jueves, 29 de abril de 2010

MÓNICA LÓPEZ BORDÓN 


Sombra Y Pájaros 

tristeza interior

Estás atada al ruiseñor de las lunas
que tiene un ritual sagrado en la garganta
Vicente Huidobro 
Escapó un pájaro prolongando su vuelo
en el peso justo de las palabras.
Desnudó cada estrella dejando
toda proeza a la piel del olvido.
En el roce del cielo
devoraba la sombra el final del camino
palpitando y dispersa
en la sentencia del encuentro. 
Atada al ruiseñor de las lunas
y dejando mis ojos en el mundo
hice de aquel pequeño hallazgo con la muerte
una liviana frase, suelta, inscrita,
por si sueño alguna vez en sus brazos. 
Sombra y pájaros escaparon de mis heridas. 
Me encontré de golpe en el intento


La aurora llega y nadie la recibe en su boca

Tristeza

Desprendida de su piel
la aurora llega
como preludio del día
hundido,
en las hojas del tiempo. 
Tiene sed de labios nuevos,
de enigmas y misterios intactos
en el pentagrama de la noche. 
Estaba la luna menguante. 
Miraba.
Miraba con los párpados de su viento
la desnudez del camino
y las bocas entreabiertas. 
-Nadie la esperaba- 
Apacible y eterna
clavó su espada, dos veces,
en los cuerpos de sangre herida.
Derramó la lluvia de todo lo vivido. 
Llegó con paso tranquilo.
Nadie la esperaba. 

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