domingo, 14 de noviembre de 2010

EL TANGO Y LOS JUDÍOS DE EUROPA ORIENTAL


AGRADECIMIENTOS



Personalmente, no creo en las “ideas puras”. Nuestros pensamientos, deducciones, observaciones, conclusiones, integran una verdadera “cadena de oro” donde participaron y participan hombres y mujeres, que hemos conocido o no.
Estudiosos del ldisch, como Jaime Barylko, Abraham Lichtembaum, Saúl Drajer, me han transmitido la peculiaridad de esta lengua.
Ellos, quizás sin saberlo, me enseñaron que el Idisch es una manera sutil del trato entre los hombres, de pensar, de ser, combinado todo ello con un vasto sentido del humor.
Hombres como José Gobello, Pedro Szylman(Z”L)Andrés Aldao, Natalio lsaias Schmucler, Szymchia Bajour (Z”L), Bernardo Stalman (Z”L), Ismael Spitalnik (Z”L), Raúl Garello, pusieron en mí sus vastos conocimientos y emociones sobre la Cultura Popular del Río de la Plata.
Ello, añadido a años de lectura del mundo judío y de nuestra cultura popular, han sentado sus reales en “mis” ideas.
Mi agradecimiento a Maximiliano Palombo por sus sabias correccio¬nes y las acaloradas y cálidas discusiones, con él y nuestros comunes amigos: Rodolfo Lammardo, José Manuel Cataldo y Ricardo Wenker (Z”L), sobre el mundo del Tango.
Por último, nuevamente mi gratitud al Dr. Saul Drajer, hombre que mereció pertenecer al mundo del Renacimiento. Médico del cuerpo y del alma, “hacedor” de bellas historias, poeta-letrista del tango “La Esperanza” y la milonga “Milonga pa’l fileteador”. El Apéndice destacando a hombres y mujeres judías de Europa Oriental que han participado y participan del Tango, le pertenece íntegramente
Mi profundo respeto y agradecimiento a todos ellos.

José Judkovski


PRÓLOGO DE JOSÉ GOBELLO



José Judkovski está convencido de que el ldisch es mucho más que una lengua, de que es una forma de vida y de que el tango, que es mucho más que un género musical y una danza, que también lo es. No es que intente diagramar un paralelismo. Simplemente. siendo profundo conocedor del tango —al que ha dedicado ya. además de un libro. un film-, encuentra en el uno y en el otro sensaciones comunes y filosofías de vida realmente idénticas. Este nuevo libro, “El tango y los judíos de Europa Oriental”, aporta un sinnúmero de pruebas muy a propósito para demostrar la certidumbre de que sus intuiciones y sus experiencias personales no yerran. Es mucho lo que sabe Judkovski y mucho también lo que convoca a estas páginas. El largo itinerario que propone al lector no es de ninguna manera fatigoso sino deslumbrante. Con lo que se aprende y se disfruta recorriéndolo queda descartada cualquier posibilidad de fatiga Al cabo se tiene la sensación de que nada resta ya para aprender acerca de los judíos de Europa Oriental.

No se crea, sin embargo, que tanto saber y tanto citar se queda en una mera reiteración. Cada letra de tango propone una experiencia distinta. Fue Marechal quien dijo que el tango es una posibilidad in fin ita. L na (le las caras de esa posibilidad le da a .ludkovski, no sólo el tema general del libro, sino las innumerables observaciones sagaces y profundas que lo componen.

Es muy rica —me animaría a usar el adjetivo infinita— la bibliografía tanguística. El tango es un universo realmente inconmensurable y siempre hay camino virgen para recorrer. La dirección que conduce a los judíos de la Europa Oriental tiene ya su investigador y su hermeneuta. Sin duda ninguna ha facilitado la fatigosa exploración de Judkovski el amor que profesa al tango y el justificado y conmovedor orgullo de sus propios origenes. Todos querríamos, como él, encontrar a nuestros propios ancestros en las emociones que palpitan en páginas de Contursi y de Manzi, de Vaccarezza y de Expósito. Quizás pudo haber emprendido esta labor Nicolás Olivari, hombre de ancestros ligures como quien escribe estas líneas. Y en cierta medida lo hizo porque, si bien se lo mira, su tango “La violeta” vale por un ensayo. Sin duda el tango es lo que dijo César Tiempo, otro judío inmensamente querido, y recuerda Judkovski, atribuyéndolo a la diáspora: ‘Un viaje involuntario alrededor del planeta”, porque de todo e! planeta llegaron inmigrantes que al poco tiempo de estar aquí se sintieron hombres con dos patrias. Judkovski ha hecho lo suyo, los que como él tenemos dos patrias, deberíamos hacer lo nuestro.

José Gobello


PRÓLOGO DE SAÚL DRAJER



Hace 12 años tuve la fortuna de prologar el primer libro de José Judkovski “El tango, una historia con judíos”. Vuelvo ahora a gozar de esa prerrogativa porque aunque la Fundación IWO no es una monarquía hereditaria, sus autoridades tienen fueros reales: los cargos les pertenecen mientras vivan (o los echen ignominiosamente, cosa que espero no me suceda). La Presidencia confiere privilegios y uno de ellos es presentar obras. Por eso, como Presidente, puedo glosar la aparición de este singular trabajo de José que no se conforma con mostrar el derrotero del tango en el centro de Europa con judíos colgando por los cuatro costados, sino que ensaya una serie de comparaciones sobre vidas y obras de autores judíos que escribieron mayormente en idish, con la de sus similares rioplatenses cuya profundidad y significados deslumbra. Extraer el alma. la médula, el espinazo de una creación y establecer su paralelo con otras que se hicieron a miles de kilómetros de distancia y millones de años de diferencias y comprobar que hay un hilo conductor que las enlaza es una aventura del espíritu. Es que soledades, añoranzas, dolores y desarraigos cantan con la misma letra cualquiera sea el idioma empleado.

