domingo, 4 de abril de 2010

ANDRÉS ALDAO


Entonces me la creí

(el humor es un antídoto para la depre)


Estudié hasta tercer año normal, vivía aburrida, apática. Veía a mis amigas y A las chicas del barrio andar empilchadas con minis, maxis, vaqueros a medio culo, blusas,  peinados a lo negra mota... Y yo out, fuera!
Cuando me quejaba de la ningunez de mi vida, mi vieja me levantaba la cara y decía: sos una hermosura... siempre fuiste una nena preciosa,  pero yo le decía, mami, acabala, soy una grandota pelotuda... y ella me envolvía con una mirada de arrobo irresistible.
Después, mi viejo, que no se cansaba de repetirme: sos la chica más linda del mundo, qué orgulloso que estoy por tenerte de hija... otra que la Marylin Monroe.. Ahora pìenso en lo chicato y falluto que es mi viejo. Mis hermanas, dos loros sin diploma, decían que me admiraban, que yo compensaba su fealdad, que era una chica preciosa. Los vecinos del barrio me veían por la calle, me paraban, me besaban y decían, con vozarrón de arpías, sos un ángel, cariño, vos tendrías que trabajar en el cine, en las telenovelas, hacé algo, presentate, preparate un álbum de fotos, vos  las matás a todas.
Una no cree, titubea, pero de a poquito, sin quererlo, las palabras penetran hasta en el torrente sanguíneo. Fui tan estúpida que a veces quería creerles que iba a ser la gran estrella del cine nacional. Dudaba: si realmente tengo algo para vender, ¿por qué no lo voy a ofrecer? En serio, una ve cada tipa en la tele o en el cine, narigonas, bizcas, belfas, dientudas, chuecas, gorditas.

Siempre fui distinta, rara. Las escenas familiares me pudrían, las peleas de los viejos, las pavadas de mis hermanas cabecitas  vacías, las tías y tíos que venían a llenarse de pastas los domingos y no traían siquiera una pasta frola o unas latas de duraznos en almíbar. También las tías y los primos dale con el mismo sonsonete, que las series, que la telenovela, que mirá vos a fulanita de tal que a gatas si sabe moverse, y la cosa ésa que gana mucha plata y es más fea que una chimpancé. Estaba harta, no siempre los quería escuchar, era una pesadilla, un infierno cotidiano. Incluso la abuela Norma me llamó un día y me dijo con su voz pegajosa:
−Nena, sos muy agraciada y culta, sos la única que tiene algo de estudio, los pretendientes han secado las pilas del timbre de tu casa, ¿qué te cuesta probar? ¿eh?
−Abuela, ¿vos también querés enloquecerme...? Me tienen aburrida, no me interesa el cine, no miro las telenovelas, leo, me cultivo, ¿sabés? ¡Basta!
−Nena, hacéme un favor, vení conmigo...
−¿Adónde querés que vaya?
Me llevó con ella a la sala de estar, me hizo parar, revolvió mi pelo, me pintó los labios, a los ojos le puso sombra y matizó las pestañas, me prestó la blusa blanca y una pollera negra de hacía veinte años, me encajó los zapatos pulsera taco 9mm. Después me acarreó hacia el espejo tapándome los ojos con sus manos.
−Quiero que te mires al espejo, una vez, una sóla vez, te lo pide tu abuelita...
−murmuró con lágrimas que comenzaron a inundar la salita.
Cuando mi imagen quedó al descubierto, casi le pregunto a la abuela: ¿Y ésa tipa quién es? De a poco fui acostumbrándome a la efigie que veía en el espejo.
−¿Esa soy yo, abuela, en serio? −dije titubeando. Y entonces me la creí...

