lunes, 7 de junio de 2010

Con la moda de los festejos, celebran hoy en la Argentina el día del Periodista. Más que su valor de abalorio, o de rito carente de contenido, creemos que hoy en nuestro país cuna retomar las palabras del fundador de La Gaceta Literaria, Mariano Moreno, es toda una proclamación de la prensa que dice y enseña, no la que chismorrea, miente, se amarilla y pervierte la profesión de ser el eco, el espejo de la sociedad. Por eso hoy, 7 de junio, celebramos el 200º aniversario de la prensa que representó a los revolucionarios de los días de mayo. Hoy, ante tanto pasquín y prensa indecorosa, celebramos la presencia y la actividad de periodistas que continúan la tradición de aquellos que sirvieron al pueblo y no a quienes distorsionan la verdad. A.A.

25 de mayo de 1810 - Un camino hacia la independencia


Fuente: Adaptación para El Historiador del libro de Felipe Pigna Los Mitos de la Historia Argentina I, Buenos Aires, Editorial Norma, 2004.


Mucho antes de que se iniciara la etapa independentista, Mariano Moreno ya mostraba un particular interés por la situación de los indios y los derechos del hombre. En su tesis doctoral titulada Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios, que escribió en 1801 decía, entre otras cosas: “Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas. Se ve continuamente sacarse violentamente a estos infelices de sus hogares y patrias, para venir a ser víctimas de una disimulada inmolación. Se ven precisados a entrar por conductos estrechos y subterráneos cargando sobre sus hombros los alimentos y herramientas necesarias para su labor, a estar encerrados por muchos días, a sacar después los metales que han excavado sobre sus propias espaldas, con notoria infracción de las leyes, que prohíben que aun voluntariamente puedan llevar cargas sobre sus hombros,  padecimientos que, unidos al mal trato que les es consiguiente, ocasionan que de las cuatro partes de indios que salen de la mita, rara vez regresen a sus patrias las tres enteras”[1]. 
No estaría mal que los llamados liberales argentinos y sus socios históricos en todos los golpes militares, los nacionalistas de derecha, que, por distintos motivos siempre inconfesables, intentan vincular a Moreno con Rivadavia, tuvieran presente este párrafo en el que Moreno describe al futuro padre de la deuda externa, en estos términos: “Sírvase V.S. fijar la vista sobre la conducta de este joven: ya sostiene un estudio abierto, sin ser abogado; ya usurpa el aire de los sabios sin haber frecuentado sus aulas; unas veces aparece de regidor que ha durar pocos momentos: otras veces se presenta como un comerciante acaudalado, y todos estos papeles son triste efecto de la tenacidad con que afecta ser grande en todas las carreras, cuando en ninguna de ellas ha dado hasta ahora el primer paso. No tiene carrera, es notoriamente de ningunas facultades, joven sin ejercicio, sin el menor mérito y de otras cualidades que son públicas en esta ciudad”[2]. 
El protagonismo de Moreno comenzó el 25 de mayo de 1810, al asumir la Secretaría de Guerra y Gobierno de la Primera Junta, cuando dijo en su discurso inaugural: “La variación presente no debe limitarse a suplantar a los funcionarios públicos e imitar su corrupción y su indolencia. Es necesario destruir los abusos de la administración, desplegar una actividad que hasta ahora no se ha conocido, promover el remedio de los males que afligen al Estado, excitar y dirigir el espíritu público, educar al pueblo, destruir o contener a sus enemigos y dar nueva vida a las provincias. Si el gobierno huye el trabajo; si sigue las huellas de sus predecesores, conservando la alianza con la corrupción y el desorden, hará traición a las justas esperanzas del pueblo y llegará a ser indigno de los altos destinos que se han encomendado en sus manos”.
Cornelio Saavedra defensores de sus privilegios y, por lo tanto, favorables al mantenimiento de la situación social anterior, en la que, como decía Moreno, “hay quienes suponen que la revolución se ha hecho para que los hijos del país gocen de los altos empleos de que antes estaban excluidos; como si el país hubiera de ser menos desgraciado por ser hijos suyos los que lo gobiernan mal”.
El 7 de junio[3] fundó el órgano oficial del gobierno revolucionario, La Gaceta de Buenos Aires, donde escribió: “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con quien miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para logro de tan justos deseos ha resulto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires”[4]. 
Como no ignoraba el alarmante porcentaje de analfabetismo de la población, ordenó que se leyera a Rousseau desde los púlpitos de las iglesias, lo que puso un poco nerviosos a algunos sacerdotes contrarrevolucionarios. En el prólogo a la obra (Contrato social) decía: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”[5]. 


[1] Mariano Moreno, Escritos, Buenos Aires, Estrada, 1943. 
[2] Mariano Moreno, Escritos, Buenos Aires, Estrada, 1943.
[3] En homenaje a este hecho se estableció el 7 de junio como el Día del Periodista.
[4] La Gaceta incluía en todos sus números la siguiente frase de Tácito: “Tiempos de rara felicidad, aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lícito decirlo”.
[5] Mariano Moreno, Escritos políticos, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1915.
Fuente: Adaptación para El Historiador del libro de Felipe Pigna Los Mitos de la Historia Argentina I, Buenos Aires, Editorial Norma, 2004. 

3 comentarios:

  1. Cuantos serán los que festejen el día del periodista sin haber anclado jamás en la ética de Moreno. Hoy se lucha por terminar de desenmascarar el contubernio de los monopolios informativos con la última dictadura que les permitió adueñarse de Papel Prensa sin poner un peso a cambio de callar los asesinatos de la banda fascinerosa cívico-militar. La nueva ley de medios servirá para democratizar la información y los reyes del periodismo notarán que están desnudos. Carlos Arturo Trinelli

    ResponderEliminar
  2. Debo ponderar el comentario del amigo Trinelli: un día del Periodista en momentos conflictivos... Creo que pocos saben el papel importante de la prensa informativa seria, y las veleidades de la prensa amarilla y pasquinesca. Mariano Moreno Y Manuel Belgrano sabían de la importancia fundamental de la prensa escrita.

    Mi agradecimiento a la colaboradora y lectora Mercedes Sáenz, que recordó que el dicente fue periodista hasta el día de su detención el 1º de noviembre de 1974. Fue muy meritorio y conmovedor. Te lo agradezco, querida amiga.
    Andrés

    ResponderEliminar