Doce años han madurado a este creador, dueño de una veta única que no parece agotarse y que cada día que pasa muestra nuevas gemas para traer a la luz del día. José Judkovski tiene la tenacidad del minero, pero su barreno es de fervor y amor. Lo primero para poner pasión. especia que escasea, pero que usada con buen gusto sazona a las mil maravillas. Y lo segundo para acariciar a sus personajes, sacando de ellos los aspectos más enternecedores que exaltan su condición humana. No me detuve a pensarlo en profundidad, pero me queda claro que José no trata con maulas. ¡Por algo será!

Otra fiesta para la Academia del Fango. T’amhién para el IWO. Y por sobre todas las cosas, un regalo para los lectores ávidos de cosas trascendentes que enriquezcan el espíritu. Tengan por seguro que van a recorrer un camino ~OC() o nada frecuentado y conocerán aspectos impensados de la historia de esta canción nuestra que nos pertenece y le pertenecemos.
Un solo consejo. Los buenos platos se saborean despacio. Háganlo
con toda la parsimonia de que sean capaces. ¡Buen provecho!

Dr. Saúl Drajer
Presidente del IWO


INTRODUCCIÓN


En su investigación editada bajo el título: “El Tango en Polonia. 1913-1939”, Jerzy Placzkiewicz dice que el tango llegó a Polonia “poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial” compartiendo, hasta mediados de los años veinte (Siglo XX), su atracción en los bailables de moda junto con otras danzas.
A partir de entonces se produce, según el autor, el gran despegue del tango, alcanzando en el año 1929 la cumbre, con la aparición del tango del compositor judeo-polaco Jerzy Petersbursky: “Tango milonga”. Poco más tarde, el poeta Fritz Lohner Beda, le agregó su letra para que sea cantada por Stanislawa Nowicka. Trascendió con sumo éxito las fronteras polacas, recorriendo Europa con el título: “Oh, Donna Clara”.
Justamente con este título, lo grabó en nuestro país la Orquesta de Florindo Sassone, en versión instrumental.
Sostiene el mencionado historiador del tango en Polonia, que éste llegó de Occidente “ a través de los discos... de los rumores de los diarios y la radio “, reconociendo que “la mayoría de compositores y letristas (e intérpretes agregamos) eran de origen judío”.
No forma parte de este trabajo nuestra discrepancia sobre e! “cómo” llegó el tango, no solo a Polonia sino a Europa, en especial Europa Oriental. Nuestro pensamiento sobre ello, ha sido expuesto en nuestro libro “El Tango, una historia con Judíos” (Ediciones Fundación IWO, año 1998).
En cambio, queremos recalcar que Jercy Placzkiewicz enfatiza en su investigación, el “cómo” y el “quiénes”. Es decir, cuáles fueron los caminos que permitieron el ingreso del tango, y “quiénes”, en el periodo que investiga, han sido los artistas más destacados: compositores, autores e intérpretes que lo asumieron.
Pero no expone los “por qués”, esto es, el sustrato espiritual y emocional que permitió el ingreso de un género musical proveniente dle una cultura tan distinta, tan distante: la Cultura Popular del Río de la Plata.
Las preguntas esenciales: ¿Por qué ese fenómeno cultural se produjo acá?. ¿Por qué fue aceptado aquí?, no tienen respuesta.
Ello anticipa los límites de nuestro trabajo: exponer los “por qués” de la “natural” atracción por parte de artistas judíos de Europa Orienta!, la Europa Ashkenazi, por el tango.
Nos referimos específicamente a los artistas de origen judío. en razón que compartimos con el historiador mencionado, la participación mayoritaria de ellos.
Es posible que iniciemos un camino inédito: entender los pilares espirituales y emocionales por los cuales los judíos de Polonia, Rusia,
Hungría, Rumania, Lituania, Letonia. Checoslovaquia, los denominados “judíos ashkenazis” se dedicaron en cantidad y calidad sorprendentes a nuestra música ciudadana, a pesar que, la mayoría de ellos no vivieron ni siquiera visitaron el espacio natural del tango: el Río de la Plata.
Dos aclaraciones:
1 .— Al incluir en nuestro trabajo las letras de ciertos tangos. solo indicamos entre paréntesis, el nombre del o de los autores, sin mencionar a los compositores.
2.- El anexo, bajo el título: “Europa Central: Barrio de Tango” le pertenece íntegramente al Dr. Saúl Drajer.


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2 comentarios:

  1. Felicitaciones por el trabajo, muy buena la introducción y los prólogos.

    María Esther Martinez

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  2. No gratuitamente José Judkovski ha sido recibido en la Academia Porteña del Lunfardo: investigador sin pausa, se ha ocupado en su libro de un tema que amplía el horizonte y los orígenes del Tango, música, poesía y mística popular de los argentinos que percibimos al tango como alma suplementaria en nuestra existencia Rioplatense nutrida de tanos, judíos y todas las variante inmigratorias.
    José judkovski ha dado uno de los mayores aportes a la historia de la música y poesía del Río de la Plata.

    El editor

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