sábado, 2 de octubre de 2010

Nicolás Guillén


(Camagüey, 10 de julio de 1902 -  La Habana, 16 de julio de 1989) Poeta cubano. Sus principales libros de poesía son Motivos del son (1930), Sóngoro y cosongo (1931), West Indies Ltd. (1936), Sones para turistas y cantos para soldados (1937) y El son entero (1947).
Su producción poética gira alrededor de dos grandes temas: la exaltación del negro y la situación social. Gracias al valor intrínseco de su obra, así como al de la de Junto a composiciones que imitan el ritmo de las danzas negras están las de intención social, en las que se mezcla una especie de mesianismo racial. Su militancia comunista, que data de 1937, le valió prisiones y persecuciones. Al advenimiento del régimen revolucionario de 1959, fue uno de sus más destacados exaltadores. Tras la Revolución compuso poemarios como Tengo (1964) o El diario que a diario (1972).En 1961 fue elegido presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Guillén figura entre los más grandes poetas de América Latina y del mundo.

AGUA DEL RECUERDO

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:
Moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.
Caña
(febril le dije en mí mismo),
caña
temblando sobre el abismo,
¿quién te empujará?
¿Qué cortador con su mocha
te cortará?
¿Qué ingenio con su trapiche
te molerá?
El tiempo corrió después,
corrió el tiempo sin cesar,
yo para allá, para aquí,
yo para aquí, para allá,
para allá, para aquí,
para aquí, para allá...
Nada sé, nada se sabe,
ni nada sabré jamás,
nada han dicho los periódicos,
nada pude averiguar,
de aquella mulata de oro
que una vez miré al pasar,
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.

EL ABUELO


Esta mujer angélica de ojos septentrionales,
que vive atenta al ritmo de su sangre europea,
ignora que en lo hondo de ese ritmo golpea
un negro al parche duro de roncos atabales.
Bajo la línea escueta de su nariz aguda,
la boca, en fino trazo, traza una raya breve,
y no hay cuervo que manche la solitaria nieve
de su carne, que fulge temblorosa y desnuda.
¡Ah, mi señora! Mírate las venas misteriosas;
boga en el agua viva que allá dentro te fluye,
y ve pasando lirios, nelumbios, lotos, rosas;
que ya verás, inquieta, junto a la fresca orilla
la dulce sombra oscura del abuelo que huye,
el que rizó por siempre tu cabeza amarilla.

3 comentarios:

  1. GRACIAS MULTIPLICADAS!!!!!! Ese poema, El abuelo, es el que ms me gusta de Guillén, reinvindica nuestrs rañices negras, tan negadas.
    amelia

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  2. Pura música!! Metáforas que expresan la belleza sin perder el ritmo, inigualable profundidad de pensamiento y uso del idioma. Poesías que me acompañan a lo largo de la vida. Ester

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  3. NICOLAS GUILLEN, SU POESÍA INOLVIDABLE QUE SE PUEDE DECIR, YA ESTAN UNIVERSALMENTE INCORPORADAS.

    EDGAR BUSTOS

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