ADRIAN CAMPILLAY.
San Juan. ( 1969 ). Una sensación parecida a un estremecimiento interior me ha producido la lectura de varios poemas de Adrián Campillay. Encuentro un tono de dolorosa ternura, o tal vez como si su palabra desgarrada gritara una profunda soledad. Este escritor, que se siente " perseguido por voces", planta su palabra poética en la hoja con una autenticidad espontánea y nos entrega su interior de sol y sombras. Habitante de la tierra sanjuanina, seguramente el viento del desierto, las piedras, los parrales, han llenado de poesía sus venas y Adrián entrega estos versos que analizan la condición humana, que necesitan decir de la propia. Textos que por su intensidad temática, potencian la literatura argentina. Obras: "Poemas de amor para ser mordidos", "Acusación", "Las flores seretas", "Carne de cañón" y otras. Susana Zazzetti.
1
Cada paso del dolor
es un camino
sin salida en el tiempo
arruga de la tarde
en cansado rostro de los días.
La pregunta sin luz en el fondo
del corazón herido.
Musa
No tengas miedo. Te cuidan las palabras.
E n la isla de una luz sola encontraron escrito tu nombre,
tu dolor es de pan para los pájaros de la mañana.
Noche en la cicatriz iluminada del tiempo.
Me senté a tu lado con pies y manos
en el fuego y en la risa, en el agua común y en el vino,
y en el amargo ciempiés de la hermosura.
Ahora probablemente duermes.
No sólo la rueda preciosa de la sal
ni muerte. Ni misterio.
Palomas en la ira de la pureza,
uñas dicientes dibujan los cuerpos
que te desdibujan en el peligro.
Música en la geografía oscura de una guerra
van a cuidarte estas palabras.
S/T
Viven
en mi multitud
voces que el aire trae
y el tiempo pierde
ciudades desaparecidas
en los dolores
sin quietud
estos sujetos o esponjas me aprisionan
alimentados en la distracción de mi sangre
sordos vampiros cuya música enloquece
y luego duerme, como si nunca antes hubiera
dormido
como si nunca después o sombra
sombra en el camino negro
de esas habitaciones distorsionadas
en donde nunca el ojo se cierra
y se abre el suelo
a donde finalmente
iremos a parar.
corresponsal Susana Zazzetti.
1
Cada paso del dolor
es un camino
sin salida en el tiempo
arruga de la tarde
en cansado rostro de los días.
La pregunta sin luz en el fondo
del corazón herido.
Musa
No tengas miedo. Te cuidan las palabras.
E n la isla de una luz sola encontraron escrito tu nombre,
tu dolor es de pan para los pájaros de la mañana.
Noche en la cicatriz iluminada del tiempo.
Me senté a tu lado con pies y manos
en el fuego y en la risa, en el agua común y en el vino,
y en el amargo ciempiés de la hermosura.
Ahora probablemente duermes.
No sólo la rueda preciosa de la sal
ni muerte. Ni misterio.
Palomas en la ira de la pureza,
uñas dicientes dibujan los cuerpos
que te desdibujan en el peligro.
Música en la geografía oscura de una guerra
van a cuidarte estas palabras.
S/T
Viven
en mi multitud
voces que el aire trae
y el tiempo pierde
ciudades desaparecidas
en los dolores
sin quietud
estos sujetos o esponjas me aprisionan
alimentados en la distracción de mi sangre
sordos vampiros cuya música enloquece
y luego duerme, como si nunca antes hubiera
dormido
como si nunca después o sombra
sombra en el camino negro
de esas habitaciones distorsionadas
en donde nunca el ojo se cierra
y se abre el suelo
a donde finalmente
iremos a parar.
corresponsal Susana Zazzetti.
Adrián querido: Tenemos muchos amigos comunes, loquitos, como vos o yo. Me habían hablado de tu poesía ahora tengo el honor de degustarla...sabor a más , que le dicen- amelia arellano -san luis-
ResponderEliminarPoeta con mucha fuerza en su palabra, que no conocía. Gracias. Fernando de Zárate.
ResponderEliminarmuchas gracias por la publicación y los comentarios, un abrazo desde el desierto.
ResponderEliminaradrián campillay