martes, 4 de diciembre de 2012

Andrés Aldao


                                               Mundo global *  

 

«¡El mundo fue y será una porquería ,ya lo sé, en el 506. y en el 2000.... »

                                                               
(Estos ensayitos fueron escritos al final del siglo XX. Correteamos ya por el 2012. Nada es igual, todo es peor y Discepolín se lleva las palmas...).
       
Hay mañanas  crapulientas  en las que uno no debiera levantarse  ni dirigirle la palabra a nadie. Hay días en que no se debe escuchar las noticias ni verlas por televisión. En el diario, sólo conviene leer minuciosamente las novedades deportivas. No siempre y no todas. Es el gran secreto, el antídoto para vivir sin sobresaltos, ignorando la estulticia y el caradurismo de los grandes personajes, y los minúsculos, que aparecen en los monitores y las fotos periodísticas. Son los prototipos, figuritas repetidas de todas los épocas, con sus fermentadas promesas, burbujas desvanecidas en la atmósfera emponzoñada del maravilloso globomundo, en el que una ingenua píldora nos puede extasiar, transportarnos al este del paraíso mientras nuestro vecino, pobrecito,  para sobrevivir tiene que extender la mano o buscar restos de comida en los tachos de basura.
Esos prototipos, con la sonrisa de equino a flor de labio, emperifollados, peripatéticos y vacíos, fatuos de la nada y la ningunez, que nos parlotean con voz engolada y tonito de descorteses matones, educados en las antiguas academias Pitman, siempre tienen temas de actualidad social para blablear: una madre soltera que no encuentra vivienda, un padre agresivo al que le sugieren rezar veinte padrenuestros, un chico que trabaja en un taller clandestino 14 horas por día, y al que el tipo charlatán le recomienda ir a la escuela para ser un hombre de bien en el día de mañana. Y cuando algún gilastrón les pregunta, fuera de libreto, qué servicios sociales incluyen los gobiernos en los presupuestos, o qué porcentaje de los impuestos se invierten en educación y cultura para el pueblo, se ofuscan y le dicen al sufrido infiltrado: Usted es una amenaza para la democracia, usted es un fundamentalista, un descreído, un zurdo. un demócrata ( o como decían hace un siglo: Usted es un ácrata). (o como le dicen hoy: usted es un K, jeje)                                                                      
Cuán difícil, sin embargo, es no caer en el pecado. Los adictos pasan a mi lado, felices por la dicha y los logros de los famosos, de la gente que los embauca de madrugada, y los trasnocha en las pantallas rectangulares interpretándoles la comedia del hombre feliz. Viven contemplando los noticieros de la TV, la basura divertida, los entretenimientos estúpidos, la ceremonia del oscar o el emy, las series complacientes sobre un mundo que no existe. Y las telenovelas, ese narcótico mezcla de chocolate y arsénico.
Parecen mentecatos, obcecados masoquistas, víctimas de la globadicción cualunque y aplanada, que los lleva a disfrutar con el verso global, la seducción de la globalidad, la mentira global que adormece y obnubila la inteligencia,  que conduce a una hilarante y patética acarbonada global.

Salgo a la calle. Para distraerme. Para no caer en el pecado de la tentación. Ya afuera observo los altos edificios que entrelazan el estado de sitio a las urbes modernas. Como un pelotón de dinosaurios petrificados, inmutables y estoicos monumentos cuyos ojos hieráticos se clavan en mis carnes. Permanezco confuso algunos segundos. hasta que me evado del trance. Y comienzo a buscar la originalidad, lo disímil, algo auténtico. Esfuerzo inútil. Fracaso total.
El mundo se está convirtiendo en una gigantesca chatarra, repetida, simétrica y convencional de palabras, frases y sentimientos clonados, insinuados por los siniestros y tenebrosos medios que nos educan para el siglo XXI. Son los tipejos como Vargas Llosa, por ejemplo, o Grondona, el mono sabio, Jorge Lanata o Jorge Bucay, y tantos otros ex, embaucadores de masas que medran en –y con – los medios, que convencen e idiotizan a la gente desprevenida, y deslumbrada, por el pedigrí mediático de esos tipos. Con ese tonito de profesores magistrales que vienen de vuelta, se desembarazan de su pasado de izquierda o, en una bravata amnésica borran el ayer concupiscente- condescendiente con regímenes dictatoriales, y ahora predican el erotismo de la sumisión con prestancia de caballos troyanos. El arma vil de estos caballeros es el garrote de sus artículos o sus apariciones en la TVremunerados con generosidad, como corresponde a honorables lacayos de la Real Academia de los Ases de la Pluma de Ganso.

Cabalgan sobre las veleidades delirantes de una izquierda y una derecha que añoran a Stalin y a Hitler, a Salazar y Matías Rakozi, a Franco y Gomulka, a Mussolini y Codovilla, a Onganía y Videla, a Firmenich y Galimberti, a el Brujo y la Isabelita y a Menem y Scioli. Esos señores, felones y embusteros, extraen de sus galeras todas las heces eruditas de la cultura global empleando trucos de prestidigitación.                                                                 
El mundo mediático y global está lleno de plumíferos, comentaristas y ensayistas, cuya misión caritativa es suplir al sacerdote y catequizar a las multitudes en el culto de las compras imbéciles, prescindibles e inservibles, creando la imagen de opulencia allí donde reinan la miseria, la inseguridad, la rabia descentrada, la promiscuidad, o simplemente el hambre, que excluye, humilla y mata.
Y las nuevas multis, que nos han metido de cabeza en el siglo XXI con sus zarpas glotonas y extendidas que se enroscan como boas mefíticas, en las prósperas industrias de los medicamentos, la alimentación, el esparcimiento, la música, los seguros, el sexoshop, la moda, la cosmética o las drogas que ayudan a vivir (¡¡Sálvese mientras puede! –vociferan sus plumíferos orales –: relájese, excítece, fantasee, fornique a trochi mochi, aléjese del mundo prosaico, vuele con el snif, medicina natural, adelgace en diez días, termine con su anorexia, cáguese de risa de su cáncer, injértese pendejos color lila sin dolor. y así de seguido), etc.                                                                     
Ante cualquier amenaza de cierre de empresas, allí están los vampiros revoloteando a la caza del botín: Invierta su futuro, cómprese seguridad: no derroche la indemnización, sea nuestro asociado: asegúrese prometedores beneficios sin salir de su casa. Entretanto, la droga, la miseria, la falta de techo, las enfermedades, la prostitución, como el gran negocio, y el juego, como el gran incentivo para cambiar de suerte, aniquilan la conciencia de la gente carenciada, aceleran la marginación y desparraman peligrosos combustibles sociales por todo el planeta.                                                                    
De pronto, nos presentan al mundo actual como una aldea tolstoiana tocada por la magia de la electrónica y la computación. Y el planeta globalizado se va reduciendo a una especie de proscenio gigante, en el cual los humanos son clones, marionetas manejadas por las hilachas globales de los multititiriteros que operan en este universo descentrado y explosivo, apto para estallar en el momento menos pensado. O dentro de un cuarto de hora.
Este planeta global le ha dado sus buenos hachazos a los antiguos valores de igualdad, justicia y solidaridad. Pero no ha podido barrer la dignidad del hombre cualunque. esa dignidad pequeñita y casi invisible que guardamos los humanos en algunas células perdidas del bobo y la zabeca. Con eso va a ser suficiente para recomenzar, para izar nuevamente el pendón indomable de la raza humana que ha conocido otras pestes, peores aún que la globalización y las multinacionales.                                                                    
A no llorar, hermanitos: la incordia de las bolsas asiáticas no llega a nuestros bolsillos, que vueltos del revés se desprenden solitarias migas rastreras de los cachos de pan que guardamos previsoramente.

Por eso yo escribía al comienzo de esta tirada, ojerosa y prepotente, que hay mañanas crapulientas en las que no conviene levantarse, hay que huir de los diarios, ignorar la caja rectangular que nos transforma a nosotros en cuadrados perfectos y terminados. ¡Aunque hay que dar algunos pasos, querida gente.
No tengo la precisa, pero yo pienso que debemos rajar de los cubículos modernos, piantarle a los aparatitos de aire acondicionado, huir de la comida envasada, la hamburguesa de tres pisos, los perros calientes (no los confundamos con los pobres pichichos que andan a la búsqueda de pareja en esas calles alegres por fuera y tristísimas por dentro); no caer en pecado (esto es, no leer diarios calcados, que sólo se distinguen por el nombre); buscar con lupa una placita o un parque, disfrutar del solcito antes que los rascacielos exterminen a los rayos ultravioletas, contemplar las nubes paseando por la autoestrada celeste, hartarnos de verdes y flores antes qie el smog plomizo y atorrante les dé una mísera mano de bleque, dejarnos humedecer bajo la garúa refrescante y dar vueltas de carnero sobre el rocío bienhechor, y proteger a los chicos. menos inocentes, menos puros, menos chicos, pero con esa pizca de ingenuidad que puede, aún hoy, salvarlos del apocalipsis del mundo global. Amén
(de Ensayitos y sarcasmos en compás de 2 x 4)
Andrés Aldao

10 comentarios:

  1. Querido amigo, es lamentable no encontrar defensa a tanta amrgura. Me consuela pensar que la gilada de finos y elegantes patoteros no te deben entender ni una palabra. Gracias amigo!

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  2. Amigo Pennini, es muy cierto lo que escribís: no será fácil entender este "galimatías", especie de manifiesto rabioso contra las injusticias del mundo que machaco, con doliente ironía...

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  3. Que sabias reflexiones. Mucha gente es cruel. Hoy encontaron a un niño perdido y asesinado (dentro de una heladera). Por eso a veces, muchas veces, quiero tanto a los "animales inferiores". Se sabrá el movil de tanta maldad? Es verdad,lo que dices Andrés, no siempre ayudan a pensar desde el periodismo, la TV. etc
    La codicia, envidia y el ansia de poder está acechando, siempre. Detrás la estupidezación del humano.
    Graciela U.

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  4. Somos seres incomprensibles!! Por crueles dañamos y por concientes sufrimos. Andrés nos lo recuerda con este llanto poético, esta protesta literaria. Aunque esa facultad de expresar el dolor nos redime!

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  5. Mi querido , mi CAPITÄN , ud describe a la perfección "la aldea global" Lo peor es que nos atraviesa y no podemos evadirla.
    Pero el hombre es y será EL HOMBRE.
    Un fuerte abrazo!!

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  6. Es muy cierto que a veces conviene un recreo y disfrutar de las pequeñas-grandes cosas citadas en esta Aguafuerte lo contrario es pelear y discutir con la "buena gente" pero es ese nuestro estigma, un abrazo, Carlos Arturo Trinelli

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  7. Crítica dura y directa, verdaderamente un Aguafuerte como acertadamente dice C.A.T, que es la esencia inconformista que caracteriza al autor, unido a la ternura hacia los más vulnerables, los niños, a quienes esta sociedad les roba infancia ( ¿Cómo serán ellos,hombres del mañana?)
    Un planteo ágil que logra la visualización de lo narrado.
    Felicitaciones, Andrés, y abrazo.
    MARITA RAGOZZA

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  8. LO QUE HAN RESUELTO LOS JUECES DEL CASO MARITA VERÓN PRUEBA, MUESTRA Y JUSTIFICA "MUNDO GLOBAL". 'QUÉ FALSÍA, QUÉ CARADURISMO! Y ESTO NO SE ARREGLA CON DISCURSITOS Y MORALIÑAS FALLUTAS. QUÉ MUNDO DE PODREDUMBRES E INJUSTICIAAS. ME QUEDÉ CORTITO!!!
    ANDRES

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  9. Totalmente cierto, y muy duro ver de frente el espejo donde estamos inmersos. En este caso nos redime el regusto de esa ácida ironía de la que hace gala el Capitán. Un beso de tu Madrina Rioplatense.

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  10. me encanto poder leer este trabajo todo lo que dice es muy cierto, tanta crueldad que hay en este mundo hace un par de meses atrás una madre mando a su hija de 7 años a la tienda de la esquina, pero la mamá viendo que su hija no regresaba se empezó a preocupar y decidió salir a buscarla. Entonces se llevó la sorpresa de que en un saco estaba el cuerpo de su pequeña hija; después de haber sido violada la estrangularon y abandonaron su cuerpo en un saco.
    Evelin

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