sábado, 5 de junio de 2010

ADA INÉS LERNER

Los misterios de Carlitos



Del Morocho del Abasto todas sabíamos que era morocho pero la separada del fondo afirmó que era teñido, y la de la ochava aseguraba que sus guitarristas tocaban sentados porque él era muy petiso y la pedicura de los viernes apuntó: a Carlitos Gardel los zapatos se los hacían a medida para respetar juanetes y callos; la planchadora contó que el morocho era de cuerpo escaso pero que un ambo especial lo hacía parecer robusto. La del delantal de cocina decía que lo había visto en un baile de carnaval, pero si ha muerto en Medellín contestó la manicura; eso es mentira refutó la rubia (arrepentida) en volumen de secreto (¿por qué se bajará la voz también para contar secretos a mucha gente?): Carlitos y Aguilar sobrevivieron pero el morocho quedó desfigurado y vive escondido. La de los ruleros azules se reía en forma estentórea (siempre quise usar esta palabrita) ¡qué va a estar vivo, qué va a estar!, a lo que la hija de la peluquera mencionó una foto que lo mostraba saltando del avión después del accidente y la del termo (yoruga, para más datos) concretaba: esa no era una foto sino una infografía (como ninguna sabía qué era una inf... nos callamos, en especial para no desnudar nuestra ignorancia, que es la más impúdica de las desnudeces) y agregó: Carlitos ha nacido en Tacuarembó y yo también lo vi dijo la pelirroja (cuya palabra es irrefutable porque es la mujer del kinesiólogo que es casi como un doctor, salvando las distancias, claro) en una revista extranjera cuyo nombre no venía al caso. En definitiva, todo es relativo y aunque Gardel nunca existió, cada día canta mejor. 

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Publicado por Ada Inés para De cuentos y poemas 

2 comentarios:

  1. Qué velocidad tiene el relato...tan bien armado que Carlitos queda disgregado y esa racha de mujeres que en su mundillo tiene la última razón.
    Pero digan lo que digan..."Cada día canta mejor"

    Celmiro Koryto

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  2. Creo que precisamente esta velocidad de la que habla Celmiro, hace que el relato se ameno y entusiasta. Un abrazo Ada, muy lindo.

    Lily Chavez

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