viernes, 11 de junio de 2010

JULIA DE BURGOS


(1914-1953) Su nombre completo era Julia Constancia Burgos García. Nació en Carolina, Puerto Rico. Fue maestra de escuela, poeta y periodista. De vida azarosa, autodesterrada en Cuba y Estados Unidos, murió en un hospital de Harlem y fue enterrada anónimamente en una fosa común. En una primera etapa su poesía refleja las influencias de Alfonsina Stormi, Juana de Ibarbourou, Clara Lair y Luis Lloréns Torres (de quien fue amiga). Muestra de este estilo es Poemas en Veinte Surcos(1938). Su segunda etapa se inicia con Canción de la Verdad Sencilla (1939) y El Mar y Tú (1954), en la que se perciben ecos de Vicente Huidobro, Pablo Neruda y Rafael Alberti. De todas esas resonancias, Julia de Burgos hizo un estilo personal, con que canta a la naturaleza y al erotismo con voz apasionada y técnica cuidadosa.


Fantasia de color

Canción de la verdad sencilla

No es él el que me lleva?
Es mi vida que en su vida palpita.
Es la llamada tibia de mi alma
que se ha ido a cantar entre sus rimas.
Es la inquietud de viaje de mi espíritu
que ha encontrado en su rumbo eterna vía.
El y yo somos uno.
Uno mismo y por siempre entre las cimas;
manantial abrazando lluvia y tierra;
fundidos en un soplo ola y brisa;
blanca mano enlazando piedra y oro;
hora cósmica uniendo noche y día.

El y yo somos uno.
Uno mismo y por siempre en las heridas.
Uno mismo y por siempre en la conciencia.
Uno mismo y por siempre en la alegría.

Yo saldré de su pecho a ciertas horas,
cuando él duerma el dolor en sus pupilas,
en cada eco bebiéndome lo eterno,
y en cada alba cargando una sonrisa.

Y seré claridad para sus manos
cuando se vuelquen a trepar los días,
en la lucha sagrada del instinto
por salvarse de ráfagas suicidas.

Si extraviado de senda, por los locos
enjaulados del mundo, fuese un día,
una luz disparada por mi espíritu
le anunciará el retorno hasta mi vida.

No es él el que me lleva?
Es su vida que corre por la mía.

Se recogió la vida para verme pasar.
Me fui perdiendo átomo por átomo de mi carne
y fui resbalándome poco a poco al alma.

Peregrina en mí misma, me anduve un largo instante.
Me prolongué en el rumbo de aquel camino errante
que se abría en mi interior,
y me llegué hasta mí, íntima.

Conmigo cabalgando seguí por la sombra del tiempo
y me hice paisaje lejos de mi visión.

Me conocí mensaje lejos de la palabra.
Me sentí vida al reverso de una superficie de colores y formas.
Y me vi claridad ahuyentando la sombra vaciada en la tierra desde el hombre.

* * * *

Ha sonado un reloj la hora escogida de todos.
¿La hora? Cualquiera. Todas en una misma.
Las cosas circundantes reconquistan color y forma.
Los hombres se mueven ajenos a sí mismos
para agarrar ese minuto índice
que los conduce por varias direcciones estáticas.

Siempre la misma carne apretándose muda a lo ya hecho.
Me busco. Estoy aún en el paisaje lejos de mi visión.
Sigo siendo mensaje lejos de la palabra.

La forma que se aleja y que fue mía un instante
me ha dejado íntima.
Y me veo claridad ahuyentando la sombra
vaciada en la tierra desde el hombre.

2 comentarios:

  1. Me conocí mensaje lejos de la palabra / los dos versos finales....me gustó. Desconocemos mucho algunos autores de Centroamérica o son pocos difundidos, a veces cuando aparecen y los leo surgen las ganas de buscar y ver más y creo que eso también es positivo para el lector que llega a la revista.

    Lily Chavez

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  2. Que buena entrega, me gustaron mucho. Lo guardaré para releerlo, en su aparente "verdad sencilla" gusrad gran profundidad, el remate , es genial! Gracias. amelia

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