AMELIA ARELLANO
Volver
Flecha ceniza que me atraviesa toda.
Diosa, insecto, paloma apuñalada.
Humo de huesos. Nardos. Rezos apócrifos.
Árbol casa. Piedra pan. Sed barro. Látigo sollozo
“Sufrir por lo que odias”
Quizás este sea el karma de este oficio mío:
Volver. Pacientemente. Beber, gastadas travesías.
Volver, redimida. Almendro, pedernal, esquiva flor de hiedra.
Valle dormido, laderas luna roja.
Que me llegue su lumbre.
Que me bese en las sienes un cardenal de seda.
Que en mi árbol seco florezca una paloma muerta.
”Perder por lo que amas”
”Perder por lo que amas”
Volver: Eco apasionado de un clavel herido.
Que mis pechos sean islas descanso llanto niño.
Que el arroyo descifre mis angulares piedras.
Que el invierno no doblegue las cinco hojas de mi pena.
Que el hueco de tu mano sea mi casa.
Que la lluvia no fragmente mi reloj arena
Montar en pelo el potro del relámpago.
“Querer y no obtener lo que deseas”
- * palabras de Buda
que el hueco de tu mano sea mi casa" delicadeza en todo el poema, ansias, esperanzas de ser. una imagen más bella y profunda que otra en este vivir de deseos. que te llegue la paz y todo. ahora. siempre. abracito. susana zazzetti.
ResponderEliminarPalabras que se conectaron con mi corazón, que me llegaron sin pasar por la razón que todo lo analiza. Palabras hermosas y llenas de sensibilidad. Muchas gracias, Ester Mann
ResponderEliminarLa belleza de siempre en una poesía fecunda en sentimientos. Fernando de Zárate.
ResponderEliminarMe gusta la precisión con que la poeta trata los temas, con fuerza, pasión. Muy convincente y de agradable lectura. Gladys
ResponderEliminarUn poema que deja rastros en el alma. Y nos quedamos pensando... Muy bueno, gracias por compartirlo. Marta Julia Ravizzi
ResponderEliminarsiempre se fragmenta tu reloj de arena cuando la belleza de la palabra adquiere pasión y nos desvela.
ResponderEliminarCelmiro Koryto