Es fácil imaginarlo. Basta con cerrar los ojos despacito, y enseguida aparece entre las cabras trotando en la pastura. Su figura delgada, delgadísima, su respiración entrecortada -tristeza de pulmón herido -, pastor de protesta clara. Lo verás bajo un árbol, leyendo versos, escribiendo versos, olvidándose del rebaño y despertando la ira de su padre. Pondrá, al servicio de los pobres y desvalidos, y de su ideal político, y de la justicia social, pondrá -digo- su palabra y su cuerpo. Poesía combativa, resistente, generación escindida entre el más y el menos en una España dominada por el Escuadrón Negro. Cárcel generadora de nanas y poemas de lucha, pero también de amor hacia Josefina, costurera que pronunciaba su nombre en cada puntada. Tu nombre de hombre, tu nombre de poeta, Miguel, Miguel Hernández, escrito para siempre en las calles de Orihuela. Susana Zazzetti.
ELEGIA ( a Ramón Sije´)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas.
Compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler, me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida
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Siempre me impresionó su vida y su obra, su sufrimiento, muy bueno traerlo a la página. Gladys
ResponderEliminarDe esa época de España, es mi poeta preferido, palabra y obra. Fernando de Zárate.
ResponderEliminarPoeta de un calibre incalculable. Muy bello lo que dice de él la poeta y corresponsal Susana Zazzetti. Felicitaciones y gracias Un abrazo Merci
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