Cuando llegué a mi casa les anuncié a los viejos que estaba dispuesta a probarme como actriz y hacer un álbum de fotos. Comenzó el alboroto...el concierto... Tenés que adelgazar...reventate los granitos del acné...afeitate las piernas y los brazos...dejá de comer factura a toda hora...tomá coladiet...no comás la grasita del asado...no se te ocurra devorar morcillas y chorizos... nada de helados... andá a la peluquería... tirá esa ropa de pordiosera... ¡Qué carita de ángel que tenés...!  
¡Me habían engrupido! Decir que me enfurecí es poco. Luego de la gran decepción, señalé a gritos a los culpables del delito, a los tortuosos estafadores, a los vendedores de fantasías: ¡A mis queridos familiares! No podía resignarme, no me atraía echarme las culpas, necesitaba la foto de todos ellos o para clavarles agujas, incluso de tejer, clavos de acero, mandarle varias veces al día algunas escupidas artísticas. Pero ellos no asumían nada... Ahora no blableban, todos inocentes, miraban para otro lado, huian de mí como de una leprosa. Entonces me dediqué a las pastas. A los helados. A vivir...

Pasaron dos años., estoy de novia con el presidente de la AOF (Asociación de Obesos sin Frontera), mis platos preferidos son las hamburgesas con fritas, la milanesa completa y dos veces por semana espaguetis a la bolognesa, ravioles, ñoquis. Ahhh, y todos los días me compro un kilo de masas (sobrantes del día anterior), porque en la repostaría siempre las renuevan ¡Qué lindo placer que es comer de todo a cualquier hora, hasta reventar...! Engordé treinta y cinco kilos... Y me siento realizada.
Trabajo en el Circo Los Rechonchos, actúo en la pista montada entre las dos gibas de un camello rengo, y los carteles del circo aparecen en toda la ciudad. ¡La Mujer Más Obesa Del Mundo Y Su Camello! ¡Soy gordita y famosa! ¡Guau! ¡Qué bello es comer!

13 comentarios:

  1. Ja JA No solo bueno, buenísimo. Sale del esquema Aldao. Quererse como uno es y lo más difícil meterse en el cuerpo y en la psiquis de una mujer. Una sonrisa viene bien Andrés. Un beso .amelia

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  2. Si esto es de Aldao...



    Jorge lumares

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  3. no puedo creer este cambio radical de estilo. texto que me encanta, espontáneo, libre, libertad de "hacer" de la protagonista a quien identifico con la pintura de Botero. una narración con un remate increíble. celebro tu talento. susana zazzetti.

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  4. No ésto no lo escribió Andrés Aldao, sino su otro yo...El Andrés que no se deja ver muy a menudo pero cuando lo hace nos provoca una risa inacabable. Lo disfruté mucho. Ester Mann

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  5. No ésto no lo escribió Andrés Aldao, sino su otro yo...El Andrés que no se deja ver muy a menudo pero cuando lo hace nos provoca una risa inacabable. Lo disfruté mucho. Ester Mann

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  6. Que puedo agregar a este satírico relato donde el personaje femenino es un moderno Falstaff llevado de la palabra Andresiana que incendia en su hilaridad y se luce en su nuevo género.
    Celmiro Koryto

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  7. Al fin la vida tiene sus cosas lindas a pesar de tener que ganarse la vida sobre un camello rengo,muy bueno Andrés, un abrazo, C.Arturo Trinelli

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  8. Hace poco que me he incorporado a los lectores de esta revista. Me impresionó muy bien este cuento de humor de Andrés Aldao, sabiendo que su estio es distinto. Un gran placer. Elena

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  9. Despertar la risa, para descontaminar la depre, para saber que sonreir hace bien a la gente. No hay un cambio de estilo, un buen narrador da vuelta eso como si fuera una media, puede hacer reir, llorar, emocionarnos, de eso se trata.

    Un abrazo y felicitaciones Andrés.

    Lily Chavez

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  10. Aceptarse, todo un tema. El amor y la felicidad no tiene edad ni límites en el tiempo y en el espacio. Y la belleza, supongo, es el descubrimiento. Gracias Andrés

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  11. El amor y la felicidad no tiene tiempo ni espacia. La belleza es el descubrimiento de uno mismo y del otro. Gracias András, muy bueno.

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  12. Andrés: Buenísimo!!!, es el nunca acabar de los pensamientos solapados, de las verdades a media, de las no aceptaciones dañinas. Felicitaciones, Amigo. Te abraza,

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