CELMIRO KORYTO
Del Poemario Claves
sensación
soy un desierto
cansado de su silencio
que mezcla dunas y cielo
en confuso crisol
y en las manos alberga
brillantes rayos de gracia
siendo la tempestad del corazón
yugo de ocultos señuelos
la primavera
de su nacimiento
arcano
el miedo
colmó horas
secó su boca
arreció en lluvia
mojó sus manos
lo mutiló
disimulado
tras una cornisa inválida
temió perder control
pero aprovechó
la primera ráfaga
para esconderlo
más tarde en la cocina
revolvió el café
y bebió en silencio
su tranquilidad
Baires
volé en sueños
a la ciudad donde nací
una hembra de ausencia
que guarda su otoño
con pies desolados
fui un foráneo
entre cafés y cafés
en horas cansadas
mudé ventanas
y voces irreconocibles
me vieron ajeno
recorrer calles deterioradas
evocando aromas antiguos
sentí mi corazón gemir
encogerse y estirarse
como un bandoneón
esparce música
en una nube de gofio
después
mucho después
desde ninguna parte
regresé
al lugar donde mis cabellos
reconocen
todos los vientos
allí donde me fundo
cuando me mira con sus ojos de mujer
aquella que me hace sentir alguien
estos poemas no son un desierto, ni vos. ambos están poblados de belleza expresiva, de sensaciones perceptibles, aquí, cerca de la mano. no podría elegir uno solo, alteraría este placer que me produce leerlos. muy bellos. susana zazzetti.
ResponderEliminarUy cuántas claves Celmiro!Y una constante ,la sensualidad, la hembra, el gemir.Sensaciones que cubren el desierto,en lluvia mansa, que no seca, no mutila.
ResponderEliminarBellos, muy bellos poemas.
ameli arellano
Gracias Celmiro por éstas Claves que iré desentrañando si mis pocos cabellos reconocen todos los vientos, de nuevo gracias amigo, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarTrinelli comentando poesía, algo así como increíble, pero un disfrute tenerte opinando y desentrañando...En cuanto a Celmiro, sí, coincido con Amelia, esa sensualidad, ese gemir muchas expresiones y sensaciones que no hacen más que incrementar su fuerza poética. Un abrazo.
ResponderEliminarLily
Celmiro: me gustaron mucho estos poemas. Pese a que puedas haberte sentido un extraño en Baires, seguramente hubieron baldosas que han reconocido tu andar o, talvez, te faltó tiempo para reencontrarte. Un abrazo de,
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