martes, 14 de junio de 2011

SUSANA FERNÁNDEZ SACHAOS -



Redondela
a las gaviotas
a mi padre

Ahora que rosas y lilas,
pintan la madrugada,
una gaviota se posa
sobre un mar de rieles,
sobre los hierros de Redondela,
estación de Pontevedra.

Las huellas de olas cercanas
traen rumores, ondas.
Mis palabras se quedan
con las manos vacías.
Ahora es mi asombro
el que descansa entre
el mar y los rieles. 


Escribo estas líneas todavía desde el estupor, la consternación, la angustia y la tristeza que provocan las pérdidas que duelen y que uno no espera, no aún, las que no deberían pasar nunca, las que uno no cuenta.
A Nilda y a mí nos decía que eramos "sus bellos", abría sus brazos para recibirnos tanto en "Extranjera a la intemperie" como en su corazón. Nos queríamos mucho y nos mostrábamos el cariño, el respeto, la consideración y la admiración.
Si pienso en ella, por suerte, me viene inmediatamente a la memoria su sonrisa y el brillo en los ojos, ese especial brillo en los ojos que tienen los que han sufrido y los que se han repuesto, los que vencen despedidas. Tengo esa sensación.
Es cierto que me quedan los abrazos.
Este poema, Redondela, pertenece a Susana Fernández Sachaos, una amiga, querida poeta, que el 5 de junio, falleció.

 Publicado por Rubén Gómez para 
Vela al Viento Ediciones Patagónicas el 6/05/2011


4 comentarios:

  1. ADIÓS POETA
    ¡Qué mal día, que mal día!
    un domingo de invierno
    en que el frío se instala en Buenos Aires
    y los pájaros no encuentran refugio entre las
    /ramas

    Allí quedó tu cuerpito entristecido
    en el espacio transitorio de tu viaje,
    un cuarto de hospital
    iluminado con los sueños de un poeta.

    Adiós amiga.
    Ya no caminaremos más
    desde el café de Scalibrini Ortíz
    evocando la figura de Celan.

    Quizás un día te encuentre
    luciendo tu sonrisa amable
    mientras leemos el Libro Rojo
    buscando los secretos de lo eterno.

    y se cumpla la promesa dada
    en el pequeño cuarto de hospital
    mientras mirábamos bajar la noche
    a través de una ventana.
    Ofelia

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  2. Con el asombro de su pérdida nos deja las manos vacías llenas de bellas palabras.
    En su recuerdo.
    Celmiro Koryto

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  3. Mientras muchas y muchos colegas de Susana se dirimen en la vanidad de la cosa diaria, en el certamen de las profecías banales, en los resplandores sin luz de torneos de poesía de una intimidad dulzona, la poeta se nos ha ido sin darnos tiempo a la despedida. Magnífico el poema de Ofelia, un homenaje conmovedor.

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  4. Yo pienso que los seres como Susana se prenden de nuestros sentires, no sólo por su palabra sino también por una ética basada en la verdadera humildad, gracias por esta entrega
    Betty

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