el camino que los sueños,
    prometieron a sus ansias....."
    Y no siempre los encuentra, pero en un rinconcito de nuestro cuore encontramos, olores, sabores, sonidos...como el añorado ruido de la singer, por ejemplo.
    Un abrazo. amelia

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  4. Podría decir un quizás , un tal vez, un a veces,en esta ocasión estoy convencida de que lo dicho por Amelia es así. Somos olores,sabores, sonidos, y más, cuando hablamos de algunas generaciones, donde cada cosa se sustentaba con el peso de los valores, del ejemplo, de las enseñanzas. Marcas que quedan de por vidas y que ayudan a la supervivencia cuando no hay lugar en el muro donde escribir. No tengo mucho que decir del texto, Andrés sabe lo que pienso de su narrativa toda.

    Lily Chavez

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  5. !!Andrés hermoso relato...y la figura del padre es tan importante en una familia...al menos para mi , los consejos de mi padre creo que fueron lo que mas marcó en mi vida y asi creci..con su amor y aun hoy somos muy compinches.

    Abrazo

    romi

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  6. La atmósfera en la que usted sumerge a los personajes respira poesía. Un placer. Hasta la próxima,
    Ofelia

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  7. Y Gardel creció conmigo pero yo no estuve, solo escuche a mi padre con su media voz entonarlo y hoy tengo un hijo músico que lo vindica y nos revindica y tu relato Andrés cala hondo con un canto que es un susurro en el corazón, Carlos Arturo Trinelli

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  8. Y Gsrdel se quedó con nosotros en cada esquina de barrio porteño, bajo cualquier farol, en el alma que sufre de amor . .
    Intercalando los recuerdos surge la figura máxima de un padre forjador del pibe y del hombre de hoy, en letras que conmueven en dulce mensaje referencial.
    MARITA RAGOZZA

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  9. LA EXCELENCIA DE SIEMPRE!
    FELICITACIONES SEÑOR ALDAO

    EDGAR BUSTOS

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