NAZIM HIKMET
Que las nubes no maten
Las que nos hacen hombres son las madres
Como cálidas luces marchan ante nosotros
¿No es una madre, acaso, la que os trajo al mundo?
Apiadaos entonces, venerables señores, de las madres
Que las nubes no maten a los hombres
Un niño de seis años va corriendo feliz
Su cometa supera las copas de los árboles
¿Es que no habéis jugado como ese niño, acaso?
Apiadaos entonces, venerables señores, de los niños
Que las nubes no maten a los hombres
Ante el espejo peina la novia sus cabellos
y en el espejo busca una imagen querida
Sin duda alguna vez os buscó así una novia
Apiadaos entonces, venerables señores, de las novias
Que las nubes no maten a los hombres
Cuando el hombre se va volviendo viejo
sólo debe evocar recuerdos placenteros
¿Es que vosotros mismos no sois, acaso, viejos?
Apiadaos entonces, venerables señores, de los viejos
Que las nubes no maten a los hombres
Nazim Hikmet
Publicado por Verónica Pedemonte en su Blog
Conmueve la ternura con que el poeta escribe. Fiel a sus ideas cárcel y exilio fueron papel donde escribir sus vivencias y enarbolar sus banderas.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
Este poeta turco me conmueve.
ResponderEliminarEs un poeta que admiro, como dijo Celmiro, ni las celdas pudieron acallar sus palabras.
Gracias por traerlo. Amelia
PRECIOSO POEMA, lleno de ternura y a la vez aportando magníficas enseñanzas, con un texto claro, simple y aun así profundo,... hermoso. marta comelli.
ResponderEliminar