jueves, 2 de junio de 2011

John Fante - fragmentos



Pregúntale al polvo (fragmento)

" —¿Tiene trabajo? —preguntó.
—Soy escritor —respondí—. Espere, puedo demostrárselo.
Abrí la maleta y saqué un ejemplar.
—Yo lo escribí —le dije. En aquella época yo era muy impaciente, muy soberbio—. Se lo voy a regalar. Se lo dedico.
Tomé la pluma del escritorio, pero estaba seca y tuve que mojarla en el tintero; moví la lengua mientras pensaba en algo simpático que ponerle.
—¿Cómo se llama usted?— le pregunté.
—Soy la señora Hargraves —me dijo sin el menor entusiasmo—. ¿Por qué? Como le estaba haciendo un favor, no tenía tiempo de responder a ninguna pregunta, así que escribí en la parte superior de la página donde comenzaba el relato: “Para una dama de encanto inefable, de maravillosos ojos azules y sonrisa generosa, del autor, Arturo Bandini”.
La verdad es que tenía una sonrisa que le destrozaba la cara, ya que le acentuaba el mapa de arrugas que le agrietaba la piel reseca de la boca y las mejillas.
—No soporto las historias sobre perros —dijo, escondiendo la revista. Me miró por encima de las gafas desde una atalaya más elevada aún.
—¿Es usted mexicano? —preguntó.
Me señaló con el dedo y rompí a reír.
—¿Mexicano yo? —negué con la cabeza—. Soy americano, señora Hargraves. Además, tampoco es un cuento sobre perros. Es sobre un hombre y está muy bien. No sale ni un solo perro en toda la historia.
—En esta pensión no admitimos mexicanos —dijo.
—No soy mexicano. Y el título del cuento lo saqué de la fábula. Ya sabe: “Y el perrito rió al ver una cosa tan rara”.
—Tampoco judíos. 
(...)
Y sin embargo, incluso en ese momento, era como si estuviese escribiendo, como si estuviese registrando todo en el papel. Frente a los ojos tenía la hoja escrita a máquina, mientras flotaba, derribado por las olas, sin lograr alcanzar la costa, seguro de que no saldría vivo del mar. 
"

 * * *

“Espera a la primavera, Bandini”, de John Fante - -Fragmento-


A
rturo Bandini estaba convencido de que cuando muriese no iría al infierno. Para ir al infierno había que cometer un pecado mortal. Él había cometido muchos, lo sabía, pero la confesión le había salvado. Siempre se confesaba a tiempo, es decir, antes de que la muerte se le presentara. Y tocaba madera cada vez que pensaba en ello: que siempre habría tiempo antes de morir. De modo que Arturo estaba archiconvencido de que cuando muriese no iría al infierno. Por dos motivos. Por la confesión y porque era un corredor muy rápido.

El Purgatorio, sin embargo, ese lugar intermedio entre el Infierno y el Cielo, le preocupaba. El catecismo decía con claridad lo que hacía falta para ir al Cielo: el alma tenía que estar limpia del todo, sin la menor sombra de pecado. Si el alma, en el momento de la muerte, no estaba lo bastante limpia para ir al Cielo ni lo bastante sucia para ir al Infierno, se quedaba en la región intermedia, en aquel Purgatorio en que ardería y ardería hasta que sus faltas se purgasen.

Había un consuelo en el Purgatorio: que, al margen del tiempo que se pasara en él, el Cielo estaba asegurado. Pero cuando Arturo se dio cuenta de que la estancia en el Purgatorio podía durar setecientos mil millones de billones de trillones de años, ardiendo y ardiendo sin parar, poco consuelo había en que al final se aterrizase en el Cielo. A fin de cuentas, cien años era ya mucho tiempo. Ciento cincuenta millones de años era inconcebible.

5 comentarios:

  1. Muy buena la propuesta de aproximación a la obra de John Fante.
    Gracias Artesanías
    Ofelia

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  2. Gracias por la entrega .No había leído estos textos. Me gustan los sutiles mensajes que subyacen en ellos.

    amelia

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  3. Fragmentos que delinean la pintura desu palabra.
    Un escritor importante en su obra que se comienza a discutir y elogiar.

    Celmiro Koryto

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  4. El final de Pregúntale al... es una de las páginas más bellas que he leído, interesante idea la difusión de Fante, C.A.T.

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  5. He leído recientemente "La hermandad de la uva", un bello y duro fresco de la relación padre/hijo, y finalmente "Al oeste de Roma", la relación entre Henry Molise y sus hijos... Textos inolvidables, frescos dolorosos de la época de la crisis mundial en los EEUU. Todo cambió, todo se transformó, de la carta de papel y lápiz al correo electrónico: pero las familias Bandini y Molise, en las ¿nuevas? condiciones sociales siguen en la marginación, la pobreza, el desempleo: en el cráter en ebullición de la civilización del automóvil y el vergel de la abundancia... para pocos, escrito por Fante con humor que desgarra y ternura depreciada por el sistema.
    Andrés